INVESTIGACIÓN EN CURSO

Todo lo que no sabemos del covid-19

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Valentina Raffio

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Todo empezó hace justo un año. A finales del 2019, varios casos de una extraña neumonía empezaron a brotar en la ciudad china de Wuhan. El 31 de diciembre las autoridades sanitarias locales informaron del primer clúster de afectados por esta enfermedad respiratoria desconocida. Días más tarde, la Organización Mundial de la Salud enviaría la primera alerta por el surgimiento de esta enfermedad y, a partir de ahí, todos sabemos cómo continúa la historia.

La parte menos conocida de esta cronología es todo lo que ocurrió en los laboratorios. El día 9 de enero, por ejemplo, el centro de control de enfermedades de China ya había identificado a un nuevo coronavirus como responsable de esas enfermedades. Poco después, varios grupos de investigación lograron obtener la primera secuencia completa del genoma del patógeno y la publicaron en abierto para que todos pudieran acceder a esa información. Diez días más tarde un equipo alemán ya había logrado diseñar una prueba diagnóstica para este nuevo coronavirus. 

La comunidad científica internacional lleva desde el principio intentando descifrar el funcionamiento del virus, de la enfermedad y de la pandemia para dar con una solución a la crisis sanitaria. Nunca antes en la historia de la humanidad se habían volcado tantos esfuerzos al unísono en una sola cuestión. Solo entre enero y mayo se generaron más de 23.000 artículos científicos sobre el covid-19, según apunta un análisis publicado en la revista 'Science'.

La carrera científica nunca había avanzado tan rápido. Pero tras apenas un año de recorrido, varios científicos interpelados por EL PERIÓDICO recuerdan que todavía hay muchas incógnitas por despejar. Estos son algunos de los ámbitos de la investigación en los que hoy por hoy hay más preguntas que respuestas.

Biología básica

Biología básicaEmpecemos por el principio. Por la biología básica. Las primeras discusiones sobre el virus, de hecho, tenían que ver con aspectos fundamentales. "¿Cuál es el origen de este virus? ¿Qué saltos entre especies ha dado hasta llegar a infectar al primer ser humano? ¿Cómo se transmite?", se preguntaban los científicos a principios de año. Detrás de estas preguntas surgieron otras mucho más elementales. Como qué ocurre cuando el virus entra en contacto con una persona. O qué mecanismo permite al virus unirse a las células humanas. Todas estas cuestiones, lejos de estar zanjadas, suponen un reto enorme para la investigación en los laboratorios.

"La ciencia básica ayuda a avanzar rápidamente en la ciencia aplicada. No podemos desarrollar tratamientos o vacunas sin conocer previamente al virus", recuerda Júlia Vergara Alert, investigadora del Centre de Recerca en Sanitat Animal IRTA-CRESA. La buena noticia es que la ciencia lleva décadas estudiando los coronavirus, por lo que hay mucho conocimiento de base que ya está sobre la mesa. Aún así, son muchas las preguntas que quedan por resolver. Como qué implicaciones podrían tener las mutaciones que vayan surgiendo. "No olvidemos que este es un virus muy reciente. Hay otros patógenos que llevan décadas aquí y todavía no los entendemos del todo", añade la científica. 

DEL 1 AL 10, ¿CUÁNTO SABEMOS SOBRE EL VIRUS?

"Aunque es complicado cuantificarlo, porque se me hace difícil pensar que hay un virus o una enfermedad del que sepamos todo. Los estudios sobre el covid-19 están avanzando muy rápidamente y no sé si hay un precedente similar. Eso sí, todavía queda mucho camino por recorrer", reflexiona Júlia Vergara Alert.

Antivirales, tratamientos y vacunas

Antivirales, tratamientos y vacunasConforme se vayan despejando las preguntas más elementales sobre el virus, se podrá avanzar en la búsqueda de antivirales, tratamientos y vacunas contra el covid-19. "Se están buscando tanto medicamentos que eviten la infección como fármacos que sirvan para tratar a personas enfermas", resume Nuria Izquierdo-Useros, viróloga, inmunóloga y líder de un grupo de investigación sobre fármacos contra el covid-19 en IrsiCaixa. "La principal estrategia que se está utilizando consiste en reposicionar fármacos. Es decir, mirar si entre los que ya existen hay alguno que puede ser útil contra este nuevo coronavirus", añade la experta.

El ensayo clínico sobre medicamentos contra el covid-19 más grande realizado hasta la fecha mostró que ninguno de los compuestos estudiados parecía tener efectos en reducir la mortalidad de los pacientes afectados. Ni siquiera los famosos remdesivir y hidroxicloroquina. "Es complicado dar con un antiviral en tan poco tiempo, porque todavía hay muchas cuestiones de biología básica que no entendemos", sentencia la científica.

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"Sabemos muy poco. Y eso que tenemos a los mejores grupos de investigación del mundo volcados en este tema y que el esfuerzo que se ha hecho para generar conocimiento es impresionante. Aunque la cantidad de datos publicados ha sido tan grande que todavía no nos ha dado tiempo a digerirlos e integrarlos", comenta Nuria Izquierdo-Useros.

Síntomas y efectos sobre la salud

Síntomas y efectos sobre la salud Una vez el virus infecta a un paciente, las dudas que brotan son otras. Empezando por el interrogante de los síntomas, que en algunos casos se presentan con un malestar inespecífico y en otros ni siquiera se muestran. Asimismo, sigue siendo objeto de estudio por qué la misma enfermedad puede desencadenar cuadros clínicos más o menos graves en función del paciente, aunque no acaba de estar claro el porqué.

"Al principio estábamos todos bastante desconcertados, pero tras meses de experiencia con esta enfermedad ya sabemos mejor cómo tratar a los pacientes afectados", explica Jaime Lora-Tamayo, médico adjunto del Servicio de Medicina Interna del Hospital 12 de Octubre de Madrid y coordinador de área covid en dicho hospital. En la práctica, aunque no esté del todo claro cómo se desencadena la afectación del virus más allá de los pulmones, en los hospitales se trabaja para "tratarlo todo de la mejor manera posible, a pesar de la incertidumbre".

"Seguimos estando huérfanos de un medicamento que permita cambiar el rumbo de la enfermedad. Así que por ahora tenemos que tirar de 'viejos conocidos' como los corticoides hasta que los ensayos clínicos nos den una alternativa mejor", comenta el especialista, también miembro de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

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"Acabamos de empezar a entenderlo. Estamos ante una enfermedad bastante espectacular. No hay que entenderla solo como una enfermedad infecciosa, sino como una alteración sistémica en todo el organismo. Todavía queda mucho por saber sobre su afectación", explica Jaime Lora-Tamayo.

Secuelas y malestar arrastrado

Secuelas y malestar arrastrado ¿Y qué ocurre con los pacientes que ya han superado la infección pero que todavía arrastran malestar? La incidencia de las secuelas sigue siendo otro de los grandes interrogantes sobre la mesa. Algunos estudios sobre el tema sugieren que 1 de cada 10 pacientes con una forma leve de covid-19 pueden arrastrar alguna forma de malestar durante semanas o meses. En el caso de los afectados que han requerido hospitalización, las secuelas podrían afectar a más del 50% del total.

"La fatiga, el cansancio y el dolor de cabeza destacan entre los síntomas más persistentes, así como la sensación de falta de aire", argumenta Juan María Herrero, médico internista y vocal de comunicación del Grupo de Enfermedades Infecciosas (GTEI) de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). No está claro hasta qué punto estos síntomas están relacionados con la infección (y los daños que causa en el cuerpo) o por factores externos.

Algunos expertos hablan de 'síndrome post-covid-19' para englobar toda la amalgama de síntomas derivados de un largo ingreso hospitalario; desde el desacondicionamiento físico, hasta el estrés postraumático, la ansiedad y la fatiga arrastrada. "Habrá que ver cuáles de estos síntomas son directamente producidos por la propia infección y cuáles se deben a otros factores, como la ansiedad que se padece, el confinamiento, la angustia o la hospitalización", añade el doctor. Muchas de las preguntas sobre los "efectos a largo plazo" solo se podrán contestar cuando haya pasado el tiempo necesario para mirar al problema con perspectiva.

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"Aunque hemos aprendido mucho y a una velocidad sin precedentes, todavía quedan multitud de incógnitas muy relevantes por responder tanto desde el ámbito de la virología, la epidemiología, las ciencias del comportamiento y los ámbitos clínicos asistencias. Por ejemplo. ¿Cómo va a evolucionar el virus en infectividad y virulencia? Pero también, ¿Cómo lograr que la comunicación de riesgos sea más afectiva? ¿Cómo implementar y lograr que se cumplan las medidas de prevención necesarias? Y por último, aunque no menos importante, ¿aprenderemos lo suficiente de nuestros aciertos y errores para las futuras pandemias que han de venir?", comenta Juan María Herrero.

Reinfecciones y duración de la inmunidad

Reinfecciones y duración de la inmunidadAhora que la pandemia ya ha afectado a más de 56 millones de personas en todo el mundo, también crece la preocupación por la incidencia de las reinfecciones. Es decir, la posibilidad de que una persona que ya ha superado una infección se vuelva a contagiar. "No está claro cómo funciona la inmunidad frente a este virus. Todavía hay muchas brechas de conocimiento para poder dar respuesta a estas cuestiones", reflexiona Carlota Dobaño, viróloga e inmunóloga del centro de investigación ISGlobal.

El primer paso será entender qué mecanismos activa el cuerpo para protegerse de la infección (desde los anticuerpos hasta la inmunidad celular) y cuánto duran las defensas generadas. Y, a partir de ahí, ir despejando las demás dudas sobre el funcionamiento de la inmunidad. Como qué cantidad de anticuerpos son necesarios para que una persona esté protegida frente al virus. Cuánto duran. O si vale más la cantidad que la calidad de las defensas. "Estas cuestiones son extremadamente complicadas de estudiar. Hay personas que en seguida generan muchos anticuerpos de un tipo y otras que tardan más y desarrollan defensas escasas y malas. Hasta hay casos que tienen un sistema inmune innato muy potente que parece que apenas se infectan", añade la especialista.

Sobre la incidencia de las reinfecciones, Dobaño considera que ha faltado tiempo e infraestructuras para entender la magnitud del problema. El puñado de casos de reinfecciones confirmados hasta ahora se han detectado porque, casualmente, se ha podido comprobar que el genoma del virus era diferente en las dos infecciones. Pero es posible que haya más casos reincidentes que los detectados hasta la fecha.

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"Se está generando mucha información valiosa muy rápido, pero todavía hay muchos retos por resolver. Todo el conocimiento que se genere sobre inmunidad será clave no solo para responder estas preguntas, sino también para saber cómo enfocar la búsqueda de una vacuna", argumenta Carlota Dobaño.

Huella en la salud mental

Huella en la salud mentalMientras la crisis sanitaria avanza, los efectos de la pandemia sobre diferentes esferas de la sociedad se hace cada vez más evidente. Las autoridades sanitarias ya empiezan a hablar de fatiga pandémica; el cansancio emocional arrastrado durante estos meses. Y las sociedades científicas alertan de un incremento exponencial en los trastornos psicológicos y psiquiátricos derivados de la situación. Entre los colectivos más afectados destacan aquellos que han estado expuestos de manera más directa al virus o aquellos que, debido a desigualdades existentes, arrastran las consecuencias más duras de la crisis.

"Todo el mundo da por hecho que esta crisis tendrá un impacto en la salud mental de la población, aunque todavía no está clara la magnitud del problema", comenta Jordi Alonso Caballero, coordinador del grupo de investigación en servicios sanitarios del Institut de Recerca Hospital del Mar (IMIM-UPF) y líder de un estudio sobre la cuestión. "El problema no es padecer estrés agudo en un momento determinado de tensión, sino arrastrar este estrés a largo plazo. No sabemos qué consecuencias podrían desencadenar esto", comenta el experto. La incidencia del estrés postraumático entre sanitarios, por ejemplo, tan solo se podrá empezar a vislumbrar unos seis meses después de la primera oleada de contagios.

Más allá de los colectivos 'en primera línea', Caballero pide ampliar la rádar y plantear otras preguntas. Por ejemplo. ¿Cómo ha afectado el confinamiento y la educación en línea a los escolares? ¿Qué efecto ha tenido el teletrabajo para las relaciones personales? ¿Cómo ha afectado este periodo de estrés e incertidumbre a los núcleos familiares? "No todos los efectos tienen porqué ser malos. Pero hay que indagar para entender los problemas y señalar posibles soluciones", señala el experto.

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"Creo que por ahora solo hemos visto la punta del iceberg. Las secuelas psicológicas serán complejas de estudiar, tanto a nivel individual como a nivel colectivo. También cuando la pandemia se dé por acabada, habrá muchas preguntas por responder. ¿Cambiará la actitud de la gente después de esta crisis? ¿El uso de medicamentos y servicios sanitarios? ¿Y sus ambiciones?", plantea Jordi Alonso Caballero.

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