Alimentación

La Fageda lanza un nuevo postre al mercado y da el salto a Madrid y a València

La compañía, que ya es la segunda marca del sector en Catalunya, amplía así su negocio, en busca de la viabilidad financiera

La Fageda producirá la crema catalana de marca propia de Lidl

Productos lácteos La Fageda en el salón Alimentaria 2024, el pasado mes de marzo, en Barcelona.

Productos lácteos La Fageda en el salón Alimentaria 2024, el pasado mes de marzo, en Barcelona. / JORDI COTRINA

María Jesús Ibáñez

María Jesús Ibáñez

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Yogures naturales y de sabores, helados, natillas y flanes y ahora también crema catalana. La láctea La Fageda ha echado mano del recetario tradicional para lanzar, previsiblemente durante este mes de octubre, un nuevo postre, que comercializará bajo el paraguas de su sello Orígens, creado hace cuatro años. Se trata de "una crema de vainilla, con limón, canela y un azúcar que se puede quemar y con el que el consumidor podrá darle el toque final característico de la crema catalana", explica Sílvia Domènech, directora general de la compañía, que ha dado ya el primer paso para su lanzamiento en Madrid, donde a finales de septiembre presentó toda su gama de productos en una tienda temporal abierta en la Gran Vía. En mayo, lo hizo también en la ciudad de València.

Imagen de la crema catalana de La Fageda, el nuevo postre de la empresa láctea catalana.

Imagen de la crema catalana de La Fageda, el nuevo postre de la empresa láctea catalana. / La Fageda

"En estos momentos somos ya la segunda marca en yogures y postres en Catalunya y los consumidores nos piden cada vez más, lo que nos ha llevado a hacer un esfuerzo importante en investigación y desarrollo, I+D", indica Domènech. En 2023, compraron productos de la empresa más de 2,8 millones de personas, lo que le reporta una cuota de mercado en Catalunya del 7,4%. La compañía sigue evaluando también la posibilidad de meterse en el mercado de los productos enriquecidos con proteínas, pero por ahora esta cuestión se encuentra todavía en fase de estudio, señala la directora general. "No tenemos ni las instalaciones ni la idea clara del producto", agrega.

En principio, esta nueva producción no supondrá ni una inversión adicional ni la creación de nuevos puestos de trabajo, "porque se fabricará en una línea ya existente, en la que se elaboran flanes y cremas de vainilla y, como que estaba algo por debajo de su capacidad, vimos que se podía incrementar la productividad", aclara la responsable de la fundación. La empresa elabora, desde hace ya unos meses, otra crema catalana que se vende bajo la marca propia de Lidl, pero la que ahora saldrá al mercado es diferente, con cualidades organolépticas distintas, tanto en contenido de azúcares como de aromas, puntualizan fuentes de la compañía.

El salto fuera de Catalunya

Paralelamente, la compañía ha iniciado este año un proyecto de expansión fuera del territorio de Catalunya, con la presentación de sus productos y de su campaña de comunicación 'Extraordinaria diferencia', primero en València -el pasado mayo- y ahora en Madrid -hace dos semanas. ¿A qué obedece este plan de crecimiento? "Los últimos cuatro años han sido complicados financieramente para la compañía", arranca Domènech, que ocupa la dirección general de la empresa desde el pasado febrero. "Entre 2014 y 2018, la empresa realizó una gran inversión en la planta de producción que tenemos en el espacio natural de la Fageda d'en Jordà, en Santa Pau, para garantizar la viabilidad del proyecto en un futuro y eso generó una deuda que estamos pagando aún a las entidades bancarias", prosigue. Lo que no se previó en el plan de negocio fue que llegaría una pandemia de covid y que, poco después, estallaría una guerra en Ucrania, con el consiguiente aumento de los costes de producción.

Dos trabajadoras elaboran mermeladas en las instalaciones de La Fageda, en Santa Pau (Garrotxa).

Dos trabajadoras elaboran mermeladas en las instalaciones de La Fageda, en Santa Pau (Garrotxa). / Pere Duran/Nord Media

"Entramos en pérdidas contables y eso nos obligó a repensar, entre otras cosas, el tamaño de la empresa", cuenta Domènech. Entre las decisiones que se tomaron en ese momento, hace ahora tres años, La Fageda optó por cambiar la política comercial y una de las medidas que se acordaron fue la de salir de Catalunya. "Fue algo muy meditado, una decisión que nos costó porque nuestro producto está pensado muy en clave catalana: por la dimensión de la empresa, porque es un proyecto de economía social, a medida de las personas, y por la apuesta que hacemos por la proximidad... pero necesitábamos más tamaño para poder seguir adelante y garantizar los puestos de trabajo que tenemos", afirma. En la actualidad, trabajan en la empresa, tanto en la sección de lácteos como en la de mermeladas, un total de 332 empleados, la mayoría de los cuales son personas con enfermedades mentales, discapacidad intelectual o en riesgo de exclusión social.

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