Estudio científico
La contaminación del aire "nubla la mente" y dificulta la ejecución de tareas cotidianas
Un estudio sugiere que la exposición a partículas finas tiene un impacto directo en la función cerebral y, por ende, en cuestiones como la productividad laboral
Respirar aire contaminado aumenta el riesgo de sufrir alzhéimer

Nueva Delhi nuevo récord de contaminación / EFE/HARISH TYAGI


Valentina Raffio
Valentina RaffioPeriodista.
Vivir en ambientes altamente contaminados no es bueno para la salud. Cada vez son más los estudios que indagan en cómo la polución atmosférica está afectando el estado de nuestros pulmones y de nuestro corazón, a la par que nos predispone a un amplio abanico de enfermedades crónicas. Pero eso no es todo. Según señala un estudio publicado este jueves en la revista ‘Nature Communications’, la exposición a aire contaminado también estaría teniendo un impacto silencioso y mucho más generalizado de lo que se creía hasta ahora en nuestra salud y, en definitiva, en nuestra vida. Una investigación liderada por la Universidad de Birmingham afirma que respirar aire contaminado está "nublando nuestra mente", dificultando la ejecución de tareas cotidianas y hasta reduciendo nuestra capacidad de concentración.
El estudio se focaliza en la exposición a partículas finas en suspensión (PM), uno de los contaminantes más habituales que se detectan en las grandes ciudades y que en muchos casos está relacionado con las emisiones de los coches. Para evaluar el impacto de este fenómeno en la salud cerebral de la población, los investigadores realizaron una serie de experimentos en los que se exponían a grupos de voluntarios tanto a entornos con altos niveles de contaminación como a espacios con aire limpio y, en ambos casos, se les pedía que realizaran una serie de tareas para evaluar desde su memoria de trabajo y atención selectiva hasta otras cuestiones como el reconocimiento de emociones, la velocidad psicomotora y la atención sostenida.
Alteración cognitiva
Según afirman los autores de este trabajo, la exposición a ambientes con aire contaminado provoca una alteración de las capacidades cognitivas. Concretamente, los experimentos muestran que cuando una persona está expuesta a altos niveles de polución "su mente está nublada" y, por ende, su atención selectiva funciona peor, se distrae más fácilmente y, en general, tiene más dificultades para realizar tareas cotidianas. También se observó un empeoramiento de la capacidad para reconocer y gestionar emociones, tanto propias como ajenas, lo cual también tiene implicaciones sociales. En esta misma línea, otros estudios apuntan a que la contaminación no solo está aumentando los problemas de salud mental entre la población sino que, además, se incrementan los niveles de irascibilidad.
"Incluso la exposición a corto plazo a partículas en suspensión puede tener efectos negativos inmediatos en las funciones cerebrales esenciales para las actividades diarias"
"Nuestro estudio proporciona evidencia convincente de que incluso la exposición a corto plazo a partículas en suspensión puede tener efectos negativos inmediatos en las funciones cerebrales esenciales para las actividades diarias", explica el investigador Thomas Faherty, especialista de la Universidad de Birmingham y uno de los autores de este trabajo. Tal como explica este científico, aún no está claro cuál es el mecanismo exacto detrás de este fenómeno pero, por ahora, la hipótesis más consistente es que la alteración de las funciones cerebrales podría estar relacionada con la inflamación interna que se produce en el cerebro, así como en otros órganos, cuando inhalamos partículas contaminantes.
Menos productividad
Son varios los estudios que han mostrado cómo la productividad de los trabajadores se está reduciendo debido a diferentes factores relacionados con el cambio climático como, por ejemplo, la exposición a temperaturas extremas en verano. Este estudio va un paso más allá y afirma que la contaminación también está afectando de forma clara al mercado laboral. "La mala calidad del aire socava el desarrollo intelectual y la productividad de los trabajadores. Y la reducción de la productividad afecta, a su vez, al crecimiento económico, lo que pone de relieve aún más la necesidad urgente de establecer normas más estrictas sobre la calidad del aire", afirma el profesor Francis Pope, de la Universidad de Birmingham.
"La mala calidad del aire socava el desarrollo intelectual y la productividad de los trabajadores"
La comunidad científica internacional lleva años reclamando el despliegue de más medidas para frenar la contaminación en todas las grandes ciudades del mundo. Figuras como Maria Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, abogan incluso por la creación de pactos internacionales para garantizar que todos los ciudadanos del globo respiren aire limpio. Entre las propuestas más reclamadas destacan, por ejemplo, la reducción del tráfico en las grandes metrópolis, especialmente de vehículos contaminantes, así como la creación de zonas verdes.
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