INVESTIGACIÓN
Matemáticas subconscientes, así toma decisiones tu cerebro sin que lo sepas
¿Quién amar? ¿Quién votar? ¿Qué escuchar? Según apuntan los expertos, muchas de las decisiones que aparentemente tomamos de manera “irracional” están dictadas por prejuicios y creencias preexistentes. Es decir, por más ilógicas que a priori puedan parecen nuestras respuestas, en el fondo todo podría estar condicionado por un background de suposiciones anteriores. O no. Un nuevo estudio publicado en la revista NeuronNeuron (Cell Press) apunta a que nuestro cerebro se basa en criterios de lógica precisa y matemática para funcionar. Aunque pueda no parecerlo, nuestra mente se basa en cálculos subconscientes para funcionar.
De acuerdo con la recién publicada investigación, estos hallazgos ponen en evidencia que, ante cualquier encrucijada, el cerebro se basa en la acumulación de evidencias para tomar una decisión. Un proceso que, según apuntan los investigadores, estaría basado en la evaluación y actualización continua del conocimiento. Algo así como un continuo proceso de aprendizaje basado en las evidencias.
Para investigar sobre esta cuestión, los investigadores plantearon un experimento en el que se pedía a un grupo de participantes observar un grupo de puntos que, aparentemente, se movían de manera aleatoria en una pantalla. Posteriormente, pidieron a los sujetos que identificaran la tendencia en la que creían que se estaban moviendo los grupos, sin antes advertirles de que existía un sesgo introducido por el ordenador. Según pudieron observar los investigadores, las personas iban aprendiendo gradualmente los patrones de movimiento y luego, de manera casi inconsciente, iban incorporando este conocimiento en el proceso de toma de decisiones.
Aprendizaje contínuo
“A medida que interactuamos con el mundo todos los días, nuestros cerebros constantemente forman opiniones y creencias sobre el entorno. A veces este conocimiento se adquiere a través de la educación o mediante comentarios de recibimos. En muchos casos lo que aprendemos no es de un maestro, sino de la acumulación de nuestras propias experiencias”, explica Michael Shadlen, investigador en el Mortimer B. Zuckerman Mind Brain Behaviour Institute de Columbia y autor principal del recién publicado estudio.
Para ilustrar este concepto, el estudio utiliza un ejemplo paradigmático de aprendizaje por acumulación. Sería el caso, por ejemplo, de un oncólogo que se ve ante la encrucijada de escoger a qué tratamiento someter a un paciente diagnosticado con cáncer. Para tomar una decisión, este médico deberá contemplar su background académico (lo que aprendió en la facultad), su experiencia clínica (cómo ha tratado a otros pacientes), además de otros factores.
En este caso, según apunta el estudio, este oncólogo podría tener una opinión sobre cuál es la mejor combinación de tratamientos aún antes de ver el historial del paciente. Aún así, dado que cada paciente es un mundo, es probable que la nueva información aportada con este caso pueda cuestionar más o menos los conocimientos de este médico. En este caso, la pregunta planteada por los investigadores es de qué el cerebro se enfrenta a este tipo de decisiones.
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