Estudio del FECYT

Los españoles pierden confianza en las pseudoterapias

La homeopatía pierde ocho puntos porcentuales de confianza y el reiki pierde cinco, según indica la última Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España

Los técnicos siguen estudiando si la homeopatía se puede considerar una pseudoterapia o no

Los técnicos siguen estudiando si la homeopatía se puede considerar una pseudoterapia o no / periodico

Valentina Raffio

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Solo uno de cada seis españoles confía en la homeopatía y uno de cada diez cree en la utilidad del reiki. En el año de la pandemia, las vacunas y la omnipresencia de voces científicas, la confianza en las terapias sin evidencia científica ha caído en picado. Según indica el último estudio de percepción social de la ciencia en España, en apenas dos años la homeopatía ha pasado de seducir el 25% de los ciudadanos a quedarse con la confianza del 17%. El reiki, por su parte, ha pasado de contar con el beneplácito del 16% a quedarse con tan solo el 11% de la opinión pública.

La reputación a la baja de las pseudoterapias contrasta con el fervor ciudadano a favor de la investigación científica. Los españoles valoran muy positivamente el trabajo de los científicos. Estos, de hecho, destacan junto a médicos y profesores como los profesionales más valorados por los españoles, tal y como recoge la última Encuesta de Percepción Social de la Ciencia elaborada por la Fundación Española Para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), que ha recogido la opinión de casi 8.000 ciudadanos entre julio y octubre del 2020.

El impacto de las pseudoterapias

Tres años después de que el Gobierno lanzara su plan para proteger a los pacientes frente a las pseudoterapias, un 23,8% de los españoles reconoce haber utilizado un 'tratamiento alternativo' como la homeopatía o la acupuntura a lo largo de su vida. La gran mayoría de los encuestados afirma haber utilizado estos pseudoterapias como complemento a los tratamientos médicos convencionales. Solo uno de cada cuatro usuarios de estas disciplinas sin eficacia científica contrastada afirma utilizarla como sustituto de un tratamiento médico. Y este es justamente el dato que más preocupa. Sobre todo porque, según han denunciado reiteradamente los sanitarios, los pacientes pueden dejar de lado los tratamientos avalados por confiar en este tipo de falsas terapias.

Casi la mitad de los usuarios de pseudoterapias confía en ellas para el tratamiento de problemas como el dolor. Un 20,7% acude a estos para paliar el estrés o la ansiedad. Y un 12,8% para tratar enfermedades leves como un resfriado. Preocupa, sin embargo, el 1,4% de ciudadanos que afirma haber recurrido a estas falsas terapias para el tratamiento de dolencias tan graves como el cáncer. "Estos datos muestran que en España la gran mayoría de los ciudadanos no creen en las pseudoterapias. Aun así, preocupa este 1% de los españoles que han sido engañados para creer que pueden curar algo grave con algo que no es científico", ha afirmado este miércoles Pedro Duque, ministro de Ciencia, durante la presentación de la última

El estudio, que indaga en la percepción social de este fenómeno cada dos años, apunta a que el uso de pseudoterapias ha aumentado en los grupos de población con un nivel educativo más bajo y, por el contrario, ha disminuido entre las personas con estudios universitarios. Todo apunta a que las mujeres y los jóvenes son los grupos más proclives al uso de estas falsas terapias. En la franja de entre 25 a 34 años, de hecho, el uso de pseudoterapias ha aumentado de un 26% a un 33% en los últimos dos años. 

Más inversión en cienc

Al otro lado de la balanza, parece que aumenta el interés por la ciencia en España. Un 14% de los ciudadanos sitúa a la ciencia entre sus intereses principales. Pero, indirectamente, también hay un gran porcentaje de ciudadanos que se inclina por temas (directa o indirectamente) relacionados con la ciencia, como el 46% de españoles interesados por el seguimiento de la pandemia de covid-19, el 26% por cuestiones de medicina y salud y un 10% por temas medioambientales. 

Un 85% de los interpelados en este estudio está a favor de que se invierta más en ciencia. La petición iría dirigida tanto al Gobierno de España, como a las autonomías, la administración local y las empresas. Asimismo, un 59% de los ciudadanos afirma que estaría dispuesto a donar a favor de la investigación científica de la misma manera que se dona a entidades sociales y oenegés.

Pero a pesar de su buena reputación, la ciudadanía también percibe que la investigación en España está mal remunerada y que, en general, cuenta con escaso reconocimiento social. Estas afirmaciones, sin ir más lejos, también protagonizan las reivindicaciones del sector, que reclama contratos estables y salarios dignos para los investigadores españoles. En relación con esto, el 66,2% de los encuestados opina que la ciencia española está más retrasada que la media de los países de la Unión Europea.

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