Un total consolidado de 2.883 millones
El AMB da luz verde a un Presupuesto 2025 "defensivo" y lastrado por casi 500 millones de gasto en transporte
Balmón reivindica la "prudencia" de la hoja de ruta financiera ante la incertidumbre presupuestaria en Catalunya y España
CONTEXTO | Collboni y Balmón anuncian la inversión "más ambiciosa de la historia" en la Barcelona metropolitana: 423 millones de euros
ANTECEDENTE | El AMB aprueba un presupuesto "prudente" y congela su presión fiscal de cara al 2024

Collboni y Balmón, en la presentación del nuevo plan de inversiones del AMB. / Jordi Otix


Manuel Arenas
Manuel ArenasRedactor y coordinador del equipo de información del área metropolitana de Barcelona
Periodista de información y audiencias locales del área metropolitana de Barcelona. Antes trabajé en la productora audiovisual Clack, donde investigué y desarrollé guiones de documentales, y colaboré con EL PERIÓDICO firmando la contraportada del diario y publicando reportajes en las secciones Gran Barcelona, Sociedad y Entre Todos. Empecé en la prensa local de mi ciudad, Santa Coloma de Gramenet, concretamente en el Diari de Santa Coloma.
Los casi 3.000 millones (2.883 concretamente) del Presupuesto 2025 consolidado del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) estarán disponibles a partir del próximo 1 de enero para que la administración supramunicipal preste sus servicios e invierta en los 36 municipios que la integran, Barcelona incluida. La nueva hoja de ruta financiera del ente metropolitano sigue la línea de "prudencia" que ya marcó la de este 2024, tal y como expuso el vicepresidente ejecutivo del AMB y alcalde de Cornellà de Llobregat, Antonio Balmón (PSC), en el Consejo Metropolitano —con mayoría absoluta socialista— del pasado 12 de noviembre en que todos los grupos excepto PP —abstención— y la extrema derecha de Vox —en contra— dieron luz verde a las cuentas.
Balmón reivindicó el nuevo presupuesto como unas cuentas "de defensa", en el sentido de que la situación financiera del AMB no es boyante y la administración debe primero garantizar los servicios que este 2024 ha aterrizado para plantearse expandirlos a final del mandato que culmina en mayo del 2027. Este talante conservador de los presupuestos metropolitanos se ve agravado por la incertidumbre presupuestaria que caracteriza la coyuntura de los gobiernos de Catalunya y de España, que todavía no han sacado adelante sus respectivas cuentas. Este escenario es clave porque de ellos depende uno de los principales ingresos de los ayuntamientos y del AMB, la Participación en los Tributos del Estado (PTE), cuya incerteza obliga a las administraciones locales a presupuestar con proyecciones hipotéticas.
"No abordamos nuevos proyectos porque no podemos", concluyó Balmón, quien afirmó que "no es momento" de expandir los servicios metropolitanos. Pese a todo, el edil puso en valor la actual capacidad presupuestaria del AMB: "Cuando empezamos hace doce años teníamos un presupuesto de 500 millones y ahora es de 1.400". Esos 1.400 millones, que contemplan un incremento del 16,7% en relación a las cuentas del 2024, hacen referencia al presupuesto del AMB estrictamente como administración, sin tener en cuenta a las otras empresas públicas de las que participa —el Institut Metropolità del Taxi (IMET), el Institut Metropolità de Promoció del Sòl i Gestió Patrimonial (IMPSOL) o Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), por ejemplo—.
El gasto en transporte vuelve a ser, un año más, el que más lastra las cuentas del AMB. Prácticamente un tercio del presupuesto de la administración (487 millones) se va en esta partida, dedicada sobre todo a la participación metropolitana en el consorcio Autoritat Metropolitana del Transport (200,6 millones), compartida con Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona, y a la gestión indirecta de transporte público a través de las distintas concesiones sobre el territorio (205,6 millones), especialmente en el Barcelonès y el Baix Llobregat. También es destacable, más por su simbolismo que por su cuantía, el gasto en la potente red de electrolineras metropolitanas, el emblemático servicio de 'bicing' metropolitano (AMBici), el Bicibox (sistema de aparcamientos seguros para bicicletas) o las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Otros 48 millones se dedican a transporte con movilidad reducida y políticas de tarificación social (personas mayores, con discapacidad o rentas bajas).
La otra gran partida en cuanto a gastos son los vinculados a residuos y agua. El tratamiento y gestión de residuos le cuesta al AMB 241,7 millones, que sufraga con los ingresos de la conocida como Tasa Metropolitana de Tratamiento de Residuos (155,6 millones de euros) y en las políticas del ciclo del agua otros 178 millones. Esta partida incluye tanto tareas sobre abastecimiento de agua potable en los hogares del área de Barcelona como de saneamiento de aguas residuales, además de servicios de regeneración del agua. En políticas de vivienda, donde destaca la rehabilitación en barrios vulnerables, la administración metropolitana gasta unos 90 millones.
Los ayuntamientos celebran las inversiones
El Presupuesto 2025 del AMB también prevé la cantidad correspondiente a este año del plan de inversiones que Balmón y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC), presentaron en junio como el "más ambicioso de la historia". De esos 423 millones totales de inversión hasta final de mandato, 287 se han presupuestado para el 2025. Entre ellos, la partida más destacada es la de los 151 millones tan celebrada por grupos metropolitanos como los de Junts o Junts per Tiana. Sus portavoces, los alcaldes Josep Maria Vallès (Sant Cugat del Vallès) e Isaac Salvatierra (Tiana) respectivamente, mostraron su satisfacción por la aprobación de inversiones para "proyectos esenciales y de envergadura", como las vinculadas a espacios naturales, infraestructuras o equipamientos metropolitanos, además de la ejecución de planes de inversión de años anteriores (de las inversiones del mandato 2019-2023 se ha ejecutado hasta ahora un 70%).
En términos de ingresos presupuestados por el AMB para el 2025, destacan los 291 millones de aportaciones de los ayuntamientos a partir de recaudaciones del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), la propia PTE la cofinanciación de planes de inversión metropolitanos. A ellos se agrega otro 'input' financiero significativo: el de los 208 millones provenientes de la participación del AMB en el ATM por el transporte regular de viajeros de gestión indirecta. Además, el ente prevé ingresar otros 206 millones de euros por transferencias corrientes de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), de la Diputación de Barcelona (DIBA) y de Aigües de Barcelona (AGBAR) vinculadas al Servicio del Ciclo del Agua, que contemplan ingresos por saneamiento, explotación de plantas depuradoras o regeneración de agua.
El AMB también cuenta con ingresos tributarios provenientes de políticas fiscales. La más directa es la del Tributo Metropolitano, el impuesto propio de la administración metropolitana que grava la propiedad de inmuebles como recargo del IBI, que presupuesta un ingreso de 132 millones en 2025. Por otra parte, la recaudación del 2025 por la Tasa Metropolitana de Tratamiento de Residuos (TMTR), que pagan alrededor de un millón y medio de hogares del área de Barcelona, se prevé en unos 155 millones de euros.
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