La ronda italiana

Giro de Italia 2021: primer ataque de Landa

El corredor alavés pasa a la acción en el estreno montañoso del Giro y recorta tiempo a Evenepoel, Yates y Martin.

Bernal, Vlasov y Carthy siguen al ciclista vasco y se muestran como los cuatro más fuertes en este inicio de carrera.

Landa ataca

Landa ataca / AFP / LUCA BETTINI

Sergi López-Egea

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El algodón no engaña y se mancha ante cualquier mota de polvo escondida. Las montañas ciclistas son como algodones. Ya puedes llevar la mejor bici y correr en el equipo más potente. Si las fuerzas no son las esperadas las piernas quedan ennegrecidas por el esfuerzo y enseguida solo se aprecia la distancia en un asfalto por el que se escapan los corredores más en forma. Igualmente en este deporte no hay sitio para los fanfarrones, para los que prometen ganar y no cumplen. Si estás fuertes, si coges el algodón entre las manos para sacar el polvo a la general, enseguida se ven las intenciones y la realidad de las promesas realizadas, como las que hizo Mikel Landa, el gran animador del día, un hombre al ataque y un ciclista con el que soñar.

Landa siempre se ha sentido cómodo en el Giro; mucha más que en el Tour y que en una Vuelta adonde puede regresar este año. Y le gusta notarse el líder del equipo, del Bahrein que trabaja con el algodón en la mano para mostrar el polvo de la general, para mover la carrera y para descubrir quién está fuerte, quién puede seguir a Landa y quién se queda, por pocos segundos (Evenepoel, Bardet, Yates y Martín cedieron 11), por algo más (Nibali, Hindley y Soler se dejaron 34) o dicen adiós a cualquier sueño de volver a vestir de rosa, tal como hizo Almeida el año pasado, y que este martes perdió 4.21 minutos con referencia a Landa, impulsado por sus gregarios, Pello Bilbao a la cabeza, cortando trozos de algodón para descubrir las manchas del Giro.

Ofensiva vasca

Y Landa, a la ofensiva, el ciclista que ha creado una religión entorno suyo, sobre todo en Euskadi, que se denomina ‘landismo’, ataca a tres kilómetros de la llegada de la cuarta etapa, la primera de montaña, bajo un martirio de agua y frío, y descubre que Egan Bernal, mientras no le fastidie la espalda, está en Italia para ganar y que un ruso que lidera el Astana, Aleksandr Vlasov, y el británico John Carthy, tercero de la Vuelta 2020, tampoco desprecian la lucha por la victoria final.

Casi le da igual que la fuga del día triunfe en la meta (victoria del estadounidense Joe Dombrowski y liderato para el italiano Alessandro de Marchi). Landa, algodón en mano, está en Italia para cumplir lo prometido en la salida de la prueba: “¿Por qué no va a ser mi primera victoria en una carrera grande?”. Por lo menos, y con cuatro etapas, se puede soñar.

Este es un Giro montañoso, de poca contrarreloj, y menos mal porque de lo contrario las opciones de Landa serían prácticamente nulas. Y como hay cuestas para vender y regalar el ciclista alavés puede verse más fuerte cada día que pasa, en cada etapa donde el ataque sea posible para un escalador fino como él. Este miércoles, camino de la playa del Adriático, será el día para recuperar fuerzas y ver el esprint a una distancia prudencial. El jueves, en cambio, es otra jornada para pasar al ataque, sacar el algodón de la bolsa y aprovechar la primera llegada en alto real de la carrera para intentar volver a arañar tiempo al resto de favoritos. O para que Bernal, Vlasov o Carthy empiecen a preocuparse por la furia de Landa.

Suyo fue el podio de 2015, la tercera plaza, su mejor posición en una carrera de tres semanas. Solo dos ciclistas españoles, y ambos por dos ocasiones, Miguel Induráin (1992 y 1993) y Alberto Contador (2008 y 2015) han ganado el Giro. Landa, en 2019, tuvo que sacrificarse por Richard Carapaz, cuando ambos lideraban el Movistar. Entonces se le escapó el podio por 8 segundos. ¿2021 será su año de gracia?