La ronda francesa

El ciclismo español roza al menos la victoria en el Tour

El luxemburgués Bob Jungels triunfó en el aperitivo alpino donde Jonathan Castroviejo y Carlos Verona ocuparon la segunda y tercera plaza de la etapa.

Este lunes la carrera descansará en los Alpes.

Castro y Verona

Castro y Verona / MOVISTAR TEAM / SPRINT CYCLING AGENCY

Sergi López-Egea

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Fuga en los Alpes. Cuatro españoles (el 33% de la representación en el Tour) se van en busca de la victoria: Jonathan Castroviejo (segundo), Carlos Verona (tercero) y los capturados Ion Izagirre y Luisle Sánchez. Por lo menos se rozó la victoria para levantar un aire, tan cálido como el que apenas refresca en los Alpes, para abrir la esperanza de que se volverá a ganar una etapa después de cuatro años de sequía. Y, sobre todo, para reivindicar el ciclismo español, desde los tiempos pretéritos de Federico Martín Bahamontes y del llorado Julio Jiménez, que cuando llega la montaña allí están ellos, para dejarse ver, para resurgir, para luchar para la victoria y para exhibir ese carácter tan escalador formado al sur de los Pirineos.

Nada importante en la general, a no ser que Tadej Pogacar hasta se permitió esprintar al grupo de sus rivales para arañar otros tres segundos de renta. Está tan fuerte que hasta se podría permitir el lujo de quedarse un día en el hotel y engancharse a la etapa siguiente. Más que los contrincantes con 'maillot' y bici le preocupa el covid. Este domingo, Guillaume Martin (Cofidis) se fue para casa y el UEA no es ajeno a la pandemia. El líder ya ha perdido a un compañero por dos rayitas en los antígenos, el noruego Stake Laengen, pero sobre todo el miedo de ver que el coronavirus se pasea en el seno del equipo. Este lunes, descansa el Tour en los Alpes entre pruebas PCR. El cuento de nunca acabar.

Como parecía que no se iba a acabar la etapa que ganó Bob Jungels, el luxemburgués que nunca ha podido ser el heredero de los hermanos Schleck, aunque tiene una Lieja en su poder. Pedaleo agónico en el Pas de Morgins, con las barreras abiertas de la aduana, Suiza de subida y Francia de bajada. Los franceses, en la meta, nerviosos, casi sin atrever a mirar la pantalla gigante con las imágenes de la etapa. Porque tras Jungels, como fugado ilustre, iba a su captura uno de sus grandes hijos ciclistas, Thibaut Pinot, que ya no mira la general sino que apuesta por victorias de etapa. Pero no tiene el brillo del pasado y no baja con potencia cuando el Tour regresa a su país y se queda sin fuerzas en el repecho que lleva a la meta de Châtel. Y a su estela va Castroviejo, del Ineos, que destacaba como contrarrelojista hasta que se convirtió en un gregario de postín. Y con 'Castro', Verona, el corredor del Movistar más en forma después de Enric Mas, y que si ha perdido tiempo estos días iniciales ha sido para que lo dejaran marchar por la etapa a la que no renuncia.

'Castro' y Verona, los que capturan a Pinot, los que no pueden con Jungels, los que tantas veces han subido por los puertos de Andorra; un día Beixalís, al otro Envalira y al siguiente Arcalís... solo pueden luchar por la segunda plaza. Algún día llegará la victoria española. Pero se deberá tener el permiso de Pogacar para que ordene y mande a su Marc Soler que no tire como un loco por las cumbres del Tour para anular fugas no deseadas.