Tour de Francia: Luisle Sánchez tampoco puede romper el maleficio

No hay manera de romper el maleficio. Y ya van 106 etapas, entre Tour, Vuelta y Giro sin un triunfo español. Jamás se había producido una sequía de estas dimensiones en las tres grandes rondas. Y en el Tour todavía es peor. Desde 2018 nadie ha subido al podio, nadie ha levantado los brazos.Este martes, Luisle Sánchez estuvo tan cerca que a falta de tres kilómetros parecía que iba a sumar su quinta victoria en la Grande Boucle como uno de los mejores cazadores de triunfos al sur de los Pirineos.

Luisle, hermano del futbolista Pedro León, tiene 38 años y este año corre en el Bahrein de los ausentes Mikel Landa y Pello Bilbao. Le gusta este deporte y se resiste a abandonarlo para seguir los pasos de veteranía que marca su amigo y paisano murciano Alejandro Valverde. Hasta el año pasado vivió en Andorra pero a la familia se le hacía muy cuesta arriba estar tan lejos de Murcia. Así que regresó y corre este Tour, sin un líder claro en su equipo, para sacar la escopeta, dar pedaladas seguras y luchar por una etapa. Ya estuvo el domingo en la fuga que marcó el aperitivo alpino y este martes igual en el primer plato, suave para que no indigestase a nadie, de los Grandes Alpes. 

En un día marcado por los sustos que provoca el covid (Tadej Pogacar perdió a su gregario George Bennett al dar positivo y solo le quedan cinco ayudantes) y por una manifestación ecologista, Luisle se coló en la fuga que costó de formar, más que cualquier otro día, para escaparse junto a otros 24 corredores y soñar con una victoria que rompiese este maleficio. Quizá fue el corredor que estuvo más cerca de conseguirlo en estos cuatro años, desde que Omar Fraile triunfó en otro aeródromo (este martes se subió al de Megève), en Mende, donde el viernes llegará el Tour.

Quienes lo conocen bien aseguran que es listo como pocos y la inteligencia ciclista nunca se pierde... hasta cuando fallan las piernas o no tienen la frescura de antaño.

Hasta la línea de meta

No le bastó el apoyo en la distancia de su hermano Pedro León, que acaba de fichar por el Murcia, conectado al WhatsApp e intercambiando mensajes con amigos tan nerviosos como él. Porque Luisle demarró del grupo cuando empezó la subida final y porque por detrás nadie se entendía, arrancas tú o arranco yo, y así, siempre, se deja la carretera del Tour sin barrer y el fugado encuentra una autopista hasta la línea de meta. Caían los segundos. Hasta 28 logró tener de renta pero cuando se acababa la parte más dura de una subida catalogada de segunda categoría, cuando quedaban solo dos kilómetros, se acabó el sueño. Y aún así, tras recuperarse, cuando la etapa se iba a jugar al esprint, Luisle sacó fuerzas de la chistera. La etapa parecía que era suya. 100 metros quedaban. Y ahí terminó todo para ver el triunfo ajustado del danés, residente en Andorra, Magnus Cort Nielsen.