CIUTAT VELLA

El conde sin pedestal

Simulación 8 Recreación a escala de cómo habría quedado la escultura de la calle Comtal.

Simulación 8 Recreación a escala de cómo habría quedado la escultura de la calle Comtal.

ANNALISA PALUMBO
BARCELONA

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El cruce de la calle Comtal con Via Laietana es un triángulo peatonal desde hace cuatro meses. En el siglo IX estos más de mil metros cuadrados formaban parte del parque del palacio del conde Guifré el Pilós, el último designado por la monarquía franca y el primero que pasó el título a su descendencia. Gracias a él, Barcelona se conoce como ciudad condal y la calle Comtal se denomina así. Ahora, el monumento que iba a recordar su figura en este lugar ha sido vetado por el ayuntamiento para decepción de la Associació de Comerciants del carrer Comtal, que realizó el proyecto e iba a sufragar la obra con la colaboración de Barna Centre.

El Proyecto Trico

Emili Boada, presidente de los comerciantes de Comtal, lleva media vida recopilando historias sobre esta calle y la adyacente, Amargós, donde nació hace 89 años. Él es el principal impulsor del denominado Proyecto Trico, nombre que deriva de Triángulo Comtal, para honrar la memoria del conde.

En abril, después de la peatonalización de la zona, la asociación de la calle de Comtal presentó su proyecto al ayuntamiento con el objetivo de instalar un símbolo en memoria de Guifré el Pilós. La entidad buscó un escultor, Xavier Medina-Campeny, quien diseñó una escultura en forma de pilar o estela de seis metros de altura que representa un torso de hombre desnudo y donde se encasta en relieve un escudo con la bandera catalana.

«Según  la leyenda, Guifré el Pilós estaba a punto de morir en una batalla cuando se mojó los dedos en su propia sangre y con ellos trazó cuatro rayas encima de su escudo dorado», cuenta Boada.

El enorme pedestal se iba a ubicar junto al olivo que se ha colocado en recuerdo del parque del palacio de Valldaura, donde residió Guifré el Pilós. «La escultura se complementaba muy bien con el olivo», añade Boada. El ayuntamiento no piensa lo mismo. La comisión municipal de expertos en el arte público dictaminó que la propuesta de la estela no encaja con el entorno del triángulo que forma la calle Comtal con Via Laietana y que además la estatua es demasiado grande.  «Da igual que sea grande o pequeña, lo que importa es que sea digna», dice Boada.

La Associació de Comerciants de Comtal aspiraba a inaugurar el monumento el 11 de septiembre, en el Tricentenario, lo que el Ayuntamiento descarta, pese haber elegido ya a otro escultor, Nacho Farreras, para que haga un nuevo proyecto.

Hasta que se construyó el vecino Hotel Ohla, en este lugar un mosaico contaba la historia de Guifré el Pilós. Ahora, unas guías turísticas despliegan una tela para enseñarlo.