NUEVA ESPECIE

El eslabón perdido de las ballenas no tenía ni dientes ni barbas

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ballenailus / AlexBoersma

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El hallazgo de una nueva especie de ballena que vivió hace 33 millones de años podría resolver el misterio evolutivo que separa los primeros ejemplares de estos mamíferos que poblaron la Tierra y las que conocemos hoy en día. Su principal curiosidad: no tenía dientes como sus antecesores ni barba como sus sucesores.

El análisis de un fósil conservado en el Smithsonian National Museum of Natural History de Washington DC ha desvelado el que podría ser el eslabón perdido en la evolución de estas sorprendentes criaturas. La investigación, publicada este mismo jueves en ‘Current Biology’ y realizada por científicos de la George Mason University, Texas A&M University y el Burke Museum of Natural History, se ha centrado en el análisis de unas restas oseas de ballena que se encontraban en el museo de historia natural de Seattle.

Hasta ahora se sabía que las ballenas vivieron en la tierra hace millones de años y no en el mar tal y como ahora las conocemos. Lo que no se sabía hasta ahora es de qué manera se produjo esta evolución. Cuando estos animales poblaron el suelo terrestre tenían dientes y, gracias a ellos, se alimentaban masticando. Actualmente, las ballenas cuentan con unas láminas, conocidas como barbas, que les permiten alimentarse por un proceso de filtrado. ¿Pero qué ocurrió entre estas dos etapas de la evolución de estos animales? 

La ballena madre

La conocida como ‘Maibalaena nesbittge’ (ballena madre) podría ser la respuesta. El recién descubierto espécimen podría ser la ballena sin dientes más antigua de la que tenemos constancia. Con 33 millones de años, esta especie podría haber vivido en un período de cambios geológicos masivos. 

Una ballena extinta

Según explican los investigadores, lo más seguro es que Maiabalaena no hubiera podido ni masticar ni filtrar los alimentos. La estructura de su mandíbula y los restos de huesos que nos quedan de esta indican que probablemente tenía mejillas fuertes y una lengua retráctil. Estos rasgos le habrían permitido succionar agua en su boca como parte del proceso de alimentación, lo que le permitía capturar peces y pequeños calamares. Esta capacidad de succió habría eliminado el desarrollo de dientes, un proceso que requiere mucha energía para crecer. 

Según explican los investigadores responsables del estudio, este descubrimiento podría cambiar lo que sabemos sobre la historia de estos animales. "Cuando hablamos de la evolución de las ballenas, los libros de texto tienden a centrarse en las etapas iniciales, cuando las ballenas se fueron de la tierra al mar", explica Nicholas Pyenson, investigador y curador de mamíferos marinos del Smithsonian Museum.

"Maiabalaena muestra que la segunda fase de la evolución de las ballenas es importante para la evolución en grandes escalas. Por primera vez, ahora podemos precisar el origen de la alimentación por filtración, que es una de las principales innovaciones en la historia de las ballenas", concluye el investigador responsable del estudio.