DIARIO ASTRONÓMICO

La falsa imagen de la puesta de sol desde el polo Norte

polonorte

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Eduard Masana

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En la bonita imagen que acompaña a este artículo podemos ver una puesta (o salida) de sol en un paisaje ártico presidido por una imponente luna en una fase próxima a la luna nueva. O al menos este es el texto que la acompaña cada vez que es difundida a través de las redes sociales, cosa que sucede periódicamente desde hace más de una década. ¿Realidad o nos encontramos ante un nuevo hoax astronómico?

El tamaño engañoso

Lo primero que sorprende de la imagen son los tamaños tan dispares del Sol y la Luna. El Sol es una estrella de un tamaño relativamente pequeño (si lo comparamos con otras estrellas), con un diámetro de algo menos de 1,4 millones de kilómetros. Su distancia media a la Tierra es de 149,6 millones de km, lo que se denomina una Unidad Astronómica. Por su parte la Luna tiene un diámetro de 3475 km, y se encuentra a una distancia media de la Tierra de 384400 km. Un sencillo cálculo nos muestra que el Sol es unas 400 veces más grande que la Luna y se encuentra unas 400 veces más lejos.

Como consecuencia el tamaño en el cielo del Sol la Luna son prácticamente iguales, como podemos comprobar fácilmente en un eclipse de sol. Bien es cierto que debido a que tanto la órbita de la Tierra alrededor del Sol, como la de la Luna alrededor de la Tierra son elípticas, las distancias y por tanto los tamaños aparentes cambian ligeramente, aproximadamente un 3,5% en el caso del Sol y un 14% en el caso de la Luna. Pero en ningún caso el tamaño de la Luna puede llegar a ser decenas de veces mayor que el del Sol, como se muestra en la imagen.

La falsa alineación

Un segundo elemento que llama la atención en esta imagen es que la Luna se encuentra justo encima del Sol, y muestra sus cuernos perfectamente alineados con el horizonte. Esto no sería un problema si no fuese porque supuestamente la imagen representa un paisaje cerca del polo Norte. Las órbitas de los planetas alrededor del Sol se encuentran todas prácticamente en el mismo plano que la órbita de la Tierra, denominado plano de la eclíptica.

En el caso de la Luna, el plano de su órbita también es muy cercano al plano de la eclíptica. Como consecuencia tanto los planetas como la luna y el sol recorren en el cielo caminos similares, en una franja de cielo determinada. Ahora bien, como sabemos, en las regiones polares el Sol se mueve siempre cercano al horizonte y nunca alcanza alturas destacables, como lo hace en nuestras latitudes. Esto es debido a que desde esas regiones, la franja de cielo que hemos mencionado por donde se mueve el sol y los planetas no se separa demasiado del horizonte.

Por tanto, tampoco los planetas o la luna pueden encontrarse demasiado altos sobre el horizonte cuando los observamos desde latitudes cercanas a los polos, y sus órbitas, reflejadas en el cielo, no presentarán demasiada inclinación respecto del horizonte. Por contra, la imagen nos muestra la órbita de la luna perpendicular al horizonte. Una imagen real de la luna creciente o menguante tomada desde las regiones polares mostraría la luna a la izquierda o a la derecha del Sol, pero nunca encima.

El brillo engaña

Por último también sorprende el brillo de la luna y la nitidez con que aparece, aun encontrándose en una fase muy próxima a la luna nueva. Pese a lo que mucha gente cree, la luna se puede ver durante el día. Hasta aquí no hay ningún problema en la imagen. Cuanto más lejana se encuentre del Sol en el cielo, más fácil será verla.

Por un lado, el brillo del Sol nos molestará menos, y por otro, si se encuentra separada del Sol, la fracción iluminada de su disco será mayor y por tanto será más fácil de ver. En la imagen en cambio nos encontramos con una luna muy próxima al Sol y con el disco mínimamente iluminado. Está combinación hace muy difícil observar la luna, y en caso de poder hacerlo la veremos muy poco contrastada debido a su poca luminosidad respecto del cielo iluminado por el Sol cercano.

La realidad tras el engaño

En realidad la imagen, titulada Hideaway, fue creada por la artista alemana Inga Nielsen. Para ello utilizó un programa de ordenador que permite generar paisajes ficticios, denominado Terragen. Sin duda es una imagen de gran belleza, pero no se corresponde con un paisaje real.

Más información

Sección elaborada en colaboración con el <a href="http://www.parcastronomic.cat/" target="_blank">Parc Astronòmic Montsec - Centre d'Observació de l'Univers</a> y el <a href="https://icc.ub.edu/" target="_blank">Institut de Ciències del Cosmos de la Universitat de Barcelona (ICC-UB-IEEC)</a>.