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"El taxi me ha abierto la mente"

Nora Boukili lleva tres años trabajando como taxista de Barcelona

Nora Boukili lleva tres años trabajando como taxista de Barcelona

LLUÍS MUÑOZ / BARCELONA

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Como todas las noches, Nora se encontraba esperando en el aeropuerto de El Prat a que saliera una nueva carrera al centro de la ciudad. Sin embargo, hasta la ventana de su taxi llegó un señor francés desesperado: “Han cancelado mi vuelo y tengo que llegar a una reunión en París”. Llamó a su padre, con quien comparte el taxi, y le dijo que ese día no iba a trabajar, que ella se iba a la 'ciudad de la luz'.

“Conseguí el objetivo: el hombre llegó a la reunión. Pero lo que más me llamó la atención fue la admiración con la que la gente miraba el taxi de Barcelona durante el trayecto”, cuenta Nora, después de haber comprobado cómo el amarillo y negro del taxi es un emblema de la ciudad en el mundo. Unos colores que conduce desde hace tres años, cuando su padre, después de mucho tiempo insistiendo, consiguió convencerla para que hiciese el turno de noche con la licencia familiar. Antes, había sido azafata de vuelo, pero con la llegada de la crisis, se quedó sin trabajo. Un pasado que no añora: “No dejaría el taxi por nada del mundo. He conseguido una buena calidad de vida, puedo dormir todas las noches en casa y tengo mis propios horarios”.

"Cada día conozco  personas de diferentes partes del mundo"

Una de las razones por las que tardó en sacarse el carnet de taxista fue el miedo que le suscitaba entrar a formar parte de un gremio que creía muy masculino. El tiempo ha eliminado ese prejuicio, gracias al apoyo que ha recibido de sus colegas, así como del aumento de la presencia femenina al volante. “Soy joven, trabajo la noche y nunca he tenido una experiencia desagradable. Siempre me he sentido arropada”, explica Nora, justo en el momento de empezar su jornada laboral, con 12 horas aún por delante. A pesar de la dureza, considera que sería peor estar encerrada en una oficina: “Con esta jornada laboral valoro el tiempo y la responsabilidad de ser autónomo”.

Aunque pueda parecer que la profesión se centre en conducir, el trato con el cliente hace que los taxistas tengan que estar actualizados para ofrecer el mejor servicio. “Para poder dar conversación tienes que estar al día en política, economía, o deporte. De este modo, he podido conocer la sociedad en la que vivo y ser más abierta de mente”.

Nora tiene la ventaja de dominar idiomas gracias a su antigua profesión de azafata. Esto le permite entablar conversaciones con cualquier pasajero y aprender cosas nuevas de otras culturas: “Hay pocos trabajos en los que puedas conocer personas de cualquier parte del mundo cada día”, valora.

Puedes descargar la 'app' de Mytaxi aquí

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