EXPLORACIÓN ESPACIAL

Viaje a la primera colonia de Marte

Varios investigadores imaginan cómo podría ser la primera ciudad del planeta rojo, desde su arquitectura hasta el estilo de vida de los futuros habitantes marcianos

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Valentina Raffio

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Año 2100. Hace ya sesenta años que las primeras misiones humanas tripuladas salieron rumbo a Marte. La primera ciudad del planeta rojo, Nüwa, ha ido abriéndose paso entre las rocas del acantilado de 'Tempe Mensa' hasta convertirse en la primera colonia extraterrestre de la humanidad. Los registros ya hablan de un millón de habitantes marcianos. La mayoría son inmigrantes de la Tierra. Otros muchos, hijos del planeta rojo. Sus vidas podrían parecer sorprendentemente normales. Pero a cientos de millones de kilómetros de la 'canica azul', la civilización surge sobre unos pilares radicalmente diferentes. Todo tiene que cambiar para que la vida siga como siempre. Así empieza su historia.

Ya de vuelta al año 2020, recordado en el futuro como el año en que la pandemia de covid-19 puso el mundo patas arriba, los primeros bocetos de Nüwa empezaron a tomar forma durante los fatídicos meses de confinamiento. Encerrados en sus casas, varios investigadores empezaron entonces a imaginar cómo serían los primeros asentamientos humanos fuera de la Tierra. "La próxima vez que pongamos un pie en otro mundo, tenemos que hacerlo de forma sostenible", acordaron los miembros del Sustainable Offworld Network (SONet).

Su idea de una ciudad marciana se fue construyendo desde los cimientos teniendo en cuenta aspectos científicos, arquitectónicos, económicos, sociales y humanos. El proyecto fue seleccionado entre los 10 finalistas del concurso de la Mars Society. Y, a partir de ahí, el eterno sueño de conquistar fronteras más allá de la Tierra por fin despegó.

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NÜWA, UNA CIUDAD FUTURISTA ENTRE LAS ROCAS

Diseñar una ciudad en Marte no solo es un reto para la imaginación, sino que supone un desafío a nuestra mirada sobre la Tierra. "Hay que pensar, por un lado, en el concepto físico de la ciudad. Y, por el otro, en las necesidades de las personas", explica Guillem Anglada-Escudé, uno de los fundadores del proyecto y científico del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya (IEEC-CSIC). "No estamos pensando en plantar una bandera y ya está. Planteamos un modelo de desarrollo sostenible a largo plazo", añade.

El plan para las misiones extraplanetarias incluye una breve parada técnica en la Luna, o en una estación cercana, para repostar combustible. El viaje hasta Marte podría durar varios meses. 

El proyecto es el siguiente. Los cimientos de la ciudad marciana de Nüwa, que toma su nombre de la diosa china que creó la humanidad, deberían excavarse en la roca para proteger los habitantes de las temperaturas extremas del planeta (donde la media es de -55 grados), de una atmósfera sin apenas oxígeno y de la intensa radiación solar. En la pared del acantilado, se construirían los habitáculos y las oficinas. Y en el valle, las zonas de ocio resguardadas bajo cúpulas transparentes. Así se irían construyendo cinco núcleos urbanos de 200.000 habitantes cada uno, hasta alcanzar el millón de marcianos.

El objetivo es construir una colonia de un millón de habitantes

El reto de construir una ciudad en Marte tiene mucho que ver con el hostil terreno del planeta. "Si construyéramos como en la Tierra, los edificios tenderían a explotar por la presión interior. La radiación solar y gamma del planeta obligan a construir sin espacios expuestos al cielo", señala Alfredo Muñozfundador de ABIBOO Studio, el estudio encargado de proyectar los cimientos de Nüwa. La estructura de esta ciudad marciana incluye, entre otros, "plantas generadoras de oxígeno, tratamiento de agua que se integran el paisaje de los espacios públicos de la ciudad como esculturas", añade Muñoz. Porque no todos iban a ser problemas en Marte.

El diseño de esta ciudad extraterrestre también va acompañado de un modelo de desarrollo económico y social. La idea, explican sus creadores, es que el 'estado marciano' cubra las necesidades básicas de sus habitantes, como el hogar, la alimentación y los servicios básicos. A partir de ahí, los ciudadanos deberían dedicar una parte de su tiempo a proyectos destinados al bien común y al mantenimiento de la colonia. Y otra, a actividades de su gusto. Si el modelo genera excedentes, los marcianos podrán quedarse con una parte. A partir de ahí se sentarían las bases de la economía circular en el planeta rojo.

LOS PRIMEROS COLONOS Y LOS PRIMEROS MARCIANOS

"En Marte vamos a necesitar una sociedad cohesionada y solidaria. El individualismo no funciona en un planeta tan hostil", reflexiona Miquel Sureda, fundador de Nüwa e ingeniero aeroespacial de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Las primeras misiones tripuladas a Marte, vaticina, estarán formadas por el personal científico y técnico que empiece a preparar el asentamiento. "Pero con el tiempo, las colonias también necesitarán médicos, profesores y artistas", argumenta.

El 'factor humano' es, de hecho, uno de los principales escollos con los que se enfrenta actualmente la exploración espacial. Porque la tecnología para ir a Marte está más o menos a punto (o lo estará en los próximos años). Falta saber si los humanos aguantarían física y psicológicamente la vida en otro planeta. "Si se sigue el mismo proceso que se da ahora con los astronautas, se seleccionarán a personas en buenas condiciones físicas que, además, estén preparadas mentalmente para vivir en un entorno hostil y lejano", comenta Sureda. "Pero llegará el día en que nazcan habitantes autóctonos, los verdaderos marcianos, y entonces los retos serán otros", añade.

Los primeros habitantes marcianos tendrán que ser científicos, pero con el tiempo se necesitarán otros perfiles

El futuro de Marte también se construirá en las escuelas. Los niños marcianos no tendrán asignaturas como tal, sino que deberán aprender a buscarse la vida. "En lugar de centrarse en conocimientos enciclopédicos, los alumnos deberán aprender a utilizar los recursos disponibles para adaptarse rápidamente a las innovaciones", recalca el plan educativo de Nüwa. Las universidades, diseñadas para jóvenes y adultos, serán un lugar en el que aprender habilidades técnicas específicas. Como diseñar robots, programar algoritmos de inteligencia artificial y construir paneles solares.

¿MENÚ? ALGAS, INSECTOS Y CARNE SINTÉTICA

¿MENÚ? ALGAS, INSECTOS Y CARNE SINTÉTICAEn Nüwa está todo pensado. Hasta la comida. El menú marciano debería incluir fruta y verdura terrestre de kilómetro cero cultivada en Marte. Pero también algunas 'delicatessen' como algas, insectos y carne sintética. "Tenemos que pensar en un sistema alimentario más eficiente", argumenta explica Gisela Detrell, responsable de los sistemas de soporte vital de Nüwa e investigadora del Institute of Space Systems de la Universidad de Stuttgart (Alemania). Así que nada de agricultura, ganadería o pesca extensiva en el espacio. "Es un modelo insostenible", defiende la científica.

"El principal reto a la hora de planificar un asentamiento extraterrestre es cuantificar todos los recursos necesarios para la vida. Aquí en la Tierra damos por hechas muchas cosas, pero en Marte tendremos que empezar desde cero", explica Detrell. Se necesitarán 10.000 toneladas diarias de agua,  1.500 de comida y 40 millones de kilovatios para mantener a un millón de habitantes marcianos. Y eso sin tener en cuenta las necesidades adicionales de escuelas, hospitales, geriátricos y zonas de ocio…

El menú de los marcianos incluirá algas, insectos y carne sintética

La vida en Nüwa tiraría adelante gracias a una combinación de energía solar y nuclear. Las ciudades se construirían con recursos minerales locales. Y hasta se desarrollarían herramientas para reconvertir el dióxido de carbono de la atmósfera en materiales útiles para la colonia. Todo ello, minimizando los costes y evitando al máximo el desperdicio.

¿DE QUÉ SIRVE IMAGINAR UNA VIDA EN MARTE?

¿DE QUÉ SIRVE IMAGINAR UNA VIDA EN MARTE?Llegados a este punto, muchos se estarán preguntando de qué sirve imaginar una vida en Marte si todavía estamos estancados en la Tierra. Los creadores de Nüwa lo tienen claro. "Es un ejercicio de reflexión que también sirve para ver en perspectiva algunos de los desafíos que enfrentamos hoy en nuestro propio mundo", argumentan como conclusión a su proyecto. El plan de vida para el planeta rojo, de hecho, tiene mucho que ver con las propuestas que hoy en día se lanzan para hacer frente a la crisis climática. "No se trata de huir de la Tierra, sino empezar a pensar cómo podemos lograr un planeta mejor", reflexiona Detrell.

Imaginar cómo será la vida fuera de la Tierra sirve para ver en perspectiva los problemas del planeta

Imaginar cómo podría ser la vida más allá de la Tierra es, además, parte del espíritu humano. Así que a largo plazo, si las misiones humanas extraplanetarias prosperan, este tipo de proyectos podrían sentar las bases para las futuras colonias extraterrestres. "Hay que pensar desde ya en aspectos científicos, técnicos y sociales. Abrir horizontes. Imaginar qué tipo de sociedad queremos exportar a otros planetas", argumenta, soñador, Sureda.

Si el proyecto de Nüwa prospera, la semilla de la primera ciudad marciana podría empezar a testarse en breves desde el suelo terrestre. "Algún día podríamos construir un simulador para poner a prueba algunas de las tecnologías que planeamos llevar a Marte", comenta Anglada-Escudé. Así que quién sabe. Puede que el viaje hacia la primera colonia marciana empiece próximamente en la Tierra.

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