Balance del año 2022

Jonas Vingegaard: el ciclista que surgió del frío

El ciclista danés derrotó a Pogacar en el Tour después de un duelo espectacular, en un año ciclista en el que sorprendió Evenepoel, el ciclismo español descubrió a Ayuso y Carlos Rodríguez, y Enric Mas 'resucitó' al final de temporada.

Vingegaard

Vingegaard / EP

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En el año en el que Remco Evenepoel mostró las garras sobre la bici, Juan Ayuso y Carlos Rodríguez reabrireron la fe ciclista en España y Enric Mas ‘resucitó’ al final de temporada, Jonas Vingegaard surgió del frío para destrozar a un Tadej Pogacar que parecía incuestionable en una etapa memorable, de lo mejor deportivamente de 2022, en los Alpes.

La dimensión de Vingegaard (26 años) es de tal magnitud en su país que es casi imposible imaginarla si alguien no se hubiera acercado por Copenhague; por ejemplo, en la salida del Tour (1 de julio de 2022), cuando el corredor danés todavía era un gregario con mérito y galones a los órdenes de Primoz Roglic en el Jumbo; el chaval callado, el que ascendía en silencio y sin hacer ruido, al que no le iban mal las contrarrelojes y el que podía aspirar a subir al podio de los Campos Elíseos como había hecho en 2021, porque tal era el poderío de Pogacar que todo hacía imaginar que, con la primera plaza ya asignada antes de salir, la emoción principal del Tour 2022, estaría precisamente en ver qué corredores acompañarían al prodigio esloveno en el cajón de París.

Sin embargo, los decibelios aumentaron de forma espectacular, bajo la lluvia de Dinamarca, cuando Vingegaard partió en la contrarreloj que dio la bienvenida a la rodna francesa allende sus fronteras. Fue como si una locura general se hubiese apoderado del alma de los centenares de miles de daneses que ocuparon hasta el último rincón de las calles y avenidas de Copenhague: ‘gallina de piel’ como habría definido aquel instante el inolvidable Johan Cruyff.

Por eso, a ningún danés le extrañó que ese espíritu de entrega colectiva hacia el corredor aumentase hasta extremos máximos cuando Vingegaard regresó a su país tras ganar el Tour; el primer danés que lo conseguía sin la sospecha del dopaje, como hizo Bjarne Riis en 1996, o sin tener que escapar como Michael Rasmussen por la puerta de la cocina de un hotel de Pau, angustiado por haberse saltado varios controles, con los gendarmes pisándole los talones, y con el Tour 2007 en el zurrón.

Dinamarca respiraba felicidad con Vingegaard, el que llegó escoltado por cazas de la aviación danesa cuando su vuelo surcó los cielos daneses antes de recibir el homenaje de todo su pueblo.

Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, camino de Peyregudes.

Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, camino de Peyregudes. / LE TOUR / CHARLY LÓPEZ

Y antes de desaparecer durante varias semanas, para recuperarse de la presión y el impacto mediático, que detesta, en compañía de su pareja, Trine Marie, y su hija Frida. O mejor dicho, con la intención de desconectar tras celebraciones, entrevistas, homenajes y todo lo imaginable, y más tras derrotar a Pogacar en el Granon, e iniciar hasta casi las puertas de París el mejor duelo entre dos ciclistas vivido en las carreteras del Tour en las últimas décadas. Vingegaard-Pogacar, como los ‘inmortales’ solo podía quedar uno y uno tan solo vestiría la prenda amarilla en la avenida más ciclista del mundo.

Sonó en París el himno danés, tal como lo había hecho por error en 2009 cuando se lo pusieron a un sorprendido Alberto Contador. Y sonó la música en Alpe d’Huez, en Mende, en Peyragudes después de un combate entre dos contrincantes, donde Pogacar se anotaba casi siempre el triunfo de etapa hasta que firmaron la paz dándose la mano y poniendo fin a la batalla camino de Hautacam donde Vingegaard ganó de amarillo apoyado por un Wout Van Aert, otro fenómeno de la bici, que también impresionó en uno de los mejores Tours de este siglo.

¿Y ahora qué? Ahora Vingegaard se presenta con el ciclista a batir en el Tour como líder único del Jumbo (Roglic ha sido 'desterrado' al Giro) ante un Pogacar con hambre y sed de victoria.

Suscríbete para seguir leyendo