TECNOLOGÍA Y SALUD

Pantallas, de enemigas a aliadas para cuidar de la salud de nuestros ojos

Visitantes del Mobile World Congress ante una enorme pantalla.

Visitantes del Mobile World Congress ante una enorme pantalla. / EFE / QUIQUE GARCÍA

Valentina Raffio

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El uso de las pantallas ha conquistado nuestro día a día. Desde que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir dispositivos electrónicos como móviles, tabletas y ordenadores atraen nuestra mirada hacia una superficie luminosa que en muchos casos cabe en la palma de una mano. Una práctica que, según alertan los expertos, podría poner en riesgo el bienestar de nuestros ojos

Problemas preliminares

Uno de los problemas más destacados a tener en cuenta en relación al uso de pantallas poco tiene que ver con la tecnología en sí. De acuerdo con José García Caruta, jefe de Oftalmología del Hospital Vall d’Hebron, uno de los principales problemas relacionados con el uso de estos dispositivos es la disminución en la frecuencia de parpadeo. Si en un contexto normal parpadearíamos entre 15 y 20 veces por minuto, en el caso de estar concentrados esta frecuencia disminuiría, llevándonos a cerrar los ojos unas 5 veces por minuto.

"Si a esto le sumamos que normalmente la exposición suele ser prolongada, como en el caso de estar trabajando durante horas delante de una pantalla, es ahí donde empiezan a surgir los primeros dolores de cabeza", añade García Caruta. Según explica el oftalmólogo, este es el problema de base a partir del cual derivan todos los otros efectos colaterales de la exposición excesiva a las pantallas.

Consecuencias para los ojos

"A partir de las cuatro horas delante de una pantalla nuestros ojos empiezan a sufrir problemas a corto plazo", añade el doctor Pere García Bru, oftalmólogo del equipo de retina del Hospital de Bellvitge. Según explica Bru, de ahí en adelante es probable que empiecen a hacerse notar los primeros síntomas de irritación ocular, entre los cuales destacarían el enrojecimiento de los ojos y el dolor alrededor de estos. En casos extremos, este agotamiento ocular podría verse reflejado en visión borrosa o fatiga visual.  

Pero más allá de los efectos inmediatos, el exceso de exposición a las pantallas también puede repercutir en el funcionamiento normal de nuestro cuerpo. Según han empezado a apuntar algunos estudios, este fenómeno también podría estar relacionado con la alteración del ciclo del sueño. Una consecuencia directa ante la estimulación cognitiva de los dispositivos móviles y la posible alteración en la producción de la hormona del sueño.

De acuerdo con recientes investigaciones realizadas en animales, muchas de estas cuestiones estarían relacionadas con la luz azul de los dispositivos, cuya longitud de onda podría alterar la producción de melanina, hormona que nos permite conciliar el sueño. Unos estudios que, por otro lado, siguen sin arrojar resultados concluyentes en humanos.

Pantallas aliadas

Si aprendemos a utilizarlos con cabeza, móviles, tabletas y ordenadores también pueden convertirse en aliados para la vista. Ejemplo de ello muchas de las características disponibles en los propios dispositivos para limitar el brilloregular el color de la pantalla e incluso aumentar el tamaño de los textos para no dificultar el trabajo de nuestros ojos. Un primer paso que nos proporciona esta tecnología para evitar algunos de los efectos colaterales de la exposición a las pantallas. En este sentido, también existen aplicaciones para medir el nivel de agudeza visual, diagnosticar el daltonismo o controlar determinadas alteraciones de la visión. 

Pero más allá de esto, el uso en sí de estos dispositivos puede contribuir a cuidar la salud ocular. Es el caso de la telemedicina, la prestación de servicios médicos a distancia. Un aliado virtual que puede ayudar a reducir las visitas innecesarias a urgencias. Todo ello gracias a las cámaras integradas a los dispositivos, una característica que proporciona una mirada virtual al ojo del paciente.

Según explica el doctor Pedro Grimaldos, oftalmólogo y creador de una nueva aplicación gratuita conocida como Eyesco Selfie, la clave es saber aprovechar las utilidades de los teléfonos para poder diagnosticar a los pacientes a distancia. Para ello, todo lo que se necesita es una cámara de buena resolución (como es el caso de las integradas en los móviles), un altavoz y una conexión a internet. A través de estos tres elementos, la aplicación creada por Grimaldos indica paso a paso al paciente cómo realizar una fotografía apta para la consulta médica.

Una vez conseguida la instantánea correcta (con la iluminación y la resolución adecuada para poder observar con detalle el estado del ojo), la imagen es enviada directamente al experto, el cual puede evaluar la situación del paciente y remitirle la información sobre cómo actuar en el menor tiempo posible. Una revolución de métodos, tiempos y espacios que para muchos supone un gran adelanto para reducir tiempos de espera en la consulta y facilitar el seguimiento de determinadas afectaciones.

En este sentido, según explica Grimaldos, el futuro de la telemedicina pasa por acercar cada vez más a pacientes y especialistas. Todo ello a través de dispositivos de uso común (como es el caso de los móviles) capaces de crear un enlace directo entre preguntas de los afectados y respuestas de los expertos. 

Tecnología sin expertos

Al enfrentarse a un problema de salud, la solución digital tan solo funciona si detrás de la pantalla hay un experto. Por el contrario, los pacientes que buscan respuestas a sus dolencias a través de internet corren el riesgo de caer en fórums o páginas pseudocientíficas que no hagan más que empeorar su estado.

Según explica el doctor García Caruta, el problema de estos recursos es que los usuarios intentan autodiagnosticarse en base a la experiencia de otros. Una práctica totalmente equivocada que puede acarrear problemas. De ahí la importancia de promover un contacto directo entre médico y paciente, incluso a través de recursos digitales que plantea la telemedicina.

Soluciones para cuidar nuestros ojos

Ante la omnipresencia de las pantallas en nuestro día a día, los expertos abogan por<strong> evitar los excesos </strong>y <strong>protegernos</strong> en la medida de lo posible de los efectos colaterales.