LA VUELTA CICLISTA A ITALIA

El Giro de la Ciudad Santa

La gran competición ciclista inicia su recorrido en Jerusalén y por primera vez fuera de Europa

El holandés Tom Dumoulin, en la contrarreloj de Jerusalén.

El holandés Tom Dumoulin, en la contrarreloj de Jerusalén. / .43178450

Ana Alba

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La 101ª edición del Giro de Italia habrá tenido el público más variopinto de todos. La primera etapa de la competición, amadrinada por la top model israelí Bar Refaeli, ha congregado este viernes a miles de israelís, centenares de extranjeros y unos pocos palestinos en el centro de Jerusalén.

Además de aficionados al ciclismo, familias y curiosos, en primera fila se agolpaban contra las vallas del recorrido judíos ultraortodoxos con su tradicional indumentaria, curas con sotana, monjas, soldados con el fusil al hombro y turistas que casi han tropezado con los ciclistas a las puertas de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Entre la multitud destacaban las banderas de Israel Eritrea. "Somos muy aficionados al ciclismo, herencia de los italianos", explica Huruy, un emigrante eritreo de 47 años que vive en Tel-Aviv y lamenta "el mal trato del Gobierno israelí a los inmigrantes africanos". Huruy y decenas de compatriotas animan al único ciclista eritreo que participa en el Giro, Natnael Berhane, del equipo Dimension Data.

Las imponentes murallas del casco antiguo han sido el telón de fondo del inicio y la llegada de la contrarreloj de 9,7 kilómetros que ha abierto el Giro, por primera vez fuera de Europa. La ciudad santa ha sido talismán para Tom Dumoulin, que ha conseguido una 'maglia rosa' histórica con un tiempo de 12.2 minutos'. El holandés del equipo Sunweb ha confirmado que, de momento, sigue siendo el rey del Giro, del que se proclamó vencedor el año pasado.

Dumoulin ha desbancado al británico Chris Froome, de Skyteam, al que ha sacado 37 segundos. Froome fue la estrella que más aplausos cosechó en la presentación del Giro del jueves, pero esta mañana ha sufrido una caída en el reconocimiento del recorrido, con calles empinadas y frecuentes cambios de dirección.

Por Jerusalén oeste

La etapa ha transcurrido por Jerusalén oeste, la parte de la ciudad que según la ley internacional corresponde a Israel. El este, que tendría que ser la capital del futuro Estado palestino, está ocupado por los israelíes desde 1967 y anexionado desde 1980.

La polémica saltó hace unos meses cuando los organizadores del Giro anunciaron que el inicio de la competición sería en Jerusalén. Los grupos propalestinos protestaron y pidieron que se escogiera otro lugar para la salida del Giro. Los organizadores especificaron entonces que la competición se iniciaría en Jerusalén oeste, pero Israel amenazó con retirarse de la prueba si no se mencionaba solamente Jerusalén, alegando que es una ciudad "unificada" y la capital de Israel.

Toda la etapa jerosolimitana ha sido un hervidero de público entusiasmado, que jaleaba a cada uno de los ciclistas con hinchables rosas y golpeando las vallas. Los israelíes consideran el Giro de Italia Big Start como "el evento deportivo más importante de la historia" del país.

"Perseguir" a los ciclistas

"Es fantástico, es buenísimo para Israel", comenta Uri, un veterano ciclista de Tel-Aviv que se ha desplazado a Jerusalén para seguir el Giro de cerca y que piensa "perseguir" a los 176 corredores de 22 equipos -entre ellos 12 españoles, un equipo español, el Movistar, y por primera vez uno israelí- en las dos etapas que quedan en Israel. La segunda consta de 167 km y empezará en Haifa, la tercera ciudad del país. Recorrerá Acre, bordeará el Monte Carmelo y las ruinas romanas de Cesarea.

La carrera pasará también por el Parque Bartali, que honra al ciclista italiano Gino Bartali, que durante la Segunda Guerra Mundial salvó la vida de miles de judíos y a quien el Yad Vashem (Museo del Holocausto) ha otorgado la distinción de Justo entre las Naciones.

El Giro pasará, además, por el Centro Nacional de Ciclismo de Sylvan Adams en Tel-Aviv, el primer velódromo de Oriente Medio, que se inaugurará en octubre de 2018.

El domingo, la tercera etapa, de 226 kilómetros, llevará a los corredores al desierto de Negev, donde tendrán que soportar altas temperaturas. La etapa culminará en la ciudad de Eilat, la más meridional de Israel, en la costa del mar Rojo.