El Tourmalet

Amor infinito al Giro

Catania, 9 de la mañana, las calles ya están cortadas

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Sergi López-Egea

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A las 9 de la mañana en Catania luce el sol y hay un tráfico horroroso. Pero en este caso no es por culpa del habitual caos que hay en Sicilia sino por el Giro. ¡Señoras y señores! Faltan más de tres horas para que salga la cuarta etapa de la ronda italiana y el tráfico ya está cortado en el centro de la ciudad. La Policía Municipal de Catania no solo no deja pasar a los coches, sino a los vecinos, los que van a pie, a trabajar, a hacer la compra, o simplemente a pasear. Los policías italianos atienden a los vecinos con suma amabilidad. "Señores, que esto es el Giro", que son apenas tres o cuatro horas, que hay que tener paciencia y que pueden volver a pasar lustros hasta que Catania vuelva a acoger una etapa de la carrera rosa. "Amor infinito" al Giro, tal como reza la proclama de la prueba.

Catania, a las 9 de la noche, pero del lunes, la gente pasea por la calle y, sorprendentemente, las terrazas están absolutamente llena de comensales; predomina el pescado en los platos y las botellas de vino siciliano. Es lunes, pero parece que sea un sábado por la noche antes de la pandemia. Catania está de fiesta. Y lo está porque todos saben que a la mañana siguiente acogerán al Giro. Ellos dan la salida. Ellos se responsabilizan de la última etapa en la isla, antes de que el Giro penetre por el sur en la península itálica, que solo abandonarán a un día del final en Milán para introducirse en los territorios del Tour y escalar el Izoard.

Ambiente estival

A las 9 de la noche el tiempo de Catania es estival. 24 grados de temperatura y la ocasión para que los vecinos se hagan fotos frente al podio de salida del Giro que está instalado delante del ayuntamiento. El 'Villaggio Partenza' ya está montado, pero todavía no han llegado ni los patrocinadores, ni los regalos. Y es que este año, si ya habitualmente es complicado conseguir un pase (aunque la villa de salida del Giro, a diferencia de la del Tour o la Vuelta, está abierta a todo el mundo) para acudir a la zona acotada de la partida de la carrera, las medidas de seguridad por la pandemia lo hacen todo más difícil.

La noche es una ocasión para todos de sentirse parte del Giro y hasta de creer que se está haciendo algo prohibido al penetrar por un territorio que ya estará cerrado desde las 9 de la mañana. A esa hora si no llevas una credencial, y no todas valen, será imposible que penetres en el territorio Giro por mucho "amor infinito" que tengas a la carrera.

La señora y el carrito

La policía, de nuevo en la mañana de Catania, deja pasar a una señora mayor que va con el carrito de la compra, ¡caray! a la mujer, ciertamente, le da igual el ciclismo, el Giro, los corredores, la 'maglia rosa', que lo único que quiere es volver a casa, colocar las cosas en la nevera y a lo mejor tomarse un capuchino para recuperar un poco las fuerzas gracias a la cafeína.

Los coches circulan lentamente. Un guardia ha desplazado una valla que cerraba una calle para que se pueda pasar. Las motos, esas motos sicilianas que se cuelan por todas partes, son las primeras que superan el obstáculo. En el Tour cuando un policía dice aquello de "por aquí no se pasa" pues ya se sabe "no se pasa". En el Giro siempre vale la negociación; una sonrisa y hasta es posible que el policía, como ha ocurrido esta mañana en Catania, retire la valla para que se pueda pasar.

El abandono de Thomas

Y eso sí, los comerciantes agraciados por tener el negocio en la zona acotada de Catania los han decorado con globos, con papelillos, con lazos y con telas rosas, que hay que dar colorido a la ciudad.

Llegan los ciclistas, comienza la fiesta, sale la cuarta etapa del Giro, es la despedida siciliana, sin Geraint Thomas, lesionado y con una pequeña fractura en la pelvis. El ciclismo, el Giro, como el Tour, como la Vuelta, como todas las carreras, no conocen nombres y la caída, por desgracia, es algo a lo que siempre están acostumbrados los corredores aunque tengan un amor infinito no solo al Giro si no a su deporte y a su profesión.

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