La ronda española

Todos contra Roglic en la Vuelta a España

La prueba comienza el sábado en Burgos con el campeón olímpico de contrarreloj en busca de una tercera victoria y con Bernal, Landa, Carapaz, Mas y Bardet como sus principales opositores.

Ya a la tercera etapa, en el burgalés Picón Blanco, aparece la primera montaña en una carrera que debería resolverse en las citas asturianas de los Lagos y el Gamoniteiru de la tercera semana.

Bicicleta Carapaz

Bicicleta Carapaz / INEOS GRENADIERS TEAM

Sergi López-Egea

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A las 3 de la tarde ya no hay un ciclista por las calles de Burgos. De hecho no hay un alma, andando o en bici. Sopla un aire que casi quema la cara. Se suda hasta debajo del aire acondicionado. Y todos, todos los 184 corredores que tomarán parte en la Vuelta, que comienza el sábado bajo las escaleras de la famosa catedral de la ciudad castellana, están refugiados en sus hoteles, tumbados en la cama y revisando en sus ordenadores los secretos, las trampas, las subidas, las bajadas y hasta si es posible encontrar en el satélite de Gogle Maps una sombra en la provincia burgalesa por donde circulará la carrera hasta el próximo martes.

Hasta el 5 de septiembre, y no en Madrid, por donde no pasa la carrera este año, sino en Santiago de Compostela, ante otra catedral, la Vuelta tomará el testigo del Tour, sin su ganador, Tadej Pogacar, cansado a estas alturas del año tras la épica del Tour. Pero con un paisano de principal favorito, el mismo que se ha llevado el triunfo en la ronda española en las dos últimas ediciones: Primoz Roglic, con la medalla de oro de la contrarreloj olímpica casi colgando del cuello, pero con la duda de saber cómo estará de fondo ante tres semanas (normalmente siempre sufre en la última) después de la caída que le obligó a apearse del Tour y a dejar la carrera prácticamente entregada a Pogacar.

Utrecht 2022

Se va de Burgos a Santiago, pasando por las dos Castillas, por territorios valencianos, murcianos, andaluces, extremeños, cántabros, asturianos y gallegos; sin ninguna salida al extranjero (el año que viene la Vuelta partirá de Utrecht) e intentando la organización que haya siempre que se pueda una etapa llana y al día siguiente una de montaña para reunir la mayor dureza en la última semana, en las subidas asturianas a los Lagos de Covadonga y al Gamoniteiru.

Pero, ojo, porque ya al tercer día aparece la primera subida con dureza, al burgalés Picón Blanco, tierra del 'landismo', la religión ciclista que adora a Mikel Landa, que confía y cree que sigue teniendo una gran ronda en sus piernas; el gran escalador por el que rezarán, porque por una vez la mala suerte no vuelva a entorpecer su camino. Llega tras ganar precisamente la Vuelta a Burgos y dar signos de estar absolutamente recuperado de la brutal caída que sufrió en el Giro. Landa será la gran opción española para pelear por la victoria final con permiso de Enric Mas, siempre regular, pero siempre demostrando que le falta un pequeño impulso para aspirar a algo más que a los quintos o sextos de 2020 y 2021 en el Tour.

Del Picón Blanco se pasará al ascenso corto y empinado al Castell de Cullera, para luego descubrir una montaña que se denomina Balcón de Alicante, antes de cerrar la primera semana de la prueba en Velefique, donde solo el mapa hace creer que se esté en Almería con un clima mucho más suave. Un panorama en el que estará obligado a despertar el equipo más potente de la carrera, un Ineos donde casi se podría decir que hasta cuatro corredores aspirarían a pelear por la victoria. Y es allí donde aparece Egan Bernal, el ganador del Giro, aunque con dudas por haber pillado el covid, por sus dolores de espalda y por una caída en la ronda burgalesa. "No ha sido la mejor preparación para llegar a la Vuelta pero las sensaciones van a mejor", declaró este jueves el ciclista colombiano en Burgos.

Más recambios

Pero en el Ineos no hay problema porque si falla Bernal tienen a Richard Carapaz, campeón olímpico de ruta. "No he tenido tiempo de descansar, entre el Tour y los Juegos. Venimos con Bernal pero hay otras opciones y se puede ganar a Roglic porque este año la carrera es más dura que en 2020". Y si fallan los dos tienen a Adam Yates y a Tom Pidcock, el campeón olímpico de montaña, que en la carretera se mueve como pez en el agua.

Así que, con el ventilador para superar el tormentoso calor de Burgos, aunque con pocas esperanzas de que el tiempo refresque camino de Andalucia y Extremadura, habrá que esperar a las dos grandes etapas asturianas y a la penúltima jornada, por los alrededores de Vigo y los enredos diseñados por Óscar Pereiro, vecino de la zona y vencedor del Tour 2006.

Y sobre todo que los escaladores tengan presente que Roglic cuenta con la contrarreloj inicial de mañana y la final deSantiago para empezar a cocinar la Vuelta o girar la tortilla si es necesario.