EXPLORACIÓN DEL UNIVERSO

La historia de un planeta que ha sobrevivido a la muerte de su estrella

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jcarbo47629945 estrella190404160853 / Universidad de Warwick / Mark Garlick

Valentina Raffio

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A 410 años luz de distancia de la Tierra, los vestigios de un planeta de hierro orbitan alrededor de una estrella muerta. El Gran Telescopio de Canarias, en manos de un equipo internacional de investigadores, en la isla de La Palma, ha desvelado la presencia de este fragmento planetario alojado en el corazón de un disco de escombros y que ha sobrevivido al final de la vida de su astro anfitrión, ahora convertido en una estrella enana blanca. Su historia, publicada este mismo jueves en la revista 'Science, ofrece una pista sobre qué planetas pueden haber sobrevivido a la muerte de sus sistemas solares y permite incluso entrever hacia dónde va nuestro propio futuro planetario.

La 'biografía' de este cuerpo celeste ha sido reconstruida por los investigadores a través de técnicas de espectroscopia, una metodología que permite vislumbrar los últimos suspiros de luz y gas emitidos por los astros. El análisis de estos elementos desvela que el 'planeta superviviente' debió ser rico en hierro y níquel, características que le permitieron resistir, al menos en parte, al cataclismo de su sistema planetario. Sus restos, cuyo volumen podría oscilar entre uno y cientos de kilómetros, se encuentran dando vueltas a una distancia muy cercana a la estrella que antiguamente ejercía de anfitriona. A su alrededor, todo lo que queda son fragmentos de cuerpos rocosos, muchos de ellos probablemente desprendidos del antiguo planeta, en los que abundan hierro, magnesio, silicio y oxígeno, cuatro de los elementos con los que se 'construyó' la vida en la Tierra.

La estrella ya casi muerta, que originalmente debía contar con una masa equivalente a la de dos soles, ha quedado reducida a una enana blanca. Se trata, por lo tanto, de un astro que ha quemado todo su combustible, que ha quedado despojado de sus capas externas y cuyo núcleo se encuentra al descubierto mientras se enfría lentamente. Todo apunta a que este cuerpo celeste ha menguado hasta tal punto que el fragmento planetario que continúa en su órbita se sitúa dentro de lo que algún día fue su radio. Ahora, el pozo gravitatorio de la enana blanca ejerce de 'pegamento' de lo poco que queda de este sistema solar. 

El futuro de la Tierra

El hallazgo de este sistema planetario situado a centenares de años luz de distancia también sirve de pretexto, según argumentan los responsables del nuevo estudio, para hablar del futuro de nuestro planeta. "A medida que las estrellas crecen, se convierten en gigantes rojas, que 'limpian' gran parte del interior de su sistema planetario. En el Sistema Solar, se prevé que el Sol se expandirá hasta donde la Tierra orbita actualmente y 'borrará' la Tierra, Mercurio y Venus. Los planetas a partir de Marte (Júpiter, Saturno, los planetas exteriores, así como asteroides y cometas) sobrevivirán y se moverán más lejos", explica Christopher Manser, investigador de la Universidad de Warwick y coautor del estudio.

El recién publicado estudio, que también ha contado con la colaboración de investigadores de investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Universidad de La Laguna (ULL), abre nuevos horizontes en la investigación del universo. Es el caso, por ejemplo, de la búsqueda de otros 'planetas supervivientes' que hayan sobrevivido a la muerte de su estrella.