Ayudas a la ciencia

Serias ideas locas

soc caixa

soc caixa / José Luís Roca

EL PERIÓDICO

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La fundación La Caixa cumplió con el compromiso, adquirido en 2016, de triplicar su inversión en investigación dentro de 2019. Este año, la entidad ha destinado 90 millones de euros a ese capítulo.

De ellos, 28 están dedicados a ayudas a la investigación, que se entregaron a los beneficiados en Septiembre. De esta manera, la fundación se mantiene como la organización filantrópica que más financia la ciencia en España y la segunda en Europa.

En la ceremonia de entrega, se reunieron en Barcelona representantes de los 79 proyectos científicos financiados, que se llevarán a cabo en España y Portugal. Eso es, un 5% de los más de 1500 proyectos que se presentaron a la convocatoria.

Ese número descomunal sugiere que las ayudas son un alivio (aunque sumamente competitivo) para una investigación azotada por años de recortes a la financiación pública.

El número de solicitantes de las ayudas posdoctorales del programa se han casi duplicado entre 2018 y 2019 (de 440 a 775, por 30 y 33 plazas respectivamente). El 35% de todas las ayudas fueron entregadas a mujeres.

El listado de proyectos financiados, que se presenta bajo el nombre de "Preguntas para el futuro", es un auténtico alijo de ideas ambiciosas y rompedoras, basadas en la ciencia más innovadora. Aquí van algunas de las más sorprendentes.

Curarse con las series

Hacer de doblador para fragmentos de series televisivas podría transformarse en una nuevas terapia para personas con dificultad en el habla después de sufrir un ictus.

Esta el la propuesta de Blanca Fuentes Gimeno, jefa de sección del servicio de neurología del Hospital Universitario La Paz de Madrid, receptora de una de las ayudas para investigación en salud de La Caixa.

"Un tercio de los pacientes de ictus tienen problemas de comunicación. No poder pedir un café o decirle a tu pareja que le quieres altera la vida del paciente y de su familia", explica la investigadora. Existen muchas terapias, pero hay casos que se resisten a todas ellas.

La idea de usar las series surgió de Nereida Bueno, una investigadora del grupo de Fuentes aficionada de doblaje, que la experimentó con éxito con un familiar con afasia.

"Hay aplicaciones para tabletas con actores que pronuncian palabras, y los pacientes tienen que repetirlas. Pero les falta el contexto de las palabras. Al contrario, doblar una secuencia en la cual un actor pide un café, por ejemplo, hace que el paciente se sienta en esa situación", explica Fuentes.

El proyecto cuenta con la colaboración de RTVE, que va a facilitar su archivo. El plan es hacer un ensayo clínico en el Hospital La Paz y, si funciona, desarrollar una aplicación.  

El cerebro embarazado

Durante el embarazo, el cerebro de la futura madre se activa de forma distinta a lo habitual e incluso cambia la distribución de la materia gris. Así lo reveló en 2017 el grupo de Óscar Vilarroya, profesor del departamento de psiquiatría de la Universitat Autònoma de Barcelona y receptor de una ayuda a la investigación en salud de La Caixa.

"Durante el embarazo se producen en nueve meses cambios que tardan décadas en otros periodos, como la adolescencia o el envejecimiento. Es un experimento natural para aprender sobre el cerebro", comenta el científico.

Las áreas que sufren más cambios durante el embarazo son las mismas que se activan cuando la madre ve una foto de su hijo. "Creemos que es una adaptación que ayuda a la madre a identificar el estado de su bebé", explica Vilarroya.

Con el nuevo proyecto, el investigador pretende monitorear el cerebro de un grupo de embarazadas en varios momentos, para identificar cuando empiezan esos cambios. Asimismo, pretende identificar qué hormonas y metabolitos se asocian a ellos.

El objetivo es desentrañar si estos patrones pueden influir en la salud mental de los niños que nacerán. Pero las aplicaciones alcanzan otras situaciones en las cuales la bioquímica afecta al cerebro: desde los procesos de cambio de sexo hasta el envejecimiento.

Bacterias antiobesidad

Ingerir ciertas bacterias podría convertirse en un remedio contra la obesidad, si prospera la investigación de Isabel Huber Ruano, responsable de innovación del grupo de investigación en diabetes y enfermedades metabólicas asociadas, del Institut d'Investigació Sanitària Pere i Virgili (IISPV) de Reus.

Cada persona lleva en su intestino una cantidad enorme de bacterias, la microbiota. La mayoría de ellas no son patógenas. Al contrario, se ocupan de cosas cosas como procesar la carne ahumada sin intoxicarnos.

"En los pacientes obesos o con diabetes de tipo 2 la microbiota está alterada. Por ejemplo, hay una gran cantidad de bacterias que producen un compuesto que se llama succinato", explica Huber. Esta sustancia está elevada también en la sangre de esos pacientes, y contribuye a sus problemas metabólicos, como la inflamación o la tolerancia a la glucosa.

La idea del grupo de Huber es contrarrestar este proceso, empleando unas bacterias que comen succinato. Esas bacterias se sacan desde la propia microbiota humana. El grupo está ensayando con diversas de ellas, suministrándolas a animales de laboratorio.

El objetivo es ver cuales reducen más el succinato y mejoran los problemas metabólicos. Huber aspira a crear un fármaco probiótico (o sea, con bacterias) que haga eso en humanos.