INSERCIÓN LABORAL

Ona Carbonell: "A los deportistas deberían enseñarnos a preparar la retirada"

La campeona olímpica de natación sincronizada reflexiona sobre su nueva vida después de dejar temporalmente la competición para centrarse en su familia

Ona Carbonell estrena nueva faceta alejada de la piscina

Ona Carbonell estrena nueva faceta alejada de la piscina / periodico

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La retirada de los deportistas de élite les cambia radicalmente la vida: de repente ya no hay podios ni focos, deben plantearse nuevas metas y empezar de cero. Algo para lo que muchos no están preparados. La gran campeona olímpica de natación sincronizada Ona Carbonell habla de su reciente parón deportivo y de programas como Incorpora de la Fundación La Caixa por la reinserción laboral.

Por Ona Carbonell:

Me he pasado la vida priorizando tanto el deporte por encima de todo lo demás que no he asistido ni a las celebraciones familiares: bodas, bautizos… Hasta que entendí que lo más importante en la vida son las personas a las que quieres. Y de corazón decidí, ahora hará un año, dejar de lado mis objetivos deportivos y priorizar por primera vez a mi familia. Bueno, ¡y crear una propia!

Hoy, mi hijo Kai tiene un mes y dos días, y yo, bastantes ojeras… ¡Las noches son muy distintas a las de antes! Mis compañeras me preguntan si es más duro esto o unos juegos olímpicos. Y no lo sé, pero en cualquier caso la adrenalina que desprendo ahora me hace superarlo todo. Siento que estoy en una etapa maravillosa y que esta es la mejor medalla que podría conseguir jamás.

Vivir para el deporte

Hasta ahora, llevaba 16 años en la Selección Española, entrenaba 10 horas al día, seis días a la semana, y vivía para y por el deporte. Por eso, a pesar de que mi decisión de abandonar la competición era temporal, me costó mucho tomarla. Pensaba: ¿sabré hacerlo? ¿Estaré a la altura? ¿Encontraré algo que me apasione tanto como el deporte? Hay que entender que la retirada es durísima para cualquier deportista, porque te plantas en los 30 o 35 años sin haber tenido otra experiencia laboral, tu juventud ha sido distinta… Y pasas de ser el mejor en lo tuyo y tener toda la atención a ser una persona normal que ha de decir: “Hola, me llamo Fulanita y vengo a buscar trabajo”. De nada te sirve haber sido campeón olímpico. Ya no puedes vivir de lo que has sido. Y si quieres ser arquitecto, diseñador, doctor… tienes que, como todo el mundo, trabajar muchísimo desde cero y demostrar que puedes hacerlo. 

Creo que a los deportistas deberían enseñarnos a preparar la retirada mientras aún estamos en activo. ¿Y si, por ejemplo, tienes una lesión en la mitad de tu carrera que te obliga a retirarte antes de lo previsto? Y, en cualquier caso, la retirada te llegará muchísimo antes que a cualquier otra persona que se jubila a los 67. Por eso yo, en mis campus internacionales de verano con niñas y niños, trabajo mucho la parte educativa, además de la deportiva: aprender la derrota como algo positivo, como camino para luego conseguir victorias, aprender que el día de mañana habrá otras cosas además del deporte y se impondrá una retirada… Esto está empezando a enseñarse, pero habría que hacer mucho más.

Más recursos

Por suerte, los deportistas que nos retiramos ahora vamos teniendo más recursos de apoyo. Primero está la familia, que en mi caso siempre me han apoyado en todas mis decisiones; también hay psicólogos dedicados a estas retiradas deportivas, y existen programas como Incorpora, de la Fundación La Caixa, para ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad (no solo a exdeportistas, sino también a exreclusos, mujeres maltratadas, personas con discapacidad…) en su reincorporación al mundo laboral. 

Si yo fuera una empresaria, sin duda contrataría a un exdeportista. Porque tenemos todos los valores para triunfar en la vida. Desde muy jóvenes hemos vivido situaciones extremas en todos los sentidos, en cuanto a presión, responsabilidad, sacrificio, compromiso, trabajo en equipo… Nos jugamos el trabajo de años en tres minutos, entrenando 10 horas diarias, y hemos sido capaces de prepararnos para eso. De hecho, conozco muchas nadadoras de sincro que ahora son arquitectas, entrenadoras, fisioterapeutas… El reciclaje es posible.

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