PERSPECTIVA NEUROLÓGICA

Perros y Gatos: ¿cuál es más inteligente?

Gatos y perros

Gatos y perros / El Periódico

Valentina Raffio

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En la eterna disputa entre perros y gatos son muchos los frentes abiertos. Cuál es el más noble, cuál es el más fiero y cuál es el más inteligente. Sobre esta última cuestión, un reciente estudio elaborado por la Vanderbilt University (Estados Unidos) parece proporcionar una respuesta definitiva: los perros poseen un mayor número de neuronas corticales en su cerebro, ergo tienen más capacidad de procesar pensamientos complejos, ergo debemos suponer que son más inteligentes.

La investigación, publicada en la revista Frontiers in Neuroanatomy, ha determinado que, en lo que inteligencia se refiere, los perros ganan. En la comparación entre especies, se ha descubierto que mientras que los los felinos cuentan con 250 millones de neuronas, los mejores amigos del hombre tienen ni más ni menos que 530 millones de células del tejido nervioso

"La cantidad absoluta de neuronas que tiene un animal, especialmente en la corteza cerebral, determina la riqueza de su estado mental interno y su capacidad de predecir lo que está a punto de suceder en su entorno según la experiencia pasada", explica la neurocientífica Suzana Herculano-Houzel, líder del estudio y profesora de Psicología y Ciencias Biológicas de la Vanderbilt University. 

Sobre la eterna disputa entre gatos y perros, la investigadora confiesa: "Reconozco que soy una persona 100% de perros. Con esa advertencia por delante, nuestros hallazgos significan que los perros tienen la capacidad biológica de hacer cosas mucho más complejas y flexibles con sus vidas que los gatos. Ahora que disponemos de una base biológica, añadimos un elemento más a tener en cuenta en la discusión sobre quién es más inteligente, perros o gatos".

Investigando el cerebro animal

Estos resultados tan llamativos surgen del primer estudio basado en el recuento de neuronas de diferentes especies de animales carnívoros. Una investigación en la cual, por primera vez, se han estudiado los cerebros de animales tan diversos como hurones, mangostas, mapaches, hienas, leones, osos pardos, gatos y perros.

La hipótesis de la que partían los investigadores era que los carnívoros debían contar con una mayor cantidad de neuronas corticales para poder desarrollar las actividades de caza. Una característica que, según se planteó en un principio, se podría explicar como un mecanismo de adaptación que habrían adoptado estas especies para sobrevivir.

Pero no. Según acabó demostrando el mismo estudio, la relación entre tamaño del cerebro y número de neuronas era aproximadamente la misma en especies herbívoras que en carnívoras. Un resultado que, una vez más, los investigadores achacan a las presiones evolutivas de las diferentes especies. Mientras que los carnívoros pudieron desarrollar su inteligencia para cazar, los herbívoros podrían haber hecho lo mismo para huir.

La investigación ha acabado por desmentir otra de las grandes teorías sobre la capacidad cognitiva de las especies, según la cual los animales domesticados contarían con un cerebro más pequeño respecto a aquellos salvajes. Los datos proporcionados por el estudio han acabado demostrando que el cerebro animales domésticos como hurones, perros y gatos no es significativamente más pequeño que el de sus compañeros no domesticados, como es el caso de mangostas, mapaches, hienas, leones y osos pardos.