Novios virtuales

Se están poniendo de moda unas aplicaciones en el móvil para que el usuario simule que tiene una relación sentimental. Quienes se las descarguen, irán recibiendo mensajes cariñosos como si los escribiera el amor de su vida. Aseguran que es ideal para personas solitarias que, gracias a este invento, podrán gozar de modo virtual de las maravillas de una relación real.

Nada es gratis, claro está, y si quieres pasar a mayores (mensajes algo picantes), tendrás que ir pagando. Supe de esta aplicación gracias al gran José María Íñigo, que informó de su existencia en el magnífico programa de Pepa Fernández 'No es un día cualquiera'.

He descargado esta locura en mi móvil para poder escribir el artículo. He elegido 'Mi novia virtual' (también existe 'Mi novio virtual') y al instante he empezado a notar sus carencias. Desde aquí, y con toda humildad, he pensado que sería bueno dar a los creadores de esta aplicación algunas ideas para mejorarla.

Lo primero que se me ocurre es que la novia virtual, para que parezca más auténtica, ha de tener una madre. Si de lo que se trata es de simular el mayor realismo, se hace absolutamente necesaria la suegra virtual. Y el suegro virtual, y la cuñada virtual, y las virtuales amigas de tu amor. Sin esos aderezos, no hay manera de autoengañarse.

Para que el negocio les salga redondo, estos nuevos añadidos tendrían que ir adquiriéndose por separado. Cuando el usuario lleve una semana con 'Mi novia virtual', deberá comprar en su tienda 'online' 'Mi suegra virtual', que permanecerá desactivada hasta que la relación se consolide. A partir de ese momento, la nueva aplicación empezará también a enviar mensajes al móvil del comprador: «Venid a comer mañana, chicos» ¿No querías realismo? Pues ahí lo tienes.

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Imagino que muchas personas no querrían descargarse a la suegra, pero entonces la novia virtual empezará a desconfiar de ellos y les pondrá en la tesitura de tener que decidir si empiezan a ser maduros de una santa vez o continúan comportándose como unos malditos críos, porque lo que ella busca es algo serio, no una aventura. Y claro, todos acabarán descargándose a la suegra.

Además, todo el mundo tiene un pasado, por lo que tu novia o novio virtual ha de tener su 'Ex virtual', que estaría rondando siempre por ahí. Es la última aplicación que los usuarios querrían adquirir, pero con tal de hacerse los civilizados, todos acabarían descargándosela.

El negocio es redondo si me hacen caso, pero no debe acabar aquí. 'Mi boda virtual' tendrá que llegar antes o después, al menos como posibilidad, y el precio para tenerla instalada en tu móvil puede ser el que quieran ponerle sus creadores.

De verdad, queridos creativos de aplicaciones, no se queden ustedes en lo superficial. Recibir un «te echo de menos» de vez en cuando no es suficiente. Todo ha de ser adornado con decenas de aplicaciones subsidiarias. Den un paso más, porque si se quedan en ese nivel tan básico, sus potenciales compradores se irán a la competencia y acabarán ligando con personas reales. Y eso es lo último que a ustedes les conviene.