Explicación científica

Por qué el miedo se enquista en el cerebro

Un estudio desgrana el mecanismo molecular que regula el sentimiento de miedo

Imágenes de escáner de un cerebro.

Imágenes de escáner de un cerebro. / Archivo

Valentina Raffio

Valentina Raffio

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El miedo es un sentimiento de una gran importancia evolutiva. Gracias al miedo, nuestro cerebro es capaz de ponerse en 'alerta' para sobrevivir a amenazas presentes y para rehuir amenazas futuras. Sentir temor, angustia o incluso ansiedad tiene, pues, sus ventajas para nuestra supervivencia. ¿Pero entonces por qué a veces el miedo se 'enquista' en nuestro cerebro y nos hace difícil pensar con claridad? ¿Y por qué hay personas que no pueden deshacerse de estos sentimientos terroríficos? Según apunta una nueva investigación publicada la revista científica 'Molecular Psychiatry', este fenómeno tendría una explicación biológica.

Para entender por qué el miedo se atasca en nuestro cerebro, empecemos por hablar de cómo funciona nuestra materia gris. Cuando estamos ante una situación de amenaza, tanto la amígdala como la corteza prefrontal, así como una red de neuronas que conecta ambas áreas del cerebro, se ponen en alerta y desencadenan la respuesta emocional que conocemos como miedo.

El objetivo del miedo, según explica la revista de divulgación científica 'Smithsonian magazine', es poner en marcha una serie de mecanismos fisiológicos que nos podrían ser útiles ante una situación de peligro. Mientras el cerebro se pone en estado de 'hiperalerta', la frecuencia cardíaca aumenta, las pupilas se dilatan y los bronquios se ensanchan por si hiciera falta huir. Todos estos procesos dependen de la orden que se envíe desde nuestra materia gris. Así que cuanta más elavada es la señal de alerta, más intensamente se activan todos los mecanismos corporales. 

A menos enzimas, más miedo

Uno de los mecanismos cerebrales que interviene en la 'formación' del miedo es la enzima PRDM2. Varios estudios, de hecho, apuntan a que los cerebros que producen niveles bajos de esta proteína desarrollan unas respuestas de estrés más exageradas. Según apunta el estudio publicado en 'Molecular Psychiatry', este factor no solo afecta a cómo se vive el miedo en el momento, sino que también potencia este sentimiento a la hora de "consolidar" el recuerdo de lo vivido.

El estudio, según explica la investigadora Estelle Barbier, apunta a dos grandes conclusiones. Por un lado, se muestra que cuanta mayor es la actividad entre la amígdala y los lóbulos frontales mayor es la respuesta de miedo. Por otro lado, también se observó que cuanto más baja sea la producción de PRDM2 más se 'enquistan' los recuerdos de miedo en el cerebro. La investigación también halló una serie de genes que también se ven afectados en este proceso, lo que a su vez pareció aumentar la red neuronal que forja el sentimiento de miedo.

Un detalle interesante que recoge el estudio es el siguiente: los mismos mecanismos fisiológicos que intervienen en la 'formación' del miedo también ocurren en los cerebros de personas con adicción al alcohol. Varios estudios apuntan a que los individuos con dependencia desarrollan bajos niveles de la enzima PRDM2. En este sentido, según explican los investigadores que han liderado este trabajo, este fenómeno explicaría por qué a menudo las personas con adicción al alcohol individuos tienen una mayor tendencia a desarrollar miedos patológicos

Suscríbete para seguir leyendo