La ronda italiana

Egan Bernal golpea primero en el Giro de Italia 2021

El ciclista colombiano triunfa sobre la tierra de los Abruzos y se viste con la ‘maglia rosa’.

Evenepoel resiste por detrás, conserva la segunda plaza y se dispone a mantener un duelo histórico con el líder del Ineos.

 

Egan Bernal al ataque

Egan Bernal al ataque / EFE / EPA / LUCA ZENNARO

Sergi López-Egea

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El Giro es una carrera donde los duelos entre dos corredores entran en la antología del ciclismo; quizá mucho más que en el Tour. La historia recuerda las pugnas entre Costante Girardengo y Alfredo Binda, y este con Learco Guerra, el preferido del fascismo. Luego anduvo Italia dividida entre Fausto Coppi y Gino Bartali; llegó después Charly Gaul para pelear con Jacques Anquetil, y Eddy Merckx, primero con Felice Gimondi y luego con José Manuel Fuente. Pasó antes de que Miguel Induráin derrotase a Claudio Chiappucci y Alberto Contador a Fabio Aru con el sacrificio del añorado Mikel Landa. Y este 2021 se prepara para vivir el desafío sea al sol, con lluvia, sobre el pavimento o el terreno sin asfaltar, como este domingo, entre Egan Bernal y Remco Evenepoel.

Apenas 15 segundos separan en la general al ciclista colombiano, nueva ‘maglia rosa’, y al prodigio belga. Pero los duelos se ganan batalla a batalla, con constancia y sobre todo demostrando al oponente, aunque sea por solo 10 segundos, como este domingo, quién es el más fuerte.

Girardengo se negaba a abdicar ante el joven Binda en los años 20 del siglo pasado. Pero tuvo que entregarse, como más tarde lo hizo Bartali en el nombre de Coppi. Y Merckx pudo con todos porque al compás de sus pedales nunca se ponía el sol. Chiappucci siempre vio el trasero de Induráin y Contador, sufriendo y peleando, pudo con sus oponentes cuando ganó el último de sus Giros, en 2015.

Golpe de autoridad

Y, este domingo, Bernal dio un golpe de autoridad sobre Evenepoel. No fue nada definitivo, solo faltaría con dos semanas en el horizonte. En tiempo solo fueron unos pocos segundos, ¿pero en la moral del corredor belga? El triunfo en el Giro se cimenta con acciones como la vista sobre la tierra de Campo Felice. Quiso la organización llegar a un paraje sin asfalto. Mostraba la televisión italiana, mientras la etapa se consumía entre fugas, a las apisonadoras compactando la tierra para que no se hundiesen las ruedas de unas bicis preparadas para otros territorios. Y se rezaba, sí se rezaba, porque de haber caído el diluvio habría sido imposible pedalear sin cemento a la vista y no hubiese quedado otro remedio que trasladar la meta a un lugar más abajo, y más soso, por supuesto.

Fue allí donde Bernal dio ese golpe de autoridad. Apenas medio kilómetro, ¿por qué malgastarse antes? Fue allí donde Bernal puso los acentos a la carrera, donde se levantó del sillín para demostrar, sobre todo a Evenepoel, que iba a por la etapa que ganó, a por la ‘maglia rosa’, que vistió y a llamar la atención a su oponente belga que, quizá, mal colocado o algo cansado, siempre quedará la duda, reaccionó algo tarde, pero lo suficiente para que la furia del ciclista colombiano no se transformase en una pérdida de tiempo lo suficientemente grave como para hacerle pensar que la victoria comenzaba a ser un reto imposible.

Pero imposible no hay nada ni para Bernal ni para Evenepoel, dispuestos ambos a batirse en duelo, para que sus nombres formen parte de esa historia de batallas que los más grandes de la carrera han escrito desde que se creó el Giro por allá 1909, cuando los ciclistas solo recibían críticas de todos lados de la sociedad italiana y, evidentemente, de la Iglesia que creía que los jóvenes perdían el tiempo montando en bicicleta.

Ciclismo de altura

Sin embargo, Bernal ofreció una imagen de ciclismo de enorme altura cuando lanzó un esprint a 500 metros de la meta, sobre piedras y tierra, cuando superó a los fugados (Koen Bouwman y Geoffrey Bouchard), a los que casi arrancó las pegatinas publicitarias de sus ‘maillots’, y cuando cruzó la línea de meta rabioso porque sabía que cada segundo que ganase tenía su peso en oro.

Detrás, lejos de entregarse, el ‘maillot’ blanco de Evenepoel, el que llevaba como mejor joven de la carrera y que también cedió a Bernal, comenzaba a reaccionar y se impulsaba lo suficiente para que el tanto del colombiano fuese más psicológico que numérico.

Y allí están ellos como primero y segundo de la general, posiciones que mantendrán este lunes, salvo sorpresa mayúscula, para descansar el martes y empezar a preparar, a partir del miércoles, la segunda parte de una ronda italiana a la que aspiran colombiano y belga, pero sin olvidarse, ni mucho menos, de otros contrincantes, que parece que no están, pero quienes en la segunda línea de acción se encuentran al acecho y separados del dúo de cabeza por poquísimos segundos.

Allí está un ruso llamado Aleksandr Vlasov, situado a solo 21 segundos de Bernal. Allí surge Giulio Ciccone, quien corre con todo el cariño de los ‘tifosi’ porque cada día que pasa se evidencia que Vincenzo Nibali parece demasiado mayor para aspirar a una nueva victoria en Milán. Pero tampoco deben olvidar a Hugh Carthy (a 44 segundos), a Dan Martin (a 51), a Simon Yates (a 55) y hasta a Marc Soler y Romain Bardet, ambos a 1.20 minutos de la ‘maglia rosa’. Y para de contar, porque a partir de ahí solo se manifiestan los que están en el Giro para ayudar o para pillar una etapa con el permiso de la clase dominante.