El Tourmalet

Tour de Francia: Nîmes, la ciudad demasiado alegre

La gente se lanzó a la calle mientras la ronda francesa dormía, con música, con fiesta... quizás excesiva

Etapa 13

Etapa 13 / LE TOUR

Sergi López-Egea

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El 17 de agosto de 2017 Nîmes estaba aparentemente tranquila. La Vuelta a España, que partía desde esta ciudad francesa, había montado la ‘permanente’, que al igual que el Tour es el lugar donde se instalan las oficinas ambulantes de la carrera, enfrente de las famosas Arenas. Ahí era el lugar donde había que acreditarse y registrar el coche. Al salir se produjo una situación extraña: un grupo de militares a paso ligero comenzó a rodear el famoso monumento de la ciudad. La pregunta: ¿qué ha pasado? tuvo desgraciadamente una respuesta casi inmediata cuando las alertas del móvil informaban de un espantoso atentado en la Rambla de Barcelona.

Nîmes, seguramente, había recibido la alarma internacional y enseguida con los preparativos de la ronda española y decenas de turistas se preparó por si la barbarie iba mucho más allá de la capital catalana.

Ciudad fortificada en 2017

La salida de la ronda española, que discurrió tranquila a pesar de un susto en la estación del TGV, fortificó a Nîmes pero, afortunadamente, la prueba ciclista transcurrió tranquila y sin novedad.

Dos años después regresó el Tour con un día de calor como hacía tiempo que no se recordaba. La temperatura no bajó de los 40 grados y en la ruta ciclista parecía que el asfalto se derretía al contacto con los tubulares de la bici.

Nîmes acogió el jueves por la noche al Tour con un ambiente tan festivo, quizás excesivamente, que hasta parecía que nunca se había sufrido una pandemia, que el mundo seguía girando igual de tranquilo como lo había hecho hasta la primavera amarga de 2020 y lejos de cualquier medida de seguridad y, por supuesto, sin distancia social alguna.

Terrazas abarrotadas

Las pequeñas calles del casco antiguo, con decenas y decenas de terrazas abarrotadas, eran un tumulto de gente. Nadie sin mascarilla, todo colapsado, sin poder apenas circular a pie. Todos felices, todos riendo, todos encantados de una noche fabulosa y alegre gracias a la cerveza y al vino. Sonaba la música en la calle y ya estaban cortadas las avenidas por donde iba a salir este viernes la 13ª etapa del Tour.

Pero, sinceramente, daba miedo, mucha gente, poca distancia, mucha felicidad y no sé si un poco de inconsciencia general. Hasta la televisión francesa recuerda este viernes que es posible vacunarse si cualquier persona todavía no inmunizada se acerca a las salidas o llegadas del Tour. Es gratis y no es necesario siquiera estar acreditado. Los bomberos hasta entregan el pasaporte de vacunación, el mismo que se extiende en España, con la dosis recibida. El Tour sigue, las ciudades vibran… pero un poco de tranquilidad tampoco vendría mal cuando la pandemia todavía sigue latente.

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