POLÉMICAS JORNADAS EN BALAGUER

El festival de las pseudoterapias siembra dudas frente a la quimioterapia

Josep Pàmies charla con uno de los asistentes al congreso 'Salud censurada', en Balaguer.

Josep Pàmies charla con uno de los asistentes al congreso 'Salud censurada', en Balaguer. / periodico

Valentina Raffio / Olga Pereda

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'Salud censurada', el polémico congreso liderado por una decena de gurús de las pseudoterapias, sigue adelante en el monasterio de santa Maria de Les Franqueses (Balaguer) pese a las reticencias de las autoridades sanitarias y la notificación ante la Fiscalía presentada por el Col·legi Oficial de Metges de Lleida. En las charlas de hoy, los ponentes han insistido en que el sistema médico es corrupto y han sembrado dudas respecto a la quimioterapia, una de las técnicas médicas más utilizadas para luchar contra el cáncer.

"Estamos en el marco de una iglesia, donde Jesucristo decía que hay que perdonar a nuestros enemigos y poner la otra mejilla. Quizás es el momento de decirle a la parte contraria que bajemos el tono e intentemos entendernos", comentó el viernes Josep Pàmies durante la inauguración del congreso, organizado por Dolça Revolució, asociación en defensa de las plantas medicinales. El agricultor se reafirmó en su derecho a la libertad de expresión y en su lucha contra la censura, a la par que defendió la decisión de la organización de vetar el acceso a EL PERIÓDICO al recinto. A preguntas de este diario, los organizadores explicaron que el veto se extendía a todo el fin de semana, con lo que las periodistas han seguido las charlas por un 'streaming' abierto al público y de pago. 

"En este congreso hemos querido reunir a todas aquellas personas perseguidas por sus opiniones. Son médicos, biólogos y científicos. Todos menos yo, que soy un agricultor. Pero, señores, que la experiencia de la vida también te da tus títulos", añadió Pàmies ante las cámaras de los medios de comunicación afines. El payés explicó que tiene previsto organizar otro congreso similar ya que asegura que hay una veintena de profesionales que "también quieren salir del armario" y explicar públicamente su uso de pseudoterapias en su práctica clínica. 

Quimioterapia y kalanchoe

Luís de Miguel, abogado de Pàmies y Dolça Revolució -ambos multados con 720.001 euros por defensa de las pseudoterapias- defendió el boom de denuncias interpuestas contra los críticos de las mal llamadas terapias alternativas. El letrado declaró que tienen numerosas causas judiciales abiertas contra medios de comunicación, asociaciones de pacientes y escépticos, colegios de médicos, autoridades sanitarias y organismos de regulación. También contra las autoridades de Balaguer, que el año pasado "censuraron" la jornada en la que se defendía que "el autismo es recuperable" mediante el controvertido clorito de sodio ('terapia de la lejía'). El letrado defendió la libertad de los pacientes a decidir qué terapia elegir. "No se puede prometer curación del cáncer ni con el kalanchoe (una planta vendida con falsas propiedades medicinales) ni con la quimioterapia, así que estamos en paridad de condiciones", ironizó.

La exfarmacéutica Teresa Morera centró su intervención explicando que había renegado de la industria para dedicarse a prácticas alternativas y a divulgar sobre "el mal que provoca la medicina" y el peligro de los efectos adversos de los medicamentos. A continuación, los organizadores presentaron a Andreas Kalcker como uno de los máximos expertos en el uso terapéutico del clorito de sodio, químico similar a la lejía propuesto como cura para todo tipo de enfermedades. "Tiene todos los números de ser perseguido, blasfemado y enjuiciado... así que también tiene todas las papeletas para estar aquí", bromearon durante su introducción. "No voy a hablar de MMS porque eso ya está totalmente desfasado", comentó el alemán, que se autodefine como científico, mientras mostraba tres patentes a su nombre con "la cuarta o la quinta generación" de compuestos de clorito sódico. Durante su ponencia el alemán ha insistido en la veracidad de sus estudios sobre el químico, información a su vez desmentida por las autoridades científicas.

Medicina germánica

Las ponencias de 'Salud censurada' continuaron el sábado. Oncólogo que abandonó el hospital en el que trabajaba por su disconformidad con la quimioterapia para tratar a pacientes con cáncer, el médico titulado Javier Herráez dejó claro que la medicina está "secuestrada" por el sistema, hipótesis que refrendó citando una infinidad de supuestos estudios científicos. Su discurso fue tan monótono y agotador que hasta uno de los asistentes le cortó para demandarle alguna conclusión rápida.

Herráez está aferrado a la llamada nueva medicina germánica, doctrina de corte sectario que propone que los tumores son la manifestación psicosomática de un conflicto emocional no verbalizado, según la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP). El médico detalló que la corriente germánica no implica ningún tratamiento sino que es una "ciencia que ha descubierto cómo funciona el cuerpo y la psique". De esta manera -añadió- el paciente "deja de tener miedo y conflictos [emocionales]". A preguntas de los asistentes, Herráez enarboló la bandera de la libertad de elección y apostó por que cada enfermo haga lo que quiera: "Si un paciente desea recurrir a la quimioterapia, que lo haga. Lo que pedimos es la no obligación".

Sin embargo, el naturópata y acupuntor aseguró que la quimioterapia no aumenta el índice de supervivencia, como tampoco lo hacen las mamografías ni las revisiones de la próstata, que son pruebas, en su opinión, "contraproducentes". "Mi padre acudió un día a urgencias. Era por una neumonía, pero el bestia del médico le dijo que quizá tenía cáncer. ¿Por qué dicen eso los médicos? Con ese shock biológico sí que puedes desarrollar un cáncer", concluyó.

El peligro del agua

La misma idea de conspiración (el sistema sanitario nos engaña) rodeó la charla de Teresa Forcades, médica y monja benedictina con un discurso hostil hacia las vacunas y alineado con la defensa del MMS. Sus palabras -en catalán- empezaron con cierto revuelo en el interior del monasterio porque un asistente le reclamó hablar en castellano. Los organizadores recordaron que el programa incluía la advertencia de que la monja lo haría en catalán y ella pidió un esfuerzo de comprensión. Centrando su ponencia en la necesidad de tener una "conciencia crítica contra la mentira oficial", invitó al público a reflexionar sobre el hecho de que la mala salud está relacionada no solo con los hábitos de vida sino también con la precariedad y la pobreza. Entre la cantidad de bibliografía que citó mencionó a Peter Gotzsche, víctima, en su opinión, de "una campaña de desprestigio mediático" tras la publicación del libro 'Medicamentos que matan y crimen organizado'. 

Después de los dos médicos titulados, tomó la palabra el naturópata Txumari Alfaro, convertido en un gurú de la salud natural gracias a los medios de comunicación en los años 90. Disertó sobre "el peligro" que implica beber 2 o 3 litros de agua al día. Y lo argumentó así: "Si alguien hace eso lo que provocará es una cardiopatía. En la medicina tradicional china el agua destruye el fuego, que es el corazón". Tras quedarse con la boca seca y pedir un poco de agua a los organizadores, el naturópata instó a beber el líquido necesario para calmar la sed como en su caso, que había tomado "solo un sorbito de pajarito". "Ni una gota más ni una gota menos", añadió tras elogiar la ingesta de agua de mar -otro 'hit' del mundo de las pseudociencias- así como el agua mezclada con limón, naranja, bicarbonato, sal y azúcar.

La tarde del sábado, Isabel Bellostas defendió que las vacunas son elaboradas con restos de ADN fetal y que estos preparados son causantes de enfermedades. La doctora mostró un gráfico en el que se podía observar una correlación entre el aumento de las vacunas y el aumento de diagnósticos de autismo, mientras recordaba a los asistentes que podían encontrar más información sobre este tema en su última publicación. "Mi libro no es un negocio, es una ayuda", añadió. 

'Libertad de expresión'

Si algo han tenido en común todas las ponencias de 'Salud censurada' es la premisa de que los pacientes deben poder elegir libremente a qué terapias entregar el cuidado de su bienestar. Este lema ha servido a la organización del evento como amparo legal con el que reivindicar su derecho a la 'libertad de expresión' para hablar de la supuesta utilidad de las pseudoterapias. "Es perverso confundir a la población con esta premisa", zanja Gustavo Tolchinsky, médico y secretario del Col·legi de Metges de Barcelona (COMB). "Cuando una información es falsa y carece de la mínima evidencia exigible pone en riesgo la autonomía del paciente y su capacidad de decidir. Por lo que si se habla de pérdidas de libertades, recordemos que el paciente es vulnerable y debemos potenciar su autonomía, no restringirla aportando pistas falsas a sus problemas hacia un laberinto sin salida", añade.

"La libertad de expresión se entiende como el derecho a no sufrir represalias por expresar una opinión, no esto", comenta Emilio Molina, vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo de las Pseudociencias. "En este caso hablamos de una desinformación objetiva en temas de salud, lo cual no solo no está amparado como tal, sino que es contrario al ordenamiento jurídico en general y a la Constitución (artículos 43 y 51), que en conjunto piden a las autoridades públicas la protección de la información veraz al ciudadano", explica.

Alerta previa

Hace una semana la APETP hizo público un informe sobre el congreso de Balaguer en el que ya se alertaba de su contenido y de los posibles temas que se iban a tratar durante las ponencias. El documento fue remitido a la Organización Médica Colegial (OMC) que, a su vez, lo derivó a otros colegios de médicos locales y finalmente al Departament de Salut de la Generalitat que, según confirma a EL PERIÓDICO, ya estaba al tanto de la celebración de este polémico evento. Todos los organismos competentes en materia de salud pública, por lo tanto, habían sido notificados con anterioridad. La 'conselleria' esgrime que la normativa actual encorseta su posible actuación preventiva. Los más críticos argumentan que faltan tanto mecanismos legales como voluntad política para frenar este tipo de eventos, pero que sí sería posible si se diera.

El Col·legi Oficial de Metges de Lleida (COMLl) ha sido quien finalmente ha dado el paso adelante para notificar ante la Fiscalía Provincial la celebración del evento de Balaguer que, entre sus ponentes, cuenta con algunos profesionales médicos. Esta y otras sociedades científicas han recordado que la práctica médica está condicionada por el código deontológico de la profesión y por las normas de buena praxis. En esta misma línea, el Consell de Col·legis de Metges de Catalunya (CCMC) ha recordado que la falta de seguimiento de estas directrices puede comportar sanciones e incluso la expulsión del colegio. Los ponentes que no son médicos colegiados, aunque hayan impartido conferencias sobre la salud, no pueden ser sancionados (por los colegios). Sin embargo, sí que podrían ser expedientados por vía administrativa de oficio por cualquier denunciante.