DESHIDRATACIÓN

El falso mito del verano: la cerveza no quita la sed

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Valentina Raffio

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Suben las temperaturas y los bares y terrazas se llenan de "sedientos de cerveza". Para hacer frente al calor, son muchos los que optan por tomar unas cañas como método para refrescarse. ¿Pero puede la cerveza protegernos de la sed? Es decir, ¿podemos mantenernos hidratados bebiendo alcohol? La respuesta es contundente: no.

Para empezar, es importante definir exactamente qué es la hidratación y por qué es importante para nuestro organismo. El cuerpo humano está compuesto en su mayoría por agua (entre el 55% y el 70%, dependiendo de factores como la edad o el sexo). Lo que significa que este líquido es fundamental para el funcionamiento interno de nuestro organismo.

Desde la regulación de la temperatura corporal, hasta la frecuencia cardíaca o la presión arterial: todas las funciones internas vitales necesitan agua para su correcto desarrollo. Es por ello que, según indican los expertos, deberíamos consumir unos 2 litros de agua al día para mantenernos hidratados y asegurarnos que todo puede funcionar correctamente. Más en situaciones en que, como ocurre durante las olas de calor, nuestro cuerpo necesita más líquido para mantenerse su temperatura óptima.

Por qué la cerveza no hidrata

¿Entonces por qué una caña bien fresquita no hidrata? La cerveza convencional está compuesta aproximadamente por un 95% de agua y un 5% de Ethanol, también conocido como alcohol "para los amigos". En el momento exacto en que pegamos el primer refrescante sorbo de cerveza, este compuesto empieza a correr por nuestras venas. Empezando por el estómago y continuando por el torrente sanguíneo, el alcohol acaba por llegar a diferentes órganos vitales como el intestino y el hígado.

En cuanto alcanza el cerebro, este compuesto interfiere directamente con la producción de la conocida como "hormona anti-diurética" (vasopresina), una sustancia segregada por la glándula pituitaria cuya función principal es la de regular la retención de líquidos y sales minerales. Con esta hormona (parcialmente) bloqueada por el alcohol, los riñones dejan de controlar el "balance de fluidos" y aumenta la secreción de orina. Esta pérdida de líquidos, sin embargo, no se produce de manera balanceada. Es decir, no se pierde la misma cantidad que se ingiere, sino que se acaba expulsando más de lo que se bebe.

"Cuanto más alcohol consumes, menos vasopresina produces y más líquidos pierdes", explica Hank Green, conocido educador y divulgador científico para SciHow. Según apunta Green, esta es la razón por la que cuanto más se bebe, menos control se tiene sobre la vejiga. "Es por eso que después de un par de copas tu orina se vuelve más clara y, si bebes demasiado, incluso puede volverse transparente, lo que significa que tan solo expulsas agua", concluye el divulgador.

La razón de las resacas

Si has llegado hasta aquí y aún no crees que la cerveza te deshidrate, tu cuerpo te dará la razón definitiva para creer en ello. Muchos de los síntomas de la resaca, la consecuencia más visible de los excesos de alcohol sobre el organismo, tienen que ver con la deshidratación. Si bien es cierto que para los expertos la explicación de la resaca sigue siendo un misterio, existe cierto consenso sobre algunas de las piezas que podrían contribuir a explicar este malestar post-alcohol.

Los dolores de cabeza, las náuseas, los vómitos, los mareos, la fatiga y los calambres musculares asociados a la ingesta de alcohol pueden entenderse como una consecuencia de la falta de agua en el organismo. Es por ello que, tras una noche de excesos de alcohol, se aconseja consumir muchos líquidos para recuperar los niveles de hidratación óptimos del organismo.

Así que, por más fresquitas y apetecibles que te puedan parecer, un par de cervezas no te van a ayudar a combatir el calor o la sed. Si lo que buscas es hidratarte (aportar líquidos a tu organismo), la opción ideal es beber agua