Cuestión de altura

Si eres bajito estás de suerte: vivirás más tiempo

Diversos estudios demuestran que las personas altas tienen una menor esperanza de vida

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bajo def / Efe / Facundo Arrizabalaga

Paula Castillo

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Tener una estatura baja puede suponer un gran complejo, sobre todo en los hombres. Incluso hay un trastorno, llamado Complejo de Napoleón que, según el diccionario Merriam-Webster, consiste en "una actitud dominante o agresiva percibida como una forma de sobrecompensación por ser físicamente pequeño o bajo". Este término se asocia al emperador Napoleón Bonaparte, de quien se dice que compensaba su estatura con su sed de conquista y guerra.

Científicamente comprobado

Dejando de lado los posibles complejos, las personas bajas también tienen sus puntos buenos: viven más años. Así lo demuestra un estudio, realizado en 2012, que investiga la relación que existe entre la altura y la supervivencia de exmilitares nacidos entre 1866 y 1915 en un pueblo de Cerdeña (Italia).

Los resultados muestran que las personas bajitas (que miden menos de 1,61 metros), como norma general tienen un rango más grande de supervivencia que las personas que se encuentran por encima de esta misma altura.

Además, se concluye que a los 70 años de edad las personas bajas tienen una esperanza de vida dos años mayor que las personas de mayor estatura.

Una cuestión ampliamente estudiada

Otro estudio realizado décadas antes (en 1992) por Thomas T. Samaras, uno de los autores de la anterior investigación, también apoya esa teoría. En el trabajo se recogen datos de altura, peso y edad de 373 hombres del registro del Centro Médico de la Administración de Veteranos de San Diego (California, Estados Unidos).

Las conclusiones obtenidas son similares: los hombres con una altura mayor a 1,75 metros viven un promedio de casi 5 años menos que los que cuentan con una altura superior. De igual manera, los hombres de menos de 1,70 viven 7,46 años más que aquellos que miden al menos 1,82.

Un análisis más reciente, concretamente del 2017, investiga esta relación en 3.901 jugadores de baloncesto vivos y fallecidos, con una altura media de 1,94 metros y comprimido en un periodo que abarca desde 1946 hasta 2010.

Las conclusiones también demuestran la veracidad de los estudios anteriores: los jugadores más altos murieron más jóvenes que aquellos más bajos en todas las décadas, con la excepción de los años 1941 a 1950.