camino al Tour

Valverde se refuerza al frente de la Ruta de Occitania

El campeón del mundo resiste los ataques del joven Iván Sosa en la etapa reina de la prueba francesa

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Sergi López-Egea

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Solo hace falta conocer un poco -un poquito de nada- a Alejandro Valverde para saber que esta temporada no le hace ni pizca de gracia vestir otro 'maillot' que no sea el arcoíris que lo identifica como campeón del mundo. Si por él fuera habría promulgado una ley que dictase que, aunque fuese líder de una carrera, en este caso la Ruta de Occitania (la antigua Ruta del Sur), tendría derecho a vestir con su jersey. Que ya saben quién es. Que ya saben que, al ser una prenda única, su portador es también el primer clasificado de la general.

Pero, cosas de la vida, en la Ruta del Sur, en el Tour, si se diera el caso de forma provisional, Valverde está obligado a dejar el jersey arcoíris en el autobús del Movistar y colocarse el 'maillot' naranja como líder de la Ruta de Occitania, el que ha salvado, no sin preocupación, no sin un toque de veteranía, en la etapa reina de la carrera, en la ascensión al Hospicio de Francia, una carretera que se cuela camino de la subida a Superbagnères, eterno recuerdo a la primera gran exhibición de Miguel Induráin en el Tour, cerca de Luchon, y una ruta que en pruebas como la ronda occitana sirve de examen por si un día se decide incluir en el trazado de la 'grande boucle'.

No era tarea fácil

Valverde no lo tenía fácil porque los escaladores colombianos, los que aparecen como las mejores setas en los bosques de otoño, estaban decididos a amargarle la fiesta y a cargarse, aliados con su juventud, sobre todo Iván Sosa, el dominio del veterano, casi el abuelo, un corredor, en el caso de Sosa, que casi podría ser el hijo de 'El Bala' si al ciclista murciano le hubiese dado por ser padre a los 18 años, una barbaridad de diferencia de edad entre dos ciclistas profesionales.

Sosa, unido a Rigo Urán, decidieron pasar al ataque y destrozar a Valverde en los últimos cuatro kilómetros de la subida, los más complicados. Y casi lo consiguen. Pero el campeón del mundo hizo gala de la veteranía, se olvido de entrar al trapo a sus rivales colombianos, y poco, a poco, a veces a ritmo y las otras con constantes aceleraciones, los capturó. En honor de Sosa hay que aplaudir su victoria porque muy pocos ciclistas han sido capaces de ganarle un esprint a Valverde cuando las condiciones, como las de este sábado, son propicias para él. Una llegada con poquísimos contrincantes, en cuesta y con rampas para preparar su ataque demoledor. Sosa se anticipó al demarraje del corredor murciano y lo venció en la cima. 

Objetivo cumplido

Conviene recordar el antecedente de la Volta de este año. En una ofensiva parecida a la de este sábado, con Sosa de protagonista, el 'ejército' colombiano sacó de punto a Valverde durante la subida a Vallter 2.000. Y, de hecho, en esa etapa en marzo, empezaron los problemas para el ciclista murciano hasta su abandono en Lieja. En cambio, ahora pudo controlar la situación de forma eficaz.

Valverde cumplió con el objetivo. Se reforzó al frente de la general y este domingo, salvo sorpresa monumental, se proclamará ganador de la Ruta de Occitania por segundo año consecutivo y demostrará que el descanso primaveral le ha sentado de fábula, que está listo para rendir en el Tour y que los 39 años solo figuran en la fecha de nacimiento de su carnet de identidad.