POLÉMICO DEBATE

Las pseudociencias se cuelan en la Universitat de Barcelona

zentauroepp48064972 forcades190508180436

zentauroepp48064972 forcades190508180436 / JOAN CORTADELLAS

Valentina Raffio

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El pretexto de la "libertad de expresión" ha servido para que este miércoles la Universitat de Barcelona (UB) acogiera un seminario en defensa de la libertad para promocionar, defender y escoger las 'terapias alternativas', unas disciplinas cuestionadas por la falta de evidencia científica que demuestre su validez. El escenario, la Facultad de Derecho. Los principales protagonistas, Teresa Forcades, conocida defensora de pseudoterapias y voz crítica contra las vacunas, y Luis de Miguel Ortega, abogado especialista en derecho a la salud y, en los últimos meses, representante legal del curandero Josep Pàmies ante las controversias surgidas en su defensa del uso terapéutico del clorito sódico.

En esta ocasión, el Aula Magna del campus de los futuros juristas se ha llenado para un seminario sobre 'Derecho a la salud y libertad de expresión', organizado por Àlex Peñalver i Cabré (profesor titular en Derecho Administrativo de la UB) y con la participación de Laura Chaqués Bonafont (de Ciencias Políticas) y Mar Aguilera (de Derecho Constitucional). Bajo la atenta mirada de un centenar de asistentes, y ante la sospecha periodistas e inspectores de sanidad infiltrados, el debate ha empezado justificándose a sí mismo y recordando el lema de la propia institución: "'Libertas perfundet omnia luce'" ("La libertad ilumina todas las cosas con su propia luz"). La institución, de hecho, justifica el acto como una defensa de este principio. Mientras, algunos de sus expertos se muestran escépticos ante el planteamiento del debate.

A partir de aquí, unas dos horas de 'debate' sobre los intereses ocultos de las autoridades científicas, la falta de rigor en las directrices de salud pública y la necesidad de dar la misma voz a todos los implicados en el debate, incluídos los defensores de disciplinas sin eficacia demostrable. En el turno de preguntas, las intervenciones de los asistentes han derivado incluso en alegatos contra las vacunas y la quimioterapia y a favor de la homeopatía, pidiendo la inclusión de esta última pseudoterapia en el Sistema Nacional de Salud. 

Alegato a favor de las pseudoterapias

Teresa Forcades, invitada en calidad de médica y doctora en Salud Pública, ha inaugurado la sesión destacando la diferencia entre 'normatividad' y 'ciencia' y entre 'evidencia científica' y 'verdad'. Su tesis, en resumidas cuentas, consiste en que no todas las normativas públicas están basadas en pruebas sólidas y que, además, la evidencia científica no siempre refleja la verdad. Entre sus ejemplos para respaldar estas ideas, la supuesta polémica alrededor de las vacunas de la gripe, la pandemia del 2009 y los programas de vacunación anuales. Todos ellos unos argumentos que la monja benedictina ha defendido durante años pero que, sin embargo, también han quedado desmentidos por la comunidad científica y autoridades sanitarias.

En los últimos minutos de su intervención, Forcades no ha dejado pasar la ocasión para retomar la polémica sobre el 'MMS' (clorito sódico, un compuesto tóxico utilizado en la fabricación de papel, desinfección de aguas y recientemente aconsejado por algunos gurús como una alternativa terapéutica para tratar diferentes afecciones como el ébola, la leucemia, el cáncer o incluso el autismo). Llegados a este punto, la salubrista ha hecho referencia a diferentes estudios científicos sobre esta sustancia en los que se ha determinado cuáles son las dosis de ingesta segura de este producto que, según cabe recordar, tan solo hacen referencia a sus niveles toxicológicos y no a su supuesto potencial terapéutico como medicamento.

Luis de Miguel Ortega, por su parte, ha denunciado la actuación de las autoridades sanitarias que, en su opinión, con sus restricciones sobre pseudoterapias limitan la autonomía de los pacientes para escoger su tratamiento ya que "la ciencia también es un sistema de creencias". En su ponencia, el abogado también ha desvelado que en más de una ocasión se ha puesto en contacto con instituciones como el Ministerio de Sanidad o la Agencia Española de Medicamentos para reclamar informes sobre, por ejemplo, la validez de las vacunas o las pruebas de toxicidad del clorito sódico. En ambos casos, según ha argumentado Ortega, la demora en la respuesta de las instituciones puede interpretarse como una falta de rigor y transparencia. Y, a partir de esta premisa, la reacción lógica debería ser desconfiar de estas. 

El debate abre la discusión

Una vez acabado el debate se abre la verdadera discusión institucional. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, tanto el Col·legi de Metges de Barcelona (COMB) como el Observatori de Bioètica i Dret (OBD) de la Universitat de Barcelona fueron invitados a participar en esta actividad. En ambos casos, sin embargo, las instituciones declinaron la invitación al no considerar apropiado plantear un debate en el que se pudieran validar, de una manera u otra, la validez de las pseudoterapias. En esta misma línea, diferentes profesionales del centro también han mostrado su descontento por la celebración de esta activididad y, sobre todo, por la selección de los ponentes. La negativa de las autoridades científicas quedaría respaldada, además, por el posicionamiento de la Conselleria de Salut, el Ministerio de Sanidad y el de Ciencia, quienes en los últimos meses han impuesto sanciones contra los difusores de estas disciplinas (en el caso de la Generalitat) y quienes también han impulsado un 'Plan para proteger al paciente de las pseudoterapias' (en el caso del Gobierno).

Domènec Espriu, vicerrector de Recerca de la Universitat de Barcelona, ha aclarado que la institución se posiciona claramente en contra de las pseudoterapias pero a favor de fomentar el debate. "Nadie está planteando una discusión científica, médica o clínica sobre la validez de las terapias alternativas porque sabemos que bajo este aspecto no hay discusión. Las pseudoterapias son un fraude y la universidad, como institución pública y comprometida, debe posicionarse en contra de estas", argumenta. "En este caso, sin embargo, se ha planteado un debate ético y jurídico sobre dónde está el límite en la difusión de información sobre estas disciplinas. Entendemos que en estos términos sí que es lícito y necesario plantear una discusión. Más si la alternativa es la censura", añade.