Los preparativos de la ronda española

La Vuelta desatará la locura en Holanda

La organización local ha invertido 16,4 millones de euros para acoger las tres etapas inaugurales de la carrera española, que empieza en ocho días con una contrarreloj por equipos, y donde se espera reunir a miles de personas.

Una delegación de Barcelona viaja a los Países Bajos para conocer sobre el terreno el protocolo inicial de la prueba que en 2023 partirá de la capital catalana.

El paso del Tour por Utrecht en 2015.

El paso del Tour por Utrecht en 2015. / AYUNTAMIENTO DE UTRECHT

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Utrecht se convertirá la semana que viene en la primera ciudad del mundo en acoger al Tour, la Vuelta y el Giro con la gran salida de la ronda española, que disputará tres etapas en los Países Bajos, antes de desplazarse a Vitoria para ya no moverse de España hasta el final de las tres semanas de competición. Desde hace días la ciudad holandesa ya está totalmente decorada con carteles y símbolos alusivos a la carrera española. La organización local ha invertido un total de 16,4 millones de euros (incluido el pago a ASO, propietaria de la Vuelta) para que los ciclistas estén casi una semana por tierras neerlandesas.

Ya estaba previsto que la Vuelta saliera de Utrecht en 2020 pero la pandemia tumbó los planes neerlandeses que solicitaron una nueva salida para este año, curiosamente en una temporada en la que las tres grandes rondas por etapas han partido desde el extranjero; el Tour lo hizo desde Copenhague y el Giro desde Budapest.

Tour de France 2015

Alberto Contador, en la contrarreloj de Utrecht (Tour de 2015). / EFE/EPA/SEBASTIEN NOGIER

En 2015 la ronda francesa, ganada por Chris Froome, inició la andadura en Utrecht. Por aquel entonces, según los datos hechos públicos, la primera contrarreloj del Tour, por un trazado diferente al que acogerá dentro de ocho días la ‘crono’ por equipos de la Vuelta, reunió alrededor de 800.000 personas, llegadas de todo el país y que casi triplicaron a la población habitual de Utrecht. Las previsiones para la semana que viene estipulan cuanto menos igualar esas cifras, ya que el comité local ha dado a la prueba española el mismo trato que al Tour.

Cuarta experiencia en el extranjero

Será la cuarta vez que la Vuelta partirá desde el extranjero después de haberlo hecho en Lisboa (1997), Assen, también en los Países Bajos (2009) y Nîmes (2017). “Nuestra intención es internacionalizar la carrera por lo que estamos abiertos a futuras experiencias en los países de nuestro alrededor, sobre todo en Portugal, sin olvidar tampoco a Francia, pero podemos ir a cualquier otro lugar”, explica Javier Guillén, director de la carrera. En el horizonte de la Vuelta figura el interés de Dinamarca, tras el éxito de este año en el Tour, tanto en la organización (fue un espectáculo la salida de la carrera) como en lo deportivo (triunfo de Jonas Vingegaard).

Desde hace varios días Utrecht ya vive ambiente de Vuelta con la inauguración de una estatua, toda la ciudad decorada con el color rojo propio de la prueba y con la convocatoria de diversos actos ciudadanos que se celebrarán paralelamente al paso de la carrera. Los troncos de los árboles ya son rojos, como algunos edificios, los felpudos de los bares y los escaparates de los comercios. También se contará con la participación de los colegios para que los niños vayan a la carrera, como actividad, justo cuando se anuncia el regreso a las aulas tras las vacaciones estivales.

Pero no será solo Utrecht la única ciudad neerlandesa que vivirá la experiencia de acoger la Vuelta. En Den Bosch, de donde partió el ‘maldito’ Tour de 1996, sale la segunda etapa que acabará también en Utrecht, mientras que la tercera y última experiencia de la carrera en tierras holandesas tendrá como escenario la ciudad de Breda. Curiosamente, durante el recorrido neutralizado el pelotón cruzará a pie por el interior de la gran iglesia de Breda, localidad muy conocida en España gracias al famoso ‘cuadro de las lanzas’ de Diego Velázquez.

“Utrecht, al igual que Copenhague con el Tour, ha querido enlazar la salida de la carrera con la cultura de la bici, tanto en sostenibilidad como en movilidad”, añade Javier Guillén. Curiosamente, Utrecht ha vuelto a ser elegida como la mejor ciudad ciclista del mundo, ya que el 50% de los desplazamientos se efectúan en bicicleta.

La Vuelta desplaza a los Países Bajos casi a 2.000 efectivos, el 75% del total de personas que colaboran durante las tres semanas que dura la carrera, ya que la organización local se encarga del montaje de las salidas y metas con lo que se evita el viaje hasta Holanda de los grandes camiones que transportan las vallas con lo que se reducen costos económicos y medioambientales.

De Utrecht a Barcelona

A Utrecht también viaja una delegación barcelonesa, encabezada por David Escudé, concejal de deportes del Ayuntamiento de Barcelona, para conocer sobre el terreno todo el protocolo que acarrea la organización de la gran salida de la Vuelta que en 2023 partirá desde la capital catalana.

Suscríbete para seguir leyendo