el ganador de la ronda italiana

Carapaz hace historia

El ciclista ecuatoriano gana el Giro y recompensa al Movistar con la 15ª victoria en una gran vuelta en cuatro décadas

Richard Carapaz, tras cruzar la meta de la contrarreloj final del Giro.

Richard Carapaz, tras cruzar la meta de la contrarreloj final del Giro. / periodico

Sergi López-Egea

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Richard Carapaz cumplió este domingo el sueño que nunca podía imaginar un chico campesino de Ecuador, un país que, a diferencia de la Colombia de Nairo Quintana, el otro gran valor sudamericano del Movistar español, nunca hasta ahora sabía que había un deporte tan bello como el ciclismo, que mueve montañas y que convierte en ídolos a corredores como el propio Carapaz por ganar un Giro a pesar de que su nombre no figuraba en ninguna apuesta al inicio de la prueba.

El joven campesino que creció junto a la frontera de Ecuador con Colombia, el que emigró a Bogotá para crecer como corredor, porque allí está la cantera de Latinoamérica, recompensó al Movistar, el equipo español por excelencia, con la 15ª victoria en una carrera de tres semanas: siete Tours, cuatro Giros y otras cuatro Vueltas ha conseguido una escuadra que siempre ha sido eminentemente navarra desde que José Miguel Echávarri, ahora ya jubilado, creó el conjunto Reynolds en 1980. Es el mismo equipo de Pedro Delgado y de Miguel Induráin, el que convirtió el ciclismo en arte al ganar vestido del Banesto cinco Tours de forma consecutiva entre 1991 y 1995.

Con Eusebio Unzué

Ya con Eusebio Unzué, ayudante en los inicios de Echávarri y ahora mánager de la escuadra –y hermano de Juan Carlos, el que fuera portero y técnico azulgrana- y con Movistar desde el 2011, el ciclismo sudamericano ha conquistado por segunda vez el Giro, después de que Quintana consiguiese el triunfo en el 2014 y la segunda plaza en el 2017. Y lo ha hecho con un Carapaz simplemente sensacional en la montaña donde ha demostrado que es un escalador de solera y además tenaz al saber controlar la prueba y administrar el trabajo con una veteranía extraordinaria, a pesar de su juventud e inexperiencia como líder. El pasado miércoles cumplió 26 años.

El nombre de Carapaz hace tres semanas solo era conocido por el mundillo ciclista. Se sabía que podía valer para una carrera de tres semanas puesto que hace un año acabó el Giro en cuarta posición y ganó una etapa. Luego, en la Vuelta, se apuntó para ayudar a Alejandro Valverde, aunque en la ronda española solo debió cumplir con su trabajo de gregario.

La petición de Quintana

Difícilmente, a partir de ahora, Carapaz volverá a ser un corredor de segunda fila –aunque Quintana lo reclame para el Tour, sabedor que Landa, tras su sensacional comportamiento en la montaña del Giro, irá como él a por la general-. Siga o no en el Movistar para el 2019, este corredor que de adolescente cuidaba las hortalizas y las vacas de su padre, tiene un futuro inmenso porque él, a diferencia de otros jóvenes rebeldes del pedal como el colombiano Egan Bernal o el mallorquín Enric Mas, ya ha ganado un Giro.

Pero Carapaz es también fruto de la cantera del Movistar, porque Unzué, gracias a los ojeadores que tiene en Colombia, conoció las travesuras de un chaval ecuatoriano al que incorporó al Lisarte, el equipo aficionado navarro que es algo así como la escuela del conjunto telefónico. De ahí, por ejemplo, han salido el catalán Antonio Pedrero y el manchego Héctor Carretero, dos de los ángeles de Carapaz en la montaña de este Giro. Y allí también creció Marc Soler, que ganó la París-Niza en el 2018 y que vive la actual temporada con altibajos.

El orgullo de su padre

Con dos victorias de etapa, con la demostración de que es un corredor que sabe cambiar el ritmo en las cuestas para dejar solo asfalto de por medio con el resto de figuras, ya lleva varios días abriendo todos los periódicos de Ecuador, un país que ha descubierto que hay otras culturas deportivas aparte del balón de fútbol. Carapaz ya es estandarte de un país, otro símbolo de un equipo Movistar parido hace casi 40 años en Pamplona y el orgullo de su padre, el que gracias a su hijo se ha podido comprar una furgoneta para convertirse en comerciante y aparcar la dureza del campo y el ganado.

El palmarés del equipo español

El actual Movistar nació en 1980 como Reynolds hasta 1989. Luego fue Banesto (1990-2003), Illes Balears (2004 y 2005), Caisse d'Epargne (2006 a 2011) y con la actual denominación desde el 2011.