el Tourmalet

Campos de Castilla, helados para los ciclistas

La Vuelta se adentra por paisajes de Soria donde el frío se cuela por los huesos y desanima a los ciclistas que no quieren jugarse nada

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Sergi López-Egea

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Los campos de Castilla ya son fríos en esta época del año. Y las carreteras por donde ruedan los ciclistas también. La visita a Soria estaba prevista en los últimos días de agosto, si no hubiese habido pandemia y el mundo hubiera rodado sin dramas, sin crispaciones y con más personas de la cuenta sufriendo por la enfermedad o las consecuencias de ella.

En agosto habrían sido campos calurosos, sudores extras sobre la bici, muchos más bidones que ahora con el hielo derritiéndose en el maletero de los coches de los equipos participantes. Ahora no se bebe tanto y el te caliente sustituye al agua fresca. Los corredores sienten que no sudan tanto, pero se desgastan igual con el riesgo, además, de resfriarse lo que este año es un problema más grave que antes, porque siempre hay la duda, el pánico, a que en vez de un catarro de los de toda la vida sea otra cosa.

Muy larga la temporada

Hasta la Vuelta han llegado equipos a los que, pese al parón de primavera, se les está haciendo muy larga la temporada. Han venido con corredores que ya saben que no continuarán en las filas que ahora representan o chavales jóvenes a los que les cuesta adaptarse a una carrera de tres semanas, porque no todos los chicos con poco más de 20 años son prototipos de Tadej PogacarRemco Evenepoel Joâo Almeida. Muchos de ellos están aquí para aprender y para conseguir un día no muy lejano una plaza en la clase media del pelotón.

¿Y qué es la clase media del pelotón? Pues son corredores que están llamados a tirar cuando se lo pide el jefe de filas o el director. Son ciclistas que deben esforzarse para regresar a la cabeza de carrera después de bajar al coche a por bidones frescos -o calientes en este caso- que luego reparten entre sus compañeros de equipo. Y son también aquellos que un día determinado reciben la orden de colarse en una fuga para esperar una reacción de sus líderes por detrás y, en todo caso, si no se produce, buscar la victoria en meta para dar una alegría al patrocinador.

Equipos con tres abandonos

Pero el inicio de esta Vuelta, con montañas, lluvia y frío ha provocado que algunos conjuntos como el AG2R ya haya tenido tres abandonos. Rueda ya en la tercera etapa con solo cinco corredores y un futuro muy complicado hasta Madrid. Ellos han venido sin Romain Bardet porque el ciclista francés ya ha firmado el cambio de equipo y les cuesta mucho defender un jersey que en apenas un mes dejarán de vestir.

El frío entra por los huesos y paraliza los músculo y sirve como excusa para que aparezcan viejas dolencias, caídas del pasado, que conducen a la retirada a las primeras de cambio, tal como le ha pasado este jueves a Thibaut Pinot. Cuesta mucho volver a amueblar la cabeza después de sufrir una tremenda decepción en una carrera como el Tour que se ha preparado todo un año

Realmente casos como el de Primoz Roglic, con su fría y calculadora mente, son difíciles de encontrar porque seguro que no es fácil perder el Tour el último día, tratar de olvidar la derrota, centrarse en ganar la Lieja-Bastoña-Lieja, aunque sea de rebote, y venir luego a la Vuelta para liderarla desde la etapa inaugural.

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