EL ADN DE LA SEMANA

Quinoa

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PERE PUIGDOMÈNECH

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El genoma de la semana es el de la quinoa, planta comestible procedente de América andina. Ha sido muy importante para los habitantes de la región y a nosotros no has llegado en fechas recientes. Cabe preguntarse si se incorporará de forma significativa en nuestra dieta. Para ello sería necesario cultivarla de forma eficiente y quizá por eso servirá el nuevo genoma.

La oferta de alimentos en nuestro país busca poner al alcance del consumidor productos que puedan tener propiedades diversas. Nos llegan nuevas frutas y productos. Y uno de ellos es la quinoa, una planta que pertenece a una familia interesante por las propiedades de su grano, rico en almidón y en proteínas diferentes de las de los cereales. Sus variedades se cultivan desde el nivel del mar hasta el altiplano a 4.000 metros, pero no es una planta muy productiva y algunas variedades producen sustancias, las saponinas, que dan mal sabor al grano.

El trabajo sobre el genoma de 'Chenopodium chinoa', publicado en 'Nature Genetics', no ha sido publicado por investigadores de América Latina, sino por un consorcio formado por una universidad de Arabia Saudí, investigadores de Estados Unidos y de Alemania. Ello responde seguramente al interés por encontrar plantas de interés agrícola adaptadas a condiciones más extremas. En el trabajo se incluyen genomas de especies relacionadas para estudiar el origen de la quinoa, que es un híbrido antiguo de dos especies. Y han descubierto, por ejemplo, un gen que controlaría la presencia de saponinas.

El nuevo genoma podría ayudar a que el cultivo de la quinoa se extienda. La complejidad de su genoma y razones históricas pueden explicar por qué hasta ahora no se habían hecho esfuerzos para mejorarla. Hay nuevos países en los que sus propiedades pueden ser interesantes y en los tradicionales también se podría mejorar la producción. Esto podría evitar que un exceso de demanda acabe perjudicando justamente a aquellos que han preservado su cultivo hasta ahora.