Ciclismo

Carlos Rodríguez, la ilusión de la Volta a Catalunya 2022

El joven ciclista granadino, de solo 21 años, será la gran atracción que presenta el conjunto británico del Ineos en la ronda catalana que comienza el lunes.

Carlos Rodríguez, en Tour del Porvenir

Carlos Rodríguez, en Tour del Porvenir / RFEC

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La ilusión llega a la Volta vestida de rojo y negro. La ilusión se llama Carlos Rodríguez y tiene 21 años recién cumplidos, un ciclista que corre con la fantasía de quien se siente casi un niño cuando ataca y ve que asoman los Pirineos, las montañas de la Volta, los mismos Pirineos que en su cara norte se tiñen de verde y se llenan de aficionados en un mes de julio, en un Tour que ya lo espera con los brazos abiertos.

La ilusión la crea un chaval granadino que reparte su tiempo entre dos estudios: la ingeniería y el ciclismo. Y no viene a la Volta en un equipo del montón, de los que querrían siempre mucho más, pero a los que solo se les permite fugarse de vez en cuando y ganar en televisión ese "minuto de gloria", como un día dijo Pedro Delgado durante una transmisión. Rodríguez es el sueño del Ineos, el equipo que vio en febrero que se quedaban sin líder para el Tour. Carlos entrenaba en Colombia al lado de Egan Bernal cuando el vencedor de la ronda francesa de 2019, nunca se sabrá qué le pasó, se estrelló contra la parte trasera de un autobús y casi se mata.

"No podemos pararlo, ni mucho menos decirle que trabaje para otro. En nuestro equipo hay muchas figuras pero Carlos lleva una temporada fantástica. Y por eso viene a la Volta con todos los escenarios abiertos". Habla su director, Xabier Zandio, feliz porque su equipo ha podido contratar a una de las cuatro grandes perlas del nuevo ciclismo español, todos menores de 22 años, los que corren como rebeldes, contagiados por el desparpajo y la clase de Tadej Pogacar. Son cuatro y, curiosamente, ninguno está en el único equipo español World Tour. Juan Ayuso, que también estará en la Volta, corre en el UEA, con 19 años, la misma edad que tiene Igor Arrieta (hijo de José Luis, despedido el año pasado como director del Movistar) y que Raúl García Pierna, también con 21 años, hijo de Félix García Casas, que fue corredor profesional a finales del siglo pasado. Igor y Raúl pertenecen a la factoría del Kern Pharma, el conjunto catalán que este año debutará en la Vuelta.

El Tour del Porvenir

Carlos cogió en agosto del año pasado el timón de la selección española de ciclismo que corría el Tour del Porvenir. Ayuso se había dado un tremendo castañazo y asomaban los Alpes. En la última etapa, Rodríguez realizó una escapada en solitario prodigiosa, tan feroz que se quedó a solo siete segundos de ganar la carrera, el pequeño Tour donde se descubren los que un día aspiran a lo más grande en los Campos Elíseos de París.

El Ineos comenzó a darle oportunidades. Se lo llevó a la Volta la Comunitat Valenciana y terminó tercero de la general. Luego lideró al equipo británico en la Vuelta a Andalucía para terminar en cuarta posición, aunque sin mucho territorio para demostrar su clase. Y ahora llega la Volta, su debut en una carrera por etapas World Tour después de sorprender a todos en la Strade Bianche cuando fue el único que intentó responder al feroz ataque de Pogacar a 50 kilómetros de la meta.

Los planes de futuro

"Inicialmente lo tenemos todo preparado para que Carlos debute en la Vuelta como carrera de tres semanas", añade Zandio. Pero ese “inicialmente” tiene muchas lecturas. Sin Bernal, con las dudas del rendimiento que Richard Carapaz puede dar en la ronda francesa tras disputar el Giro y con la incertidumbre de Geraint Thomas, el Ineos necesita a un corredor consistente para demostrar su validez en las etapas de montaña y en la contrarreloj de la Grande Boucle. Y Rodríguez reúne las dos facetas: es un escalador consistente y no pedelea cojo en las contrarrelojes, puesto que ha sido dos veces campeón de España en las categorías inferiores.

Y a todo esto, desde su Almuñécar natal, acude a la Universidad de Granada para estudiar Ingeniería y sacar notas de jersey amarillo. Sus padres siempre han procurado que estudio y deporte no sean competencia. Paco Cerezo lo conoce bien. Fue ciclista profesional. Fue el corredor que un día en una salida de la Vuelta recibió un puñetazo directo en la cara de Mario Cipollini, tan buen esprínter como grosero, que le costó la expulsión de la carrera al astro italiano. Cipollini creyó que lo había cerrado el día antes en el esprint. Cerezo, como seleccionador español júnior, era la persona de confianza de los padres de Carlos cuando el chaval tenía que ir a correr por los alrededores de Madrid. La familia no quería que durmiese en un hotel y anduviese solo por tierras extrañas. Cerezo se lo llevaba a su casa de Tomelloso, lo cuidaba como un hijo, lo llevaba a las carreras, mientras Rodríguez crecía como ciclista para llegar un día a fichar por el equipo que ganó el Tour con Wiggins, Froome, Thomas y Bernal.

Suscríbete para seguir leyendo