PENÚLTIMA ETAPA DE MONTAÑA DE LA VUELTA

Brindis al sol de Astana

Miguel Ángel López se coloca como mejor joven de la carrera, poco premio para su ambición y la de su equipo

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Alejandro García

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En medio de otra etapa sin tregua de La Vuelta, el equipo Astana, que venía de verse obligado a trabajar para defender su posición en la general, aunque fuera poco botín, un cuarto puesto; se tornó ayer en el principal argumento ofensivo de la etapa, el único atacante al liderato de un Roglic que no vigiló a nadie que no fuera Valverde y que solventó el día sin los problemas de la jornada precedente.

La ofensiva de Astana, desde muy lejos (Miguel Ángel López realizó su primer gran ataque a 60 kilómetros de meta), tuvo la ambición de quien aspira a ganar La Vuelta, con unos nombres de primer nivel, pero el resultado volvió a no alcanzar las máximas expectativas.

“Lo he intentado una y otra vez y hemos sacado algo de provecho. Hoy hemos disfrutado, hemos dado una gran batalla y hemos salido vivos”, dijo López, entre el entusiasmo de la colonia colombiana presente en la sierra madrileña, contentada con poco más que la actitud ofensiva de Superman.

Los kazajos quemaron sus gregarios más ilustres en el penúltimo puerto, con Jakob Fuglsang, flamante líder del equipo en el Tour, tirando de un pelotón que se quedó en poco más de 15 integrantes a más de dos horas del final de la carrera.

Pese a que todos los pasos previos fueron sólidos, la preparación inmejorable y la predisposición ideal, la ofensiva de Astana no pasó de un brindis al sol, un tiro al aire, agua de borrajas, meras cosquillas para un líder que viajaba tan solo y cómodo como casi siempre en esta Vuelta. Cuando López lanzó su gran ataque, Roglic no se puso nervioso, consciente de que ya había salvado los peores momentos de la carrera, el colombiano cogió unos metros de distancia que, con el paso de los kilómetros, se redujeron a la nada.

Batalla con Pogacar

Ya en el tramo final, con Valverde y Roglic pegados a su rueda sin demasiados problemas, a López no le quedó otra que tirar al máximo de los que antaño eran sus rivales directos, con el gran objetivo de distanciar en la general a Tadej Pogacar, el niño de 20 años que portaba el jersey blanco y al que Quintana sacó del podio en la etapa del miércoles.

Un cuarto puesto en la general y el liderato en la clasificación de los jóvenes, el premio que se lleva de Becerril de la Sierra, es poca recompensa para la ambición de Astana, que exhibió un trabajo de máximo nivel, pero no consiguió rematar el trabajo con un gran éxito.

“Hay que ir poco a poco”, contestó López, aún abrumado por el esfuerzo, cuestionado sobre su ambición de cara al podium final en Madrid. “Seguimos intentándolo, resistimos ahí y la idea es mantener la mentalidad. Hemos perdido alguna batalla, pero no hemos perdido la guerra”, amplió el colombiano.