INVESTIGACIÓN BRITÁNICA

El canibalismo en el Paleolítico no era solo "nutricional", según un estudio

Aportaba menos calorías que el mamut, el rinoceronte lanudo y algunas especies de ciervos

Cráneo de un niño del Paleolítico con un golpe violento.

Cráneo de un niño del Paleolítico con un golpe violento. / periodico

EL PERIÓDICO / LONDRES

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Los episodios de canibalismo en el Paleolítico podían tener motivaciones distintas a la utilidad "nutricional" del consumo de carne humana, según un estudio que publica este jueves la revista 'Scientific Reports'.

El investigador de la Universidad de Brighton (Reino Unido) James Cole ha calculado el valor energético del cuerpo humano, a fin de determinar el provecho nutricional del canibalismo en comparación con el consumo de otros animales. El trabajo sugiere que los músculos esqueléticos humanos aportan unas calorías similares a las de otros animales de peso y tamaño similar.

Aporta, sin embargo, menos calorías que los músculos de otros animales mayores que podían encontrarse en el Paleolítico, como el mamut, el rinoceronte lanudo y algunas especies de ciervos. "Esto puede indicar que las razones que llevaban a la antropofagia entre homínidos quizás no eran puramente nutricionales", señala el estudio.

El autor afirma que un amplio rango de especies de homínidos han practicado el canibalismo desde, al menos, el Pleistoceno temprano, si bien subraya que "no todas las poblaciones de homínidos" lo practicaron.

CÁLCULO DE CALORÍAS

El número de restos fósiles del Paleolítico que apuntan a prácticas caníbales son "relativamente pocos", aunque "dada la naturaleza dispersa del registro fósil, "el hecho de que exista alguna evidencia de canibalismo lleva a inferir que ese comportamiento quizás era más común de lo que se cree entre las poblaciones prehistóricas", dice Cole.

El estudio publicado en 'Scientific Reports' se basa en el cálculo de la cantidad de calorías que aporta el cuerpo humano a partir de la composición de grasa y proteínas de cuatro hombres adultos modernos. El autor advierte de que los datos no son directamente extrapolables a las especies distintas al 'homo sapiens' de la prehistoria y subraya que el número de calorías podría variar en otros supuestos.