HITO HISTÓRICO

India lanza una misión espacial hacia el polo sur de la Luna

El país asiático se convertirá en el cuarto en posarse sobre el satélite terrestre, tras EEUU, Rusia y China

La India lanza con éxito su misión al inexplorado polo sur de la Luna

La India lanza con éxito su misión al inexplorado polo sur de la Luna. / periodico

Adrián Foncillas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

India también ansía la Luna. Persiste el eco del 50 aniversario de la gesta del 'Apolo 11' cuando la nave Chandrayaan-2 ha partido al encuentro del satélite. Miles de funcionarios y escolares agitando la bandera nacional han saludado su lanzamiento a las 14.43 (hora local) desde la base de Sriharitoka en el estado suroriental de Andhra Pradesh. Los científicos habían prestado antes su última ayuda a la misión con los rezos rituales en los templos cercanos. La ciencia y los dioses han evitado los problemas de la semana pasada, cuando la misión hubo de ser abortada 56 minutos antes del lanzamiento por “problemas técnicos” que la prensa después concretó en una fuga de combustible.

“El Chandrayaan-2 está más fuerte que nunca” y “listo para llevar mil millones de sueños a la Luna”, ha aclarado este lunes la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO, por sus siglas inglesas). El país asiático será el cuarto en alunizar después de Estados Unidos, Rusia y China y el primero en explorar el polo sur. La nave, de casi cuatro toneladas, cuenta con la sonda, el módulo de alunizaje y el robot lunar. Los tres elementos han sido diseñados con tecnología nacional después de la ruptura del acuerdo con Rusia en 2013 por disensiones insalvables.

Chandrayaan-2 (“cuádriga lunar” en sánscrito) necesitará dos meses para alcanzar la órbita a unos cien kilómetros de la Luna en la que permanecerá un año fotografiando la superficie y tomando muestras sobre la atmósfera. Desde ahí se desprenderá del módulo de alunizaje Vikram (bautizado así en honor de Vikram Sarabhai, padre de la carrera espacial india) y éste depositará con gentileza al robot Pragyan (“sabiduría” en sánscrito) sobre el terreno para que durante un día lunar o 14 días terrestres recoja muestras de minerales. El gremio científico global espera con expectación la información de una de las zonas más ignotas de nuestro satélite. Se especula con la presencia de agua y de partículas fosilizadas de las épocas más antiguas del sistema solar.

Potencias emergentes

La carrera espacial, por encima del interés científico, sirve de termómetro geopolítico y hoy señala a China e India como relevos de Estados Unidos y Rusia. Las potencias emergentes asiáticas presentan hoy el calendario más estimulante, con el nacionalismo sobrevolando sus abundantes deberes terrenales pendientes. Nueva Delhi podría haber sacado de la pobreza a 400 millones de la pobreza con los 71 millones de euros que le costó enviar a Marte en 2013  la sonda Mangalyaan, según cálculos del experto Pallava Algla. Pero India también pretende el rendimiento económico con su revolucionario modelo de bajo coste que abre el espacio a las naciones menos opulentas. Su presupuesto anual de 1.176 millones de euros palidece frente a los 17.401 millones de Washington y el Chandrayaan-2 no ha costado más de 130 millones de euros cuando las misiones estadounidenses frecuentan el millar de millones. Ese concienzudo recorte de gastos explica que desde India se hayan lanzado 297 satélites extranjeros de 33 países, según Nueva Delhi. El mensaje indio es claro: el espacio al alcance de casi todos.

La India empezó a colocar satélites en el espacio en 1999, en el 2008 envió su primera sonda a la órbita lunar y seis años más tarde alcanzó la de Marte. El nacionalista Narendra Modi ha impuesto el frenesí desde su llegada al Gobierno. El ISRO planea otra visita a la Luna en 2022, enviar una nave a la órbita de Venus un año después y tener lista una estación espacial independiente en 2030. Algunos analistas juzgan de irreales algunos de sus objetivos mientras los usos militares inquietan a algunos gobiernos. Modi anunció con satisfacción indisimulada el pasado año que había destruido uno de sus satélites con un misil, una gesta sólo compartida con otros cuatro países, y tuvo que aclarar después que no perseguía una carrera armamentista en el espacio exterior.