Descubrimiento científico

La historia del corazón más antiguo jamás descubierto

El órgano perteneció a un pez ya extinto que vivió hace 380 millones de años en aguas australianas

Fósil del pez prehistórico donde se ha hallado el corazón más antiguo jamás descubierto.

Fósil del pez prehistórico donde se ha hallado el corazón más antiguo jamás descubierto. / Yasmine Phillips, Curtin University

Valentina Raffio

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Hace unos 380 millones de años, en las remotas aguas australianas deambulaba un pez prehistórico con coraza y mandíbula. El animal, de una familia ya extinta, acabó sus días en las profundidades marinas, se fosilizó y su cadáver 'sobrevivió' cientos de millones de años oculto en un gran arrecife de corales. Recientemente, un equipo internacional de investigadores ha hallado los restos de este animal y, tras un minucioso análisis, ha logrado 'resucitar' la historia del corazón más antiguo jamás descubierto.

El protagonista de esta historia perteneció a una orden de peces acorazados conocida como artrodiros, que reinó las aguas durante la era paleozoica (para ser más exactos, durante el periodo devónico). Se calcula que estos animales aparecieron hace unos 410 millones de años y desaparecieron hace unos 358 millones de años. Su anatomía recordaba, en cierta manera, a la de algunos de los vertebrados modernos que conocemos hoy en día. Pero no tanto a la de los peces modernos.

Este prehistórico pez estaba protegido por una especie de 'armadura' que amparaba tanto su cuerpo como su cabeza. No tenía dientes, pero utilizaba los bordes de su 'caparazón óseo' como un cuchillo con el que cortar sus presas. El animal tenía el corazón entre la boca y las branquias. Y un hígado tan grande que les permitía flotar. Estas características, según explican los expertos, mantienen algunas similitudes con los tiburones modernos pero no tanto con los actuales peces.

Corazón prehistórico

Más allá de estas peculiaridades anatómicas, el aspecto que más ha sorprendido del estudio de este pez era el estado de conservación de algunos órganos. Pues pese a estar cientos de millones de años enterrado en las profundidades marinas, el fósil conservaba (a su manera) buena parte de los tejidos blandos del estómago, el intestino, el hígado y el corazón. El hallazgo de este último ha resultado ser el más antiguo encontrado hasta la fecha.

Imagen del fósil durante uno de los análisis realizados.

Imagen del fósil durante uno de los análisis realizados. / Yasmine Phillips, Curtin University

"Como paleontóloga que ha estudiado fósiles durante más de 20 años, me sorprendió mucho encontrar un corazón tan bellamente conservado en un ancestro de 380 millones de años", explica Kate Trinajstic, autora del estudio y profesora de la Escuela de Ciencias Moleculares y de la Vida de la Universidad de Curtin y del Western Australian Museum. "Es la primera vez que podemos observar todos los órganos de un primitivo pez con mandíbula y, sorprendentemente, hemos visto que no son todo lo diferentes que creíamos que iban a ser", añade la paleontóloga.

"Me sorprendió mucho encontrar un corazón tan bellamente conservado en un ancestro de 380 millones de años"

El estudio de este fósil ha permitido realizar la primera reconstrucción en 3D de un corazón de este tipo. El análisis, publicado en la prestigiosa revista científica 'Science', muestra que el corazón de los ya extintos artrodiros tenía forma de 'S' y se dividía en dos cámaras. Un rasgo que, tal como explican los investigadores, es una característica que parece haberse desarrollado en los primeros vertebrados.

Un matiz interesante, recogido en el estudio, es el método para obtener estos datos. El fósil fue escaneado usando haces de neutrones y rayos X de un sincrotrón francés de la Instalación Europea de Radiación. Gracias a estas herramientas, los expertos pudieron diferenciar las diferentes densidades del fósil y así saber qué formaba parte de la piedra caliza y qué era una muestra de tejido blando. 

"El descubrimiento de órganos blandos en estos peces antiguos es el sueño de cualquier paleontólogo"

"El descubrimiento de órganos blandos en estos peces antiguos es el sueño de cualquier paleontólogo, porque sin duda se trata de los fósiles mejor conservados del mundo jamás hallados", comenta el investigador John Long, coautor del esutdio y profesor de la Universidad de Flinders. "Los fósiles de Gogo nos permiten comprender los grandes pasos de la evolución. Esta especie nos ha brindado primicias mundiales, desde los orígenes del sexo hasta el corazón vertebrado más antiguo, y ahora es uno de los lugares de fósiles más importantes del mundo", añade el experto.

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