Ferran Rodríguez: "El Raval es duro como todos los barrios cercanos al puerto"

Entrevista a Ferran Rodríguez, dueño del restaurante Can Lluís, que lleva en pie desde 1929 en Ciutat Vella

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Carme Escales

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Las familias censadas generación tras generación en una misma vivienda son un bien escaso y hoy más que nunca en grave peligro de extinción en la ciudad de Barcelona. La de Ferran Rodríguez Abella (Barcelona, 1949) es una de ellas. Su abuelo y su padre ya vivían en la calle de la Cera, en pleno Raval. La abuela había llegado de Benimarfull (Alicante) y, después de la exposición universal de 1929, cogieron el restaurante que hoy sigue abierto en el número 49 de la citada calle: Can Lluís.

-¿Cuáles son sus primeros recuerdos en el restaurante?

-Recuerdo un año, por Reyes, que me trajeron un coche de pedales y yo maniobraba con él entre las mesas. Ahora son mis nietos quienes juegan en el restaurante. Tengo cuatro: dos de 6 años, otro de 8 y uno de 10, y juegan a tomar nota a los clientes. Eso para mí no tiene precio.

-¿Qué cree que ha pesado más en el éxito de Can Lluís?

-La esencia de esta casa es el relevo de la honradez en hacer las cosas bien hechas. Eso es lo más maravilloso que ha pasado y explica que sigamos teniendo 50 o 60 clientes cada día. Desde que lo cogieron mis abuelos, lo hemos llevado siempre la misma familia. También la cocina tiene que ver. Cuatro mujeres han hecho grande Can Lluís.

-¿Cómo se ve el Raval desde dentro de Can Lluís?

-Ha sido siempre un barrio trabajador, duro. Todos los barrios próximos a un puerto son así, obreros. El Raval poco tiene que ver con Pedralbes. Lo que lamento mucho ahora es que se haya degradado tanto, que vecinos de toda la vida, gente mayor, tengan que irse por la especulación inmobiliaria. También el tema de la droga se nos va de las manos. No puedo perdonar a quien sea que tenga que impedirlo que se haya degradado así.

-¿Qué rescata de los mejores tiempos del barrio?

-Tienen mucho que ver con la vida en el Paral·lel. Sus teatros trajeron mucha animación. Se hacían dos funciones diarias, tarde y noche. Venían sobre todo compañías de Madrid. Incluso el día de Navidad, en El Molino y el Arnau se hacían tres funciones. Tenemos cinco libros de firmas, de actores y actrices, y de dos premios Nobel: Saramago y Harold Pinter.

-Comensales lejanos de platos fielmente próximos.

-Sí. Miércoles: escudella i carn d'olla. Jueves: paella. Los platos tradicionales también sorprenden. Con ellos hacemos menús especiales, el de Cine y el de Ópera.