Albert Deulofeu, pesebrista: "Con un belén metes el bosque dentro de casa"

La caseta de los Deulofeu es una de las más conocidas de la Fira de Santa Llúcia. No en vano esta familia se dedica a los belenes desde 1929. El último pesebrista de la saga preside desde hace años la feria navideña.

El presidente de la asociación Fira de Santa Llúcia asegura que el negocio de los belenes tiene futuro.

Vocación 8 Albert Deulofeu, en su caseta de la Fira de Santa Llúcia-

Vocación 8 Albert Deulofeu, en su caseta de la Fira de Santa Llúcia-

ÓSCAR HERNÁNDEZ / BARCELONA

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Albert Deulofeu (Barcelona, 1961), cuarta generación de pesebristas (fabricantes y vendedores de belenes), decidió cambiar el orden de sus apellidos para mantener el de la saga familiar, que le llega por parte de madre. No en vano sus creaciones tienen algo que ver con la obra de Dios. Tanta pasión por el belén le mantiene desde hace cinco años como presidente de la Fira de Santa Llúcia.

-Con ese apellido...-Ja, ja ja. Es el apellido adecuado para hacer belenes. Fet per Déu. Fui al Registro Civil y cambié el orden de mis apellidos. La verdad es que fue fácil.

-Pero usted trabajaba de aparejador hasta que lo dejó por los belenes.-Tenía una empresa con la que hacía proyectos para establecimientos que necesitaban adaptar su actividad a la normativa. Era un trabajo muy estresante. A los 40 años decidí que tenía que ganarme la vida con más tranquilidad. Por eso opté por dedicarme al negocio familiar y encargarme de construir belenes y tomar el relevo de mi madre en el puesto de la Fira de Santa Llúcia. Mi madre está encantada. No en vano, yo llevaba pañales y ya corría detrás del mostrador.

-¿Y da dinero para todo el año?-El día después de Reyes ya estoy trabajando. Yo antes pensaba parar en enero y tomarme un descanso, pero ahora no podemos. Aunque el 90% de los que se dedican a esto trabajan solo en la temporada. Nosotros hacemos los portales, que son nuestra especialidad. Son pequeñas cuevas que hacemos con corcho. Y también figuras. Y diseñamos y montamos grandes belenes para instituciones, empresas y particulares.

-Hasta que llegó la crisis.-Lo hemos notado mucho. Antes cada año hacíamos varios belenes por encargo para instituciones, para la Administración. Ahora, solo para particulares. Hay dos o tres clientes fijos que nos encargan cada año que les construyamos un gran belén familiar. Recogemos el encargo en octubre y lo montamos en noviembre para que a finales de ese mes podamos preparar Santa Llúcia.

-¿Por qué siguen tan vivo el belén?-Es una mezcla de cosas. Hay una parte católica y también otra de tradición. Además, con el belén pones un trozo de bosque en tu casa. Como los pesebres que vendemos nosotroso que tiene elementos naturales.

-Seguro que sí. Es algo muy tradicional. Aunque salgan cosas nuevas, como los belenes que hacemos en cuadros en tres dimensiones, los tradicionales seguirán. Lo nuevo, aunque sea bonito, no funciona. ¿Sabe que hay gente que se escandaliza si ve a una virgen dando el pecho al niños? Cuando surgió el plástico había miedo entre los vendedores. Pero conviven con figuras de barro y resina de mucha calidad. Hay familias que tienen dos belenes, uno de plástico para niños y otro mejor para adultos.

-¿Habrá belenes en 10 años?

-La Fira parece siempre la misma.

-También es muy tradicional. Aquí tenemos 287 puestos y 250 asociados, repartidos en cuatro grandes grupos: los que vendemos belenes y figuras; los que venden verde, como los árboles y el musgo; los que venden artesanía para regalar, y los que ofrecen instrumentos musicales tradicionales navideños. Y no tenemos puestos de comida, por ejemplo, como otras ferias, porque no queremos cambiar la esencia.

-¿No piensan renovarse?

-Ya ha habido algunos cambios. Por ejemplo, este año hemos unificado los frontales de las casetas para dar una imagen de conjunto. Hace 20 años éramos la única feria de Navidad. Ahora los bazares y hasta El Corte Inglés venden figuras. Pero nosotros seguimos. Y hasta organizamos actividades culturales.