El Tourmalet

La Vuelta, Almería y un recuerdo a Xavi Tondo

En 2009, la ronda española también descansó en tierras almerienses y fue una jornada maravillosa para compartir entrenamiento con el malogrado corredor catalán

El pelotón de la Vuelta

El pelotón de la Vuelta / LA VUELTA / CHARLY LÓPEZ

Sergi López-Egea

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La Vuelta a España de 2009 también descansó en Almería como este año. Y como ha ocurrido ahora los corredores quisieron salir a entrenar –está prohibido reposar totalmente en un día sin competición—en la ruta que lleva hacia el Cabo de Gata; un poco de turismo y unos kilómetros para las piernas.

A diferencia de este lunes, en 2009 hizo un día soleado, igual de caluroso, pero sin el viento de poniente que, de haber habido el combate de una etapa, habría servido como pretexto para formar un ‘abanico’ y cortar al pelotón en pequeños grupos, unos a la caza de los otros.

Roja es España

La Vuelta de 2009 fue la que ganó Alejandro Valverde, el último corredor que llegó a Madrid vestido con el que entonces se denominada jersey oro, antes de que el rojo lo sustituyera por aquello de que roja es España en cualquiera de sus deportes.

Pero hubo un corredor que hizo un plan diferente al resto de sus compañeros de equipo. Fue Xavi Tondo, el siempre recordado ciclista de Valls que encontró la muerte de la forma más absurda en un garaje de Sierra Nevada en 2011 cuando era corredor del Movistar y se disponía a probar suerte en el Tour con el conjunto telefónico.

Un tipo sensacional

Tondo era un tipo sensacional. Aborrecía el dopaje y no comprendía por qué compañeros de pelotón querían ensuciar este deporte con prácticas que deploraba. Hasta una vez, aunque no le gustó mucho hacerlo público, colaboró con los Mossos d’Esquadra para desarticular una trama de dopaje, en los años que siguieron a operaciones tan famosos como la Puerto, que puso al ciclismo patas arriba.

Tondo en 2009 era ciclista del equipo de Andalucía y aún tuvo que pasar por las filas del Cervélo antes de fichar por el Movistar. Él, en aquella jornada de descanso, quiso salir a entrenar, pero de forma diferente, prefirió acompañar a su amigo Miguel Ángel Iglesias, el eterno pentacampeón de las metas volantes de la Vuelta, y a los amigos de este; un viaje en bici, a ritmo cicloturista, de Almería al cabo de Gata. No se lo quisieron perder Pedro Delgado, ni Juan Martínez Oliver, que había sido la estrella ciclista almeriense, ni un par de colegas de su peña ciclista. Y quiso el azar que este periodista, en unos años en los que se llevaba la bici a las carreras ciclistas, también fuese invitado a esa excursión a pedales.

Las viejas batallas

Tondo no solo necesitaba ejercitar los músculos de las piernas, sino desconectar, sentirse animado sobre la bici, pero lejos de los focos de la Vuelta, y sobre todo aprovechar el día escuchando las viejas batallas que contaban Perico, Iglesias y Martínez Oliver, contemporáneos en la época en la que el corredor segoviano, hoy comentarista de TVE, era la estrella de este deporte.

La salida en bici fue fantástica. Se buscó la ruta hacia el mar, bordeando el aeropuerto, entre los clásicos invernaderos que parecen como lagos si se contemplan desde el cielo, hacia El Alquián y Retamar antes de dirigirse a la carretera paralela al mar que lleva hasta el faro de Gata. Este periodista, años después, podrá contar una anécdota. A poco de transitar por esa bellísima ruta con al Mediterráneo, puso una excusa, tenía que regresar al hotel a escribir, que se le hacía tarde. Totalmente incierto. Apareció ese sujeto al que Delgado denomina como el ‘Tío del Mazo’ y prefirió dar marcha atrás ante la carga de energía que llevaban Tondo y exciclistas que habían ganado el Tour, etapa en el Tour o habían sido el terror de las metas volantes de la Vuelta. Tondo siempre estará en nuestros corazones.

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