Auroras y frailecillos en Islandia

Islandia es una tierra de extremos: desde la absoluta oscuridad invernal hasta la omnipresente luminosidad veraniega. Aquí conviven con naturalidad glaciares y volcanes, Islandia: hielo y fuego.

Pero si hacia algo apuntan los ansiosos objetivos de amantes de la astronomía y de la naturaleza, es hacia auroras y frailecillos: estas son las capturas de imagen más preciadas para los visitantes.

¡Auroras! ¡Auroras!

Desde el siglo XVIII, los investigadores registran las manchas solares correspondientes a los periodos de máxima actividad de la estrella, que ocurren en ciclos aproximadamente de 11 años. De estas manchas surgen tormentas solares con fuertes explosiones, fulguraciones y liberación de masa coronal que baña de energía el campo magnético de la Tierra.

Desde 1755 se han documentado 23 ciclos solares. El ciclo actual, el 24, comenzó hace seis años y durará hasta 2020. Durante el bienio 2014-2015 ha sucedido el máximo solar de este último ciclo, y aunque se ha clasificado como débil, el pasado 17 de marzo una eyección de masa coronal (CME) emitida por la región activa 12297 producía una severa tormenta geomagnética de nivel G4, y su rastro ha perdurado dejando tras de sí espectaculares imágenes de auroras durante la segunda quincena del mes.

La expedición Misión Eclipse, en su paso por Islandia, ha estado muy pendiente de la situación. Sólo los días no nublados, escasos en estas fechas, nos organizábamos para montar un campamento base en una localización sin contaminación lumínica. Las esperas largas y frías, muy frías (-11º), no siempre daban los resultados esperados: actividad geomagnética, pero sin tormenta. Finalmente, encontrándonos en la península de Snæfellsnes, las voces de ¡auroras! ¡auroras! sonaron al unísono: tormenta geomagnética G1 (índice Kp=5) y cielos despejados, un festín para nuestras cámaras fotográficas.

En los próximos 5 años está previsto que entremos en uno de los periodos de menor actividad solar de la historia con un profundo mínimo solar. Faltan años para el próximo máximo solar; deberemos esperar bastante para poder presenciar Luces del Norte tan espectaculares como las recientes.

¡Frailecillos! ¡Frailecillos!

Ya entrado el mes abril el clima invernal remite en Islandia y la población está ansiosa ante la llegada de los primeros frailecillos, sinónimo del inicio del buen tiempo.

Los conjuntos de fauna con más presencia de las costas subárticas y del Atlántico Norte son las colonias de aves marinas que, aferradas a acantilados e islotes inaccesibles, muestran densidades elevadísimas de individuos. Entre estas llaman la atención los álcidos, y entre estos los fotogénicos frailecillos. Muchas colonias son temporales, sólo se forman durante la reproducción y después, hacia finales de julio, los pájaros las abandonan y se van a reposar y alimentarse mar adentro, o migran a latitudes lejanas.

Al pie de acantilados, en arrecifes litorales, en playas solitarias e incluso en puertos, es fácil ver dos especies de focas, la foca común y la foca gris, que suelen tomar el sol exhibiendo de forma envidiable su opulento corpachón en «banana position». Y en aguas más o menos alejadas del litoral se pueden localizar con cierta facilidad una buena diversidad de cetáceos, desde pequeñas marsopas hasta grandes rorcuales, ballenas jorobadas y cachalotes, así como delfines y orcas.

Próximas expediciones

Ya falta menos de un año para los dos siguientes retos de Misión Eclipse, para los que ya se están concretando todos los detalles.

Eclipse total de Luna del 28 de septiembre de 2015

Visible desde América, Europa, África y Asia. El equipo realizará la filmación del eclipse desde Barcelona para aquellos que no hayan podido observar el fenómeno durante la madrugada.

Eclipse total de Sol del 9 de marzo de 2016

Sólo será visible desde Indonesia. El equipo se desplazará a Palu, en la isla de Sulawesi, desde donde ofrecerá la cobertura informativa y la retransmisión del eclipse.

(Post con la colaboración de Taverna gAstronómica El Ficus)