Claves para entender los anticuerpos

¿Cuánto dura la protección de las vacunas contra covid-19?

Dos personas reciben la primera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el covid-19 el pasado 9 de junio de 2021 en el hospital Severo Ochoa de Leganés, Madrid.

Dos personas reciben la primera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el covid-19 el pasado 9 de junio de 2021 en el hospital Severo Ochoa de Leganés, Madrid. / EUROPA PRESS / A. PÉREZ MECA

Valentina Raffio

Valentina Raffio

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El futuro de la pandemia dependerá, en gran medida, de la protección que brindan las vacunas contra el covid-19. Hace ya un año que estas inyecciones empezaron a construir un escudo individual y colectivo frente al virus. ¿Pero cómo son de resistentes estas defensas? ¿Cuánto duran? ¿Qué pasa cuando desaparecen? ¿Y funcionan igual frente a las nuevas variantes? Según apuntan los expertos, una parte de estas preguntas sigue estando rodeadas de incógnitas y la otra dependen de las mutaciones, las variantes y los linajes que desarrolle el virus.

Estas son las claves para entender qué sabemos (y qué no) sobre la inmunidad que forjan las vacunas contra el covid-19 y cómo podrían cambiar el rumbo de la crisis sanitaria.

¿Cuánto duran los anticuerpos contra el covid-19?

Según explica el inmunólogo Julià Blanco, de IrsiCaixa, antes de hablar cuánto dura la inmunidad frente al covid-19 hay que explicar las diferencias entre infecciones y vacunas. Los estudios realizados hasta la fecha apuntan a que las personas que han pasado el covid-19 producen, en general, un buen nivel de anticuerpos. Al cabo de tres meses, estos umbrales sufren una pequeña caída y después se estabilizan. Todo apunta a que al cabo de un año la protección se mantiene estable. En las personas vacunadas, en cambio, los anticuerpos se empiezan a producir tras la primera dosis, alcanzan su pico después del segundo pinchazo y después van bajando progresivamente durante unos seis meses. La protección brindada por estos fármacos, pues, parece generar una respuesta inmune más potente pero menos estable.

"No todas las personas responden igual. Hay muchos factores que influyen en la producción de anticuerpos", matiza la inmunóloga Gemma Moncunill, del instituto Isglobal. Las personas mayores, por ejemplo, producen menos cantidad de anticuerpos que las jóvenes. "Pero la cantidad de los anticuerpos no es todo. También hay que fijarse en la calidad de las defensas y, sobre todo, en la memoria inmunológica", recalca la científica. 

¿Qué pasa cuando desaparecen los anticuerpos?

Tanto las personas que han pasado la enfermedad como las que han recibido una vacuna llegan, eventualmente, a un punto en el que parece que los anticuerpos contra el covid-19 prácticamente han desaparecido (o están en mínimos). Entonces, explica Moncunill, la clave está en mirar qué ocurre con la ‘segunda línea de defensa’ de nuestro sistema inmune: la memoria celular. De hecho, según explica la investigadora, la presencia de linfocitos T y de células B es un indicador de que nuestro sistema inmune recuerda cómo hacer frente al virus. Y esto, a su vez, sugiere que nuestro cuerpo ha memorizado unas instrucciones para combatir el virus que podrían durar años (aunque no está claro exactamente cuántos). 

¿Si tengo menos anticuerpos tengo más riesgo de infectarme de covid?

Todo apunta a que, conforme bajan los niveles de anticuerpos, también disminuye la efectividad de las vacunas para esquivar las infecciones sintomáticas. Esto, en la práctica, significa que meses después de los pinchazos aumenta el riesgo de infectarse de coronavirus. Eso sí. Según apuntan los estudios realizados hasta la fecha, incluso en caso de contagiarse, las personas vacunadas están mucho más protegidas frente a la enfermedad grave (y a la muerte) por covid-19. De ahí la insistencia de los expertos de acelerar la campaña de vacunación en todo el mundo

Si las defensas aguantan, ¿de qué sirven las dosis de refuerzo?

La entrega de terceras dosis contra el covid-19 podría tener beneficios tanto individuales como colectivos. Según explica Moncunill, entregar un pinchazo de refuerzo a población mayor brindaría más protección a un grupo que, de por sí, sufre más comorbilidades y que en caso de enfermar tiene más probabilidades de desarrollar una forma grave de la enfermedad.

Desde un punto de vista colectivo, Blanco también destaca que las dosis de refuerzo podrían ayudar a reducir la transmisión del virus, el número de casos y, en consecuencia, el número de personas que requieren atención médica u hospitalización. "Esta estrategia solo funcionaría a medio plazo. En momentos como ahora, cuando los casos están desbocados, la única manera de frenar el virus es aplicar otro tipo de medidas", recalca el experto. 

¿Es más eficaz seguir con la misma vacuna o mezclar varias?

Todas las vacunas disponibles en el mercado han demostrado generar unos elevados niveles de anticuerpos contra el covid-19. Según explica Moncunill, las vacunas de ARNm, como Pfizer y Moderna, generan más anticuerpos que las fórmulas de adenovirus, como Astrazeneca y Janssen. De cara a la entrega de terceras dosis, Blanco cita un reciente estudio que apunta a que la mezcla de vacunas genera una inmunidad más resistente y duradera. La mejor combinación, destaca el análisis, es la de Moderna y Astrazeneca. "La cantidad de anticuerpos es cincuenta veces mayor en pacientes con dos dosis de Astrazeneca y refuerzo de Moderna", comenta el científico.

¿Son eficaces los anticuerpos frente a ómicron?

Esta es una de las preguntas que, según apuntan los expertos, podría marcar el futuro de la pandemia. La respuesta rápida es que, hoy por hoy, todavía no está del todo claro. Blanco cita una reciente investigación publicada sobre el tema y explica que, según sugieren estudios de laboratorio, "ómicron es entre 20 y 40 veces más resistente a los anticuerpos que las variantes anteriores". Esto, argumenta el científico, aumentaría considerablemente el riesgo de reinfección (sobre todo en un momento donde los contagios vuelven a estar desbocados).

"La buena noticia es que, por lo que parece, el sistema inmunitario sigue controlando la infección grave así que, aunque aumente el riesgo de reinfección, las personas que ya han desarrollado anticuerpos contra el virus tienen menos probabilidades de enfermar ", comenta Blanco.  

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