DESCUBRIMIENTO CIENTÍFICO

Una gota de ámbar resguarda un raro anfibio durante 100 millones de años

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Solo se necesita que una gota de resina caiga en el momento justo y el lugar adecuado para que un animalillo quede atrapado en este líquido viscoso que poco a poco se va solidificando. A partir de ahí, la ‘supervivencia’ de este fósil está en manos de la suerte. Sino que se lo digan al raro ejemplar de anfibio fósil que ha sido hallado en una piedra de ámbar de 100 millones de años.

Se trata de un animal pequeño. Con garras, escamas y una larga cola. Parecido a una lagartija, sí. Pero de la familia de los anfibios. "Nos los podemos imaginar como unos pequeños animales, algo rechonchos, correteando y escondiéndose en la hojarasca y saliendo ocasionalmente para cazar una mosca con su lengua", explica Susan Evans, paleontóloga del University College London y una de las científicas que este mismo jueves presentan su hallazgo en un artículo de ‘Science’.

Los científicos han bautizado a este animal como ‘Yaksha perettii’, en tanto que este supondría un nuevo género y especie para la ciencia. Su nombre, explican los expertos, hace referencia a los ‘yaksha’; unas criaturas míticas de la tradición birmana que custodiaban tesoros. Y su apellido es un homenaje a Adolf Peretti, el investigador que descubrió sus restos fósiles.

Depredadores de cinco centímetros y lengua retráctil

Sus descubridores explican que estos pequeños anfibios eran ‘depredadores de emboscada’. Capturaban a sus presas disparando su lengua retráctil. El hallazgo de estos animales supondría, además, el primer ejemplo de una "lengua de fuego" del que se tiene constancia. Su lengua, de hecho, era como la de un camaleón; conocidas en la actualidad como uno de los músculos más rápidos del reino animal. Este movimiento podría alcanzar de 0 a 100 km/h en una centésima de segundo. 

Estos raros anfibios pertenecían a un linaje distinto al de las ranas, las salamandras y las cecilias actuales. Los expertos estiman que los primeros ‘Yaksha perettii’ aparecieron hace al menos 165 millones de años y se extinguieron hace tan solo unos 2 millones de años por causas que, hoy por hoy, siguen siendo una incógnita. "Este descubrimiento añade una pieza muy interesante al rompecabezas de este raro grupo de animales", explica el coautor del estudio, Edward Stanley , director del Museo de Historia Natural de Florida.

Viaje al interior de un fósil

Su historia ha sido recuperada gracias al estudio de un conjunto de fósiles de 99 millones de años de antigüedad hallados en la actual Birmania. Al principio, el espécimen fue clasificado erróneamente como un camaleón antiguo. La afirmación creó revuelo entre los científicos, por lo que su estudio se sometió al escrutinio de una tomografía computarizada. 

Esta herramienta permitió obtener imágenes de gran resolución de la anatomía de los anfibios e incluso mostró zonas de tejido blando, como la punta de la lengua y partes de los músculos de la mandíbula y los párpados. 

"El extraordinario grado de preservación de este fósil nos ha proporcionado nueva información útil para deducir el comportamiento de estos pequeños anfibios", comenta Arnau Bolet, investigador ‘Juan de la Cierva’ del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y profesor asociado a la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), uno de los expertos que ha participado en los análisis realizados para la nueva especie descrita.