Ciclismo

Roglic gana el Dauphiné casi sin inmutarse

El ciclista esloveno cruza la meta de la última etapa de la prueba francesa con su compañero Jonas Vingegaard y evidencia un brillante estado de forma para el Tour.

Roglic y Vingegaard

Roglic y Vingegaard / CRITÉRIUM DAUPHINÉ

Sergi López-Egea

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No hay nada peor para la moral de los adversarios que ver llegar a una meta, sobre todo en montaña, a dos corredores juntos del mismo equipo y cogidos de la mano después de haber eliminado a todos, como sucedió este domingo en el Plateau de Solaison. Tal gesta reconforta a la escuadra, en este caso al Jumbo y sobre todo a Primoz Roglic, quien hasta se podría sentir feliz al comprobar, si no existiera Tadej Pogacar, que el enemigo está en su casa, es danés y se llama Jonas Vingegaard para demostrar que no fue una casualidad su segunda plaza en el Tour del año pasado.

¡Ah! Y aquí está el mal de todas las cosas, porque faltan menos de tres semanas para que empiece el gran festival anual del ciclismo y ya no valen errores, a la hora de preparar la carrera, escoger calendario y, sobre todo, evitar caídas. Primoz Roglic disputó y acabó su tercera ronda de una semana de la temporada y con apenas 26 días de competición llegará al Tour para asustar a cualquiera que no se llame Pogacar, hasta el punto de que si su compañero esloveno no existiese él sería a los 32 años el principal favorito para imponerse en la carrera.

Ganó en marzo la París-Niza, en abril se lesionó durante la Itzulia y en junio, con una sensación de ir hasta sobrado, se ha impuesto en el Critérium del Dauphiné, donde no ha tenido ni la necesidad de vencer una etapa; la de este domingo porque se la ha entregado a su compañero Vingegaard.

Pogacar lo vio por la tele. Lleva días entrenando por las montañas y el miércoles debuta en el Tour de Eslovenia para hacer patria y probarse. No corre desde el 20 abril, cuando participó en la Flecha Valona. No pudo defender la victoria de 2021 en la Lieja-Bastoña-Lieja por el fallecimiento de un familiar. Desde entonces, solo ha entrenado, tal como hizo el año pasado. La temporada pasada su objetivo era ganar el Tour, lo consiguió y luego quería llevarse el oro olímpico, que tuvo que cambiar por una medalla de bronce. Este año aspira a un tercer triunfo y si físicamente se encuentra bien luego correrá la Vuelta.

Roglic no ha desvelado las intenciones de futuro tras acabar el Tour. Ha ganado las últimas tres Vueltas, aunque el año pasado se apuntó a última hora porque se cayó en el Tour a las primeras de cambio y tuvo que abandonar antes de que su paisano Pogacar se exhibiera por los Alpes.

Ahora una caída es terrible, porque las mínimas consecuencias interrumpen la preparación y volver a empezar con el Tour en la esquina de casa no es plan para coger la forma. Por eso, este domingo, el Movistar prefirió que Enric Mas no se expusiera y regresase a Andorra, donde vive, porque la caída que sufrió el jueves no es grave en cuanto a lesiones pero si dolorosa y ahora es mejor no forzar, descansar mínimamente y solo pensar en el Tour.