Mundial de ciclismo

Mads Pedersen sucede a Valverde en una carrera de supervivencia

El danés se ganó por sorpresa el oro en la resolución al sprint de una fuga junto al italiano Trentin y al suizo Kung

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Alejandro García

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El Mundial fue, más que nunca, una prueba de resistencia, una jornada imprevisible que se cobró víctimas inesperadas, la última un Matteo Trentin que tenía todo de cara para coronar su palmarés con el arcoíris, pero el danés de 23 años Mads Pedersen le superó en un sprint inconcebible bajo circunstancias normales y se coronó campeón mundial, un triunfo para impulsar más aún su ya prometedora carrera. 

Entre el naufragio general de un día durísimo, con retiradas ilustres como la de Valverde, las medallas (Trentin plata y el suizo Kung bronce) se decidieron con una escapada que nadie pudo controlar y que culminó, contra todo pronóstico, un Pedersen que contaba con el campeonato nacional danés y un segundo puesto en el Tour de Flandes como grandes resultados. 

Lluvia constante

En un día de perros en Yorkshire, con lluvia constante, multitud de caídas y charcos inmensos en la carretera (se tuvo que recortar el recorrido inicial por las condiciones meteorológicas y añadir dos vueltas al circuito final), no pudieron terminar más que 25 ciclistas, con el noveno puesto de Gorka Izagirre como mejor resultado español. 

El día de Van de Poel

Entre la lluvia y carreteras estrechas, sinuosas y onduladas del interior de Inglaterra, a Van der Poel solo le faltaba un poco de barro para sentirse en uno de los cuatro mundiales de ciclocross en los que ha ganado una medalla (dos de oro). El neerlandés de ilustre familia forzó la escapada triunfadora junto a Trentin y, cuando todo parecía encaminado hacia otro hito en su precoz y versátil carrera, a doce kilómetros del final perdió irremediablemente la rueda de la fuga fatigado, exhausto, vacío, hasta terminar a 11 minutos del ganador.

Matteo Trentin se quedó como gran favorito en la cabeza, junto a los inesperados Pedersen, que venía de 60 kilómetros de fuga, y un Kung que se vació para dejar a Moscon y garantizarse una medalla. 

El papel de España

Reeditar el título era más una ilusión que una posibilidad real para la delegación española, que empezó mal el día: con la baja de la segunda baza, García Cortina, que se retiró en los primeros kilómetros aquejado de problemas gástricos. Aún a más de 80 kilómetros a meta se confirmó la noticia que rondaba en el aire, entre una retransmisión sin imágenes en directo, la retirada de un Alejandro Valverde que no encontró sensaciones entre el frío y la lluvia inglesa. “Estaba helado. Ha sido un mundial de locos.”, reconoció el murciano ante la cámara de Ciclismo a Fondo. 

El papel de la selección quedó en manos de los hermanos Izagirre, los únicos que aguantaban a 40 kilómetros de meta, cuando el pelotón había menguado hasta las poco más de 35 unidades. La baza de la selección de Pascual Momparler, como la de tantas otras, era cazar un corte en un renuncio de los grandes, sobre todo Bélgica, Países Bajos y Francia, que querían controlar la carrera hasta tenerla de cara. 

Guerra de guerrillas

El tramo final se convirtió en una guerra de guerrillas entre los favoritos que quedaban, con ataques y contraataques permanentes, cada vez con menos compañeros para trabajar. Todo se dinamitó con el ataque de Trentin y Van de Poel, a más de 30 kilómetros para el final, con el que se unieron a Pedersen, Kung y Moscon, que estuvieron en el lugar adecuado en el momento justo. 

Desde atrás, entre el naufragio de Bélgica en la persecución, Gorka Izagirre vio cómo se marchaba el tren de las medallas e intentó llegar con un ataque que se quedó en tierra de nadie hasta fracasar. 

Uno de los favoritos, Gilbert, había quedado eliminado después de no poder reintegrarse en el pelotón tras una caída a más de cien kilómetros de meta, con la carrera ya lanzada y ciclistas retirados por decenas entre el desgaste continuo de rodar toda la jornada en fila de uno entre salpicaduras de agua. 

Los acreditados nombres de la fuga le habían dado lustre a las primeras horas de carrera. Como unos jóvenes que aspiran a dar presencia a su equipo, ganadores de grandes vueltas: Roglic, Quintana y Carapaz, formaron la efímera escapada del día junto a otros ocho nombres recurrentes del World Tour como Polanc, Dillier, Bodnar o el noruego Magnus Cort-Nielsen, ganador de etapa en el Tour.