INFORME SOBRE DROGODEPENDENCIAS 2018

Alcohol, cocaína y cannabis, las adicciones más tratadas en el Baix Llobregat

Porro de cannabis

Porro de cannabis / AFP / tHOMAS SAMSON

El Periódico

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Las adicciones al alcohol, la cocaína y el cannabis son las más tratadas en los Centros de Atención y Seguimiento (CAS) ubicados en el Baix Llobregat, donde la Generalitat ubica actualmente un total de siete centros dedicados a ofrecer tratamiento para drogodepedendencias (excluyendo los de Can Brians) que el año pasado atendieron un total de 1.138 casos, 84 más que en el año anterior.

Son los datos que se desprenden del último informe del Sistema de Información sobre Drogodependencias (SIDC), gestionado por la Agència de Salut Pública de Catalunya, que indican la persistencia de una tendencia que perdura desde hace ya más de dos décadas, y es que el consumo de alcohol continúa provocando la mayoría de las peticiones de tratamiento.

En 2018, en Catalunya se iniciaron un total de 13.944 tratamientos por abuso o dependencia de las drogas, una cifra similar a la de años anteriores, siendo el alcohol la droga con más inicios de tratamiento (el 42,2%), seguida de la cocaína (24%) y el cannabis (13,8%) y quedando por detrás la heroína (12%), mientras que el tabaco representa apenas un 3,7% de los casos tratados.

La comarca sigue pues la tendencia general. Por centros, el CAS Baix Llobregat Centre (en Sant Feliu) atendió en 2018 un total de 207 casos, el de Fontsanta, en Cornellà, 339 y los del Baix Llobregat Nord -Martorell y Olesa- 153 y 84 respectivamente. Por su parte, en el CAS de El Prat se iniciaron 99 tratamientos, en el CAS de Sant Boi 245 y en el de Esplugues apenas se trataron 11.

El alcohol, la adicción más tratada

La tónica de Catalunya se repite en la comarca, donde el 46,8% de los tratamientos iniciados estuvieron relacionados con el alcohol, siendo esta la principal causa tratada en todos los CAS del Baix Llobregat. En el de Sant Feliu, por ejemplo, se trataron un total de 95 casos por esta adicción (el 45,9%), mientras que en el centro de Cornellà fueron 139 (el 41%).

En centros con menos atendidos, como los de Martorell y Olesa, se observa más esta tendencia, pues el 56,9% y el 45,2% de los tratamientos iniciados respectivamente fueron por adicción al alcohol. Lo mismo sucede en Esplugues, donde el 81,8% de los tratados fueron adictos al alcohol, pues en este centro solo se atendieron 9 adicciones a esta droga y 2 a otras substancias.

Pese a que el cannabis ha desbancado a la cocaína como principal adicción por detrás del alcohol en algunos centros, como en el de El Prat o en el de Sant Feliu, la cocaína sigue siendo la segunda substancia que implica más inicios de tratamiento, destacando especialmente los casos de Olesa y Sant Boi, que fueron los que mayor porcentaje de pacientes atendieron por esta droga, mientras que Sant Feliu y Cornellà encabezan la atención en adictos al cannabis.

El CAS Sant Boi, el de mayor aumento de casos

Si se compara la cifra de tratamientos iniciados con la del 2017, se puede ver un repunte de casos en el Baix Llobregat, que ha pasado de los 1.054 tratamientos iniciados en 2017 a los 1.138 en 2018. En todos los CAS de la comarca aumentó la cifra, a excepción de Olesa, Esplugues y El Prat.

El CAS de Sant Boi fue el que experimentó un mayor aumento de tratamientos iniciados, pasando de los 182 atendidos en 2017 a los 245 del año pasado, con un ligero cambio respecto al tipo de drogas más tratadas. Así, aumentan los tratamientos por alcoholismo (85 a 118) y por cocaína (48 a 70), pero descienden los relacionados con heroína, que pasan de 29 a 24 (15,9% al 9,8%), colocándose ahora el cannabis como tercera adicción más tratada (13 a 27 casos).

A nivel autonómico, el último informe sobre drogodependencia destaca que la demanda de tratamiento por cocaína se ha incrementado en los últimos tres años, después de seis años de descenso gradual, mientras que las peticiones de tratamiento por heroína están estabilizadas los años 2000 y las de cannabis, pese a que en el último año han experimentado un ligero repunte, llevan descendiendo desde 2015, cuando alcanzaron su máximo.

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